Lejos de toda la revuelta que generó en este último mes el funcionamiento y prohibición de Uber me gustaría refutar desde mi punto de vista la imagen que adjunto y explicar algunas controversias sobre libre mercado y el rol de las autoridades en el tema.
El primer punto es la sobre explotación y falacia argumental de «es tecnología que hagan lo que quiera» como argumento clave de todas las discusiones sobre la puesta en marcha de Uber en el país, y refiriéndome precisamente a la imagen en la que se señala que los carteros de igual manera tendrían que protestar contra Gmail es una manera simplista de ver el problema y poco ayuda al debate, y más aún al tema de fondo de la implementación y «libre competencia» dentro del mercado de servicios de transporte.No me extraña el pésimo manejo de la situación, sabiendo que en otros países desde hace años se había instaurado el debate, en Chile hacían oídos sordos ignorando que algún día pasaría lo mismo acá, todo es improvisado ahora
Imagínense siendo un ciudadano común que quiere instaurar un emprendimiento: tener un taxi, para lo cual invierte más de $20 millones en un vehículo con las características que la ley exige, incluyendo la limitada licencia que otorgan los municipios, a esto sumemos el pago de revisiones técnicas dos veces al año, pagos a los gremios de taxistas y cuanta burocracia más, dejando como remate haber realizado un curso de manejo exclusivo para manejo de vehículos, un cacho en verdad. Bueno, ahora imaginen tamaña cantidad de recursos invertidos y que de un día para otro una empresa foránea instale un servicio de transporte similar, pero sin haber pagado u obtenido los permisos y toda la burocracia impuesta por la ley y que su única defensa para quebrantarla es el uso de tecnologías como una simple aplicación del celular. Pues claro, llegar a operar ilegalmente en Chile es tan fácil que simplemente te instalas y listo, sin preguntarle a nadie, y si reclaman yo cobro más barato y tengo la gran aplicación que muestra el mapita y toda esa parafernalia, con eso me los compro a todos.
¿Existe libre competencia en el caso anterior? ¿Quién tiene todas las de perder?
Es obvio que no hay libre competencia, pero no de parte de los taxistas, del mismo gobierno/municipio que es el principal encargado de poner barreras de entrada a nuevos competidores, haciendo que estos no se regulen mediante oferta y demanda, de ahí que entiendo en parte la frustración de los taxistas en este caso. Para generar una competencia de verdad se deberían eliminar los muros de ingreso, dejar de «generar» y controlar las famosas licencias de taxis y permitir que cualquiera o cualquier entidad pudiese desempeñarse en el transporte de pasajeros si así lo quisiera, cobrando las tarifas que el mismo mercado regule y obviamente manteniendo estándares de servicio, seguridad y pago de impuestos.
Por ende, el problema siempre estuvo en esa regulación mafiosa de controlar quién podía entregar el servicio y quién no, si al final el mismo mercado es el encargado de decidir cuántos vehículos se necesitan en la calle, no un municipio, no un gobierno, sólo los consumidores, y si hay muchos, mejor para todos. Pero, si se quiere nivelar la cancha a estas alturas que también sea para los taxistas, los clientes decidirán.
Ahora, hablando sobre el rol de las autoridades, no me extraña el pésimo manejo de la situación, sabiendo que en otros países desde hace años se había instaurado el debate, en Chile hacían oídos sordos ignorando que algún día pasaría lo mismo acá, todo es improvisado ahora, cuando la empresa ya tiene capitales invertidos y está funcionando. Como siempre, cero planificación y previsión de los problemas.
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