Ya no hay límites. Esa es mi conclusión. Partiré por el final para que me entienda.
Hoy veía en las noticias, como un joven orinaba y cortaba el cableado eléctrico a un cuartel de bomberos… luego, como otros iniciaban una riña en un pub porque no querían pagar la cuenta, y posterior, el cuerpo de una joven fallecida encontrada en un barril del Monte… Sí, en un barril.
De inmediato se me vino a la cabeza cuando hicieron pedazo el Cristo de la Iglesia de la Gratitud, o como cuando quemaron un edificio al frente del Congreso Nacional en Valparaíso, donde falleció una persona…Hay algo que no cuadra… ¿Me entiende? Somos los mismos, pero en diferentes contextos.
Todo esto pasó en Chile.
Estos ejemplos son recientes. Vamos más atrás.
Chile es golpeado por un fuerte terremoto. Nadie nos detiene, pero en positivo. El chileno, aun apaleado, no tiene tiempo para el “shock”, agarra lo poco que tiene y lo pone al servicio de la comunidad. Una sociedad que se acoge, se protege, se pone “las pilas” y la mano en el bolsillo.
Hay algo que no cuadra… ¿Me entiende? Somos los mismos, pero en diferentes contextos.
Si a un extraterrestre se lo comentara así, tal cual, seguro no me cree.
Como dos ejemplos, de una misma sociedad, pueden ser tan desgarradamente opuestos.
He aquí el problema: Nadie se hace responsable.
Y como no hay problema que no tenga solución, le planteo solo 3 pilares fundamentales para una eventual respuesta:
- Partamos desde la casa: La crianza. Dejemos de hacernos “los lesos”. Las desigualdades económicas no determinan los valores. Los ejemplos que damos sí.
- Nunca es culpa de uno, sino que de tod@s: Asumamos que no vivimos en una isla y hagámonos responsables. Vivimos en comunidad y el cuidar de otros es una misión colectiva… Quizás Claudia del Monte, estaría viva.
- Los políticos no son los culpables, somos nosotros quienes los elegimos: Con casi el 67% de abstención, han sido elegidos quienes nos representan. Repito, 67% de abstención.
No estamos contentos con quienes están, pero tampoco estamos dispuestos a apoyar a quienes quisiéramos que estén, e incluso, muchos quieren que no esté ninguno, cosa que es imposible… ¿De verdad cree que ellos tienen la culpa? Creo que no.
Entonces… si no es la política, no es la religión, no es el fútbol, o a estas alturas, lo que sea…
¿Qué es?
No soy dueña de la verdad, pero creo que se relaciona con la incapacidad de hacernos responsables de nuestros propios actos y, en su defecto, por la omisión de ellos.
Hay mucho por hacer. ¿No cree?
Comentarios
02 de noviembre
Una vertiginosa y provocadora publicación.
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05 de noviembre
Tengo una idea de la causa, y puede ser un sub-producto (deseado o no) de la implantación de un modelo económico que fomenta y privilegia el individualismo, donde vemos al otro como rival y no como aliado.
Antes de su implantación vivíamos en hogares sin tanta protección, hoy nuestras casas parecen cárceles.
Quizás, lo que se buscaba era tener una sociedad dividida, ya que así es fácil controlarla.
Saludos
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