¿Cuándo la opinión ajena comenzó a adueñarse de la propia?, ¿En qué momento perdimos la capacidad de ver matices?, ¿Nos hemos vuelto esencialmente borregos que necesitan ser pastoreados?.
No sé ustedes, pero a diario me asombro y espanto con la manera en que la opinión pública reacciona ante las posturas de personas con alta exposición mediática, esa fagotización irreflexiva de los comentarios de tal y cual sujeto es casi grotesca, poniendo en riesgo nuestra libertad de pensamiento.
El otro día, tras sucedido el homicidio de Camilo Catrillanca, comencé a revisar las redes sociales y medios de prensa en busca de información para formarme mi propio juicio. Para mi sorpresa, a horas de acontecida la muerte del comunero, todo el mundo era juez y verdugo, estableciendo distintas teorías que alimentaban a su respectiva barra brava, la cual estaba ansiosa de argumentos (veraces o no) para rebatir la mirada de sus contrincantes; haciendo uso de memes, audios y declarciones, pocos se detenían un segundo a reflexionar sobre lo sucedido, hasta que sorpresivamente, desde su cuenta Twitter, leí a Pedro Cayuqueo describiendo como ha sido la evolución del conflicto en la Araucanía, enumerando aciertos y desaciertos políticos de larga data.Es fundamental que aprendamos a valorar los aportes que vienen de quien piensa distinto, al mismo tiempo que podamos desatender a quienes desde nuestro propio sector, buscan evitar o dañar ese diálogo necesario
Lamentablemente la guerra de trincheras ya estaba desatada y los pastores que querían destituir al Presidente Piñera, tenían a sus borregos bien entrenados para balar en contra de quienes no coincidían con el sonido de su manada, que incluía desde trolls con ortografía de analfabeto, hasta políticos de larga trayectoria (en su lado de la vereda).
Pero esta historia se repite a diario, cualquier aspecto de la realidad sirve para descargar comentarios, independiente de si son provocados por reflexiones de José Antonio Kast, Daniel Matamala, Tere Marinovic, Mónica Rincón, Natalia Valdebenito o el Compadre Moncho, lo importante al final del día, es apoyar irreflexivamente y balar con fuerza.
Duela a quien le duela, nadie es dueño de la verdad y la objetividad es un imposible; del momento que una persona ha procesado los antecedentes con la propia experiencia, influencia verbal y no verbalmente lo que está comunicando, sino recuerden las muecas del Senador Alejandro Guillier cuando leía las noticias o los agradables sarcamos y risas de Rafael Cavada cuando comenta la realidad criolla, por lo mismo es tan importante que no olvidemos que depende de nosotros ser capaces de extraer de cada discurso aquello que aporta de aquello que no importa o mejor dicho, de aquello que no nos impacta.
Jugando con la polémica, ¿Es tan detestable oir a José Antonio Kast proponiendo un sistema de contratación estatal libre de pitutos?, ¿Se sienten ofendidos cuando Tere Marinovic describe paso a paso como se han contratado incompetentes para cargos clave?, pero no nos quedemos en ese extremo, ¿Es tan terrible leer las iniciativas de Gabriel Boric o Giorgio Jackson donde plantean la reducción de la dieta parlamentaria o mayor transparencia en el uso de arcas fiscales?, incluso podría mencionar ideas de Daniel Jadue o Karol Cariola que merecen ser aplaudidas, pero la idea no es extenderme en lo puntual, sino simplemente cuestionar nuestra incapacidad (en términos globales) de masticar o rumear un poco lo que hoy se nos ofrece como máximas absolutas por los pastores de turno.
Estimados todos, sin ser una verdad absoluta o rígida, es sensato establecer que no hay manera alguna de que dentro de esta larga, hermosa, diversa y angosta faja de tierra, un sector político, de manera democrática, pueda aplacar el pensamiento de los demás, tampoco hay forma alguna de que nuestro país logre independizarse del modelo económico mundial, por lo que la convivencia cívica nos exige ser capaces de llegar a acuerdos destinados a mejorar lo que tenemos. Por lo mismo es fundamental que aprendamos a valorar los aportes que vienen de quien piensa distinto, al mismo tiempo que podamos desatender a quienes desde nuestro propio sector, buscan evitar o dañar ese diálogo necesario.
En fin, sólo el tiempo dirá si lograremos ser capaces de desarrollar altura de miras, todos juntos claro está.
Comentarios
02 de enero
Concuerdo con lo esencial del artículo, y no sé si ha sido de un tiempo a esta parte que se sigue como borrego a ciertas figuras o ha sido siempre así, lo real del asunto es que el pensamiento crítico esta en retirada, en algunos casos presumo que pensando algunas estrategias para enfrentar las leyes mordaza. Quizás quitar filosofía de las mallas formativas contribuye a empeorar el asunto o quizás no, no se sabe, probablemente el efecto sea contrario y solo sirva para formar borregos más impúberes, porque al final del día las ciencias sociales que moldean el pensamiento de los líderes de opinión, de los académicos, de los políticos y de muchas otras figuras tienen un claro dominador ideológico, la Escuela de Frankfurt, eso al menos que la ola no venga de vuelta, y eso ya se puede ver, al menos hay cierta evidencia que algunas mentes comienzan cansarse de las figuras mediáticas, de las ideas que se imponen sobre sus vidas.
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