En las redes sociales y en las ediciones en línea de El Mercurio, La Tercera y Emol un grupo de individuos -cuyos perfiles de insultadores profesionales han desencadenado una retahíla de ofensas, mofas y agravios a la periodista Mónica González- quien fuera secuestrada junto con su nieta en México. Lo inaudito ha sido la actitud asumida por los editores de esos medios digitales que, abdicando de toda ética periodista, no han aplicado ningún tipo de filtro para impedir que se vertiera ese odio irracional contra una profesional que ha cumplido un rol destacado en el periodismo investigativo, tanto en los crímenes de la dictadura como en develar la relación incestuosa entre dinero y política.
Ese no es el tono que ayude al debate público. La formación de una opinión pública libre es uno de los requisitos esenciales de una democracia. La calidad de la misma influye en la calidad de la democracia. La libertad de expresión se ejerce por ciudadanos libres e iguales que asumen responsablemente su identidad, mientras los perfiles anónimos no lo hacen. Esa es una realidad sintomáticamente peligrosa.Lamentablemente, muchos usuarios han querido instalar la denigración y el insulto de una manera pasmosa, instaurando un clima enrarecido de odiosidades y desconfianzas.
Estas hordas de enmascarados en red saben que sus insultos o afrentas quedaran exentos de cualquier responsabilidad. Es por eso que quieren hacerle daño por lo que ella piensa y hace como periodista. Quieren censurarla, cegarla, apagarla. Les gustaría no oírla más. Creen que atacándola de forma personal conseguirán su objetivo. Pretenden que el insulto haga mella en ella y se encarnizan sobre la persona que odian por su notoriedad profesional. Este fenómeno no beneficia en general a la sociedad. Ni a unos ni a otros.
La incontinencia de los tuiteros, quienes actúan en consonancia con la pretendida impunidad que se ha implantado en casi todos los ámbitos de la vida; parece ya casi normal que estos personajes anónimos injurien, provoquen y zahieran al que piensa distinto y aplauden al que comparte su tono condenador sin que pase nada. Ellos no están ejerciendo su derecho a opinar sino ejercen de una manera intolerante la denostación escudándose que ello no tendrá consecuencias para quien emite las diatribas, amparado en el anonimato y en un sistema medial sin cortafuegos. Son los nuevos savonarolas que alimentan, hoy como ayer, más con el odio que con la deliberación o el razonamiento el tratamiento respecto a los problemas que afectan a la sociedad.
Los anima más el interés de pontificar que el debate de ideas, apelando a un vértigo de opiniones letales dirigidas a estigmatizar a la persona causante del encono del twitero, recurriendo a un lenguaje más bien toxico, muy propia del supremacista moral, cuyo único fin es propinar una ignominiosa camotera virtual al blanco de su ira; lo esencial es la condena o destrucción del otro –contra cualquiera con opinión propia y distinta- y al convertirse en trending topic en las redes sociales, los estimula aún más a recurrir a las agresiones verbales que reproducen patrones de socialización que desvalorizan la razón y la argumentación con matices.
Internet en los últimos años ha tenido una gran repercusión y un fuerte crecimiento y esto es lo que ha provocado el gran auge de todos los diarios y publicaciones digitales, unido al protagonismo y aumento creciente de las redes sociales, que combinados constituyen un poderoso elemento mediático y un buen apoyo siempre y cuando las utilicemos como es debido.
Lamentablemente, muchos usuarios han querido instalar la denigración y el insulto de una manera pasmosa, instaurando un clima enrarecido de odiosidades y desconfianzas. Algunos internautas tienen como único fin difamar o acosar a una persona, aprovechándose de la alta probabilidad de que, una vez que ello está en la red, es imposible desmentirlo. Miran el mundo en blanco y negro, por ende, son una muestra de intolerancia, integrismo y sectarismo, pero también de necedad y falta de educación cívica. El impulso que los mueve casi siempre es provocar y crear polémica en vez de ayudar a razonar y actuar con prudencia. Juzgan con la ofensa y la descalificación personal, refugiándose en un discurso de satanización del otro ante la ausencia de una argumentación contundente y coherente.
El rigor y la calidad del debate público sirve de oxigeno y es esencial para perfeccionar la democracia, pero que algunos nos intentan hacer olvidar. La efectividad del debate se traduce cuando la motivación no es emitir quejidos desde la galería ni la prédica, sino el hacer pensar. La deliberación, en cambio, exige un análisis con sutilezas y matices para alumbrar los temas y como método para ir al fondo del problema, entendiendo al debate como el enriquecimiento con otros puntos de vista y estar dispuesto, por ende, a considerar en forma atemperada las miradas antagónicas.
