Las peras, el olmo y el agricultor

Mi medio grano de arena y mi opinión, no consejo porque no tengo sabiduría para eso, es que deberían ya sincerar sus intenciones políticas los grupos que se han descolgado del oficialismo de derecha e izquierda y plantear candidatos para votarlos en el caso que se ganen la confianza de todos los que estamos hartos de ambos bandos. Y lo otro, obviamente es que los que quieran emprender esta aventura, lo hagan utilizando las redes sociales como recurso para dar a conocer sus propuestas y ganar adeptos.

Ahora bien, la ley está hecha para terminar con todo intento independiente de alzarse como alternativa y sólo en las pasadas elecciones se pudo contrarrestar dichas leyes-amarre en el caso de Boric, que sí tiene un respaldo político organizado pero que me parece es suficientemente independiente como para ser el único de la bancada «joven» que opina de todo y ha solicitado explicaciones a Sebastián Dávalos, por poner un ejemplo.

Pasé por un periodo de pereza cívica y no voté durante mucho tiempo. Y cuando lo hice, me equivoqué al votar por la Concertación. Con respecto a mi familia, mi madre lo ha hecho por la concertación y nueva mayoría más por identidad de género. Es una mujer mayor a la que no justifico pero qué le puedo hacer? Y la nueva generación de mi hogar, recién podrá ejercer su derecho en las próximas elecciones.

En todo caso, estoy convencida que es hora que a los Congresistas, corruptos, flojos, descuidados, sinvergüenzas, inconsecuentes y en especial a todos los que ya llevan más de 2 periodos es urgente cambiarlos. Espero haber respondido sus preguntas.

Saludos.

Bueno le comento desde mi corta experiencia como votante:
Voté Arrate cuando lo único que había eran 4 candidatos: Frei Ruiz Tagle, Piñera, MEO y Arrate. En segunda voté Frei, el mal menor (por prontuario) entre dos males. La anterior, con 9 candidatos, voté Claude.
Básicamente para mis elecciones he considerado dos criterios: primeras medidas y carrera política (o prontuario). Arrate y Claude en sus promesas primordiales hablaban de nacionalización del cobre y universalización de servicios como educación y salud. El «prontuario» de cada uno era el menos malo, no blancas palomas, pero definitivamente el menos malo.
Las últimas elecciones fueron notables, había mucho donde elegir, para TODOS los gustos (Sfeir habló de medicina alternativa en hospitales!) y sin embargo… UNA ABSTENCIÓN ALTÍSIMA.
Creo que hoy por hoy, inclusive más allá de la necesidad de encontrar candidatos con real representatividad, se hace imperioso interesar a las personas en la política. Enseñar «tips» acerca de los supuestos ideológicos con los cuales parten cada candidato e interiorizarlos en la misma historia del país.
Los chilenos somos tremendamente ignorantes de nuestro pasado lejano y también del cercano. Pocos se acuerdan de «chascarros» que dejan entrever la pobreza espiritual e intelectual de montones de políticos contemporáneos: el menú de Lavín, Piñera al mencionar explícitamente que la educación es un bien de consumo (hay video en youtube de su promesa de educación gratuita) o el «paso» de Bachelet para no hacer balance de su primer gobierno. Es por ello que parte de las conversaciones que dedicamos debiesen estar orientadas para precisamente dar profundidad a detalles que hablan de la calidad moral del político.
Logrado ese primer paso de cambiar la apatía reinante por interés es que se dará naturalmente que candidatos independientes y de cuño ciudadano representativo real irán siendo elegidos con cada vez más frecuencia.
Quizás una medida urgente, complementaria a la acción de interesar políticamente a la población, es ver la manera de emparejar la cancha en lo que respecta a los gastos de campaña. Es injusto que Bachelet haya gastado 5377 millones de pesos, mientras que Roxana Miranda haya gastado apenas 60 millones. Había gente que jamás supo quién era Roxana y que estoy casi seguro que si tal candidata hubiese tenido tanta exposición mediática como tuvo Bachelet le hubiese ido muchísimo mejor en votación: mujer, luchadora, dirigente social y con los pies en el barro.
Un gusto. Saludos.

Gracias.
Entiendo lo de la música porque suelo escribir con los audífonos puestos.
Saludos.