Todos estaban muy entusiasmados con la visita de doña Desconfianza, el olor a plástico producía una especie de éxtasis colectivo, ya nadie se acordaba de la Señora Patria.
La señora Patria estaba relativamente tranquila, después de muchos años de esfuerzo había conseguido casi todo lo que quería, tenía una pequeña casa propia, sus hijos estaban en la escuela y en el liceo, y tanto ella como su marido ya llevaban un buen tiempo trabajando. Como eran esforzadosy responsables, podía mirar con cierta paz su futuro y el de su familia.
Es cierto que el año pasado había tenido algunas dudas, especialmente cuando le comentaron que las protestas estudiantiles se debían a que los aranceles de la universidades eran muy caros y que, además, no todos los profesionales que se titulaban podían encontrar un buen trabajo. Eso la tenía algo asustada, lo mismo que los comentarios de una vecina que había tenido que internarse en una clínica. Si bien se había mejorado, la deuda que tenía era inmensa y a pesar de los bingos y rifas organizados en la parroquia y en la escuela el pago se hacía muy difícil.
Con todo, la señora Patria, se sentía contenta, mal que mal estaba de cumpleaños y esa fecha siempre la ponía alegre, era prácticamente la única fiesta en que toda la familia se juntaba y compartía. Los hijos y el marido preparaban algo especial para el almuerzo y en la tarde, como era la costumbre, salían a caminar por algún parque.
Sin embargo, en un momento todo cambió, la Señora Patria fue visitada por una prima lejana, doña Desconfianza. Doña Desconfianza se veía artificialmente mas atractiva y joven que la última vez que vino. Como llegó cargada de regalos y llena de bolsas de “La Polar”, todos en la casa la recibieron muy bien, excepto la Señora Patria. Ella se acordaba cuando hace muchos años, había llegado la doña Desconfianza y con la misma técnica había conseguido que todos se olvidaran de ella.
Doña Desconfianza era experta en torcer las cosas, en hacer que cada uno dejara de pensar en el resto y empezara a buscar únicamente el beneficio propio. Tenía una enorme capacidad para enredar todo y hacer aparecer como verdadero lo que no es y esconder lo realmente importante y valioso.
Todos estaban muy entusiasmados con la visita de doña Desconfianza, el olor a plástico producía una especie de éxtasis colectivo, ya nadie se acordaba de la Señora Patria.
Como siempre, la Señora Patria sacó fuerzas desde dentro y le dijo a doña Desconfianza que no había lugar para ella en esa casa. Que ahí las cosas se decían con verdad aún cuando fueran dolorosas, que tomara sus regalos y se los llevara.
La Señora Patria recordó que se había demorado muchos años en reconstruir lo que doña Desconfianza había destruido en su última visita.
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Foto: baguneir0 / Licencia CC
Comentarios
20 de septiembre
Es una «linda» historia. Pero me quedan dudas sobre quien es la señora Patria. Y a que se debe su exceso de «alegría» antes de la aparición de Doña Desconfianza.
¿Qué esta haya llegado con bolsas de la Polar significa que lo sucedido solo es fruto de la casualidad? ¿de un error estilo Davila? ¿Qué reclamar y pedir que se aclare ese caso y otros similares es parte de una estategia de doña Desconfianza para mellar la alegria triste de la señora Patria?
¿Estategia de rojos y resentidos?
¿Ese acto, esa confabulación en contra de una gran parte de ciudadanos es solo un plan perverso para hacer reir a la señora Patria?
¿Debemos callar y «seguir confiando» en ese tipo de acciones, que de fondo no tiene nada que ver con la Patria sino con asuntos completamente privados y corporativos transnacionales?.
¿Quién es esa señora Patria?
Me parece que es la pretensión, el anhelo de un grupo de señores y señors que no quiere que el país cambie. Que no se dan cuenta que es necesario que suceda, que si se mantiene asi, la señora Patria desaparecerá tras la puerta de un manicomio.
Ricardo no hagas veronicas con la bandera. Ni con lo que aun creemos que es patria. Sin roce no hay avance. Y a estas alturas ya nos hemos dado cuenta de la paz de cementerio que hemos tenido este tiempo, y que eso ha significado que los mismos de siempre hayan hecho los que se les dió la gana.
Que a Doña Patria le han robado su mar, sus rios, sus árboles, que la soberanía es un cúmulo de acciones en Endesa, en Barrick, en Soquimich. A eso se limita la identidad de Doña Patria, un montón de papeles cuyo valor de cambio no le pertenece a los chilenos. De los cuales solo obtiene la esperanza y nada de realidad; la fábula de ser tigres en economia. Vedettes en el tubo de progreso; de bailes entre lentejuelas y piel desnuda.
La historia que has contado solo raya en la fábula con que el hombre-frito ganó su nobel.
+1
20 de septiembre
Muy bien dicho…, es cierto que no podemos seguir confiando ciegamente en el modelo de «Chile S. A.» pero..¿Cual sería tu receta para evitar que la Sra. Patria termine en el manicomio??
Por favor, aparte de criticas y alabanzas hacen falta propuestas acertadas y con respaldo para que la cosa cambie.
20 de septiembre
Estimado Ricardo su historia es una apología al continuismo. La señora Patria seguramente ha estado ensimismada en el exitismo que le entregan los guarismos macroeconomicos pero muy desvinculada de la real situaciòn que viven sus hijos…Yo le sugiero a la Sra Patria que asuma su rol de dueña de casa y tome la visita de doña desconfianza como una advertencia o aviso de lo que se puede venir
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