Sin embargo, a pesar que las redes sociales suelen ser instrumentalizadas para zaherir, no deberían ser descartadas por su poder de exposición de ciertas lacras sociales que los medios de comunicación tradicionales amancebados por el poder político y económico no comentan. Es necesario, entonces, reconocer que en un mundo globalizado y sujeto a los cambios que las nuevas tecnologías propician, las redes sociales son herramientas imprescindibles, pues, algunas veces, ayudan a fijar la agenda y el debate público hacia temas de interés general.
Comentarios
11 de agosto
Asumo, señor Rubio, que ha expresado lo mismo cuando las hordas de trolls de izquierda hacen los mismo con políticos de derecha, cierto? Como atacan a Lavín, o incluso a José Piñera, por dar un ejemplo
0
11 de agosto
Don Juan Pedro, Las personas que suelen pensar como el Sr. Lavín o José Piñera que también sufren este tipo de afrentas, me preocupa y las rechazo en forma categórica porque es un fenómeno en ascenso y de ello no se libra nadie: ni hombres ni mujeres, ni de derechas ni de izquierdas. Es una banalidad que ensucia el debate público. Y a todos nos debería inquietar este enrarecimiento de la convivencia que bordea en algunos casos con un macartismo o estalinismo arraigado en amplias capas de la sociedad. Es por ello que considero, además, debe retomarse la deliberación y el debate de ideas entendido como búsqueda de la objetividad, esencial para cualquier sociedad democrática.
12 de agosto
Cuando castrados mentales como Juan Pedro no pueden ver objetivamente una situacion como la comentada por Jaime el unico recurso que le queda es atacar como si dos cosas malas lo justificaran. Acaso carece de las suficientes neuronas para separar las dos casos y emplear argumentos que demuestren que Jaime Rubio esta equivocado? La verdad que las amebas carecen de razonamiento.
12 de agosto
Y justo acá tenemos otro ejemplo de troll de izquierda, don Sergio Alfredo. Algo que comentar, señor Rubio??
12 de agosto
Señor Rubio,
Gracias por su atenta y sólida respuesta. Mis saludos
12 de agosto
Hace años ella pareció en un programa de TV haciendo acusaciones gravísimas contra un médico, lo hizo bolsa. El problema es que las denuncias judiciales terminaron en nada (nada de nada). A lo mejor es bueno que le toque sentir un juicio público injusto y cruel, después de todo, ella es una periodista hecha y derecha, y la enriquece conocer el otro lado de la moneda.
0
12 de agosto
Don Rodrigo Fernández, La critica que en el pasado hiciera Mónica González a un médico -el tenor de la cual no tengo conocimiento- no justifica que se descarguen las descalificaciones y resentimientos en comento. Ante hechos controversiales es mejor reaccionar emitiendo un juicio acorde con un patrón reflexivo, en vez de impulsado por el deseo de adjetivar negativamente al instante. Como lo expresé en un post a Juan Pedro, rechazo tajantemente también este tipo de afrentas sufridas por el señor Lavín ya que es un fenómeno en ascenso y no se libra nadie: ni hombres ni mujeres, ni de derechas ni de izquierdas y que bordea en algunos casos con el macartismo y/o estalinismo arraigado en amplias capas de la sociedad, enrareciendo la convivencia democrática.
Saludos, Jaime
13 de agosto
Don Jaime, escribí que la experiencia de la señora es cuestión «a lo mejor» sería buena. Eso no implica ánimo de venganza alguno, sólo se refiere al aprendizaje en carne propia que la podría hacer mas prudente en su rol como periodista en el futuro… y eso podría ser bueno para todos, periodistas prudentes y mesurados, ajenos a linchamientos y agresiones de cualquier tipo. Buenas noches.-
12 de agosto
Mi lema es «No hacer caso a huevones»
0
12 de agosto
Si todos nos respetaramos como personas, como individuos, si el periodismo no estuviera tan fuertemente contaminado por las ideologías y sus gurúes, si realmente creyeramos en la democracia y pensaramos que no somos dueños de la verdad, y por lo tanto se fuera capaz de asumir errores y equivocaciones, entonces no se atacaría a las personas que piensan distinto en forma tan virulenta, la izquierda ataca sus adversarios sin compasión, la derecha hace lo mismo, donde pueden y donde se dan las circunstancias, mienten, tergiversan cosas, inventan, dicen verdades a media, pero lo más triste de todo es que hay ejércitos de acólitos que los siguen, que les creen, que se inspiran en esos periodistas y en sus medios para formar sus » verdades», formas sesgadas de ver el mundo en que todos los días consumen más porquería para odiar a otros.
+1
14 de agosto
Interesante la cita mencionada por SERVALLA, en relación a la forma como actúan los periodistas servidores de la prensa monopólica
» si el periodismo no estuviera tan fuertemente contaminado por las ideologías y sus gurúes».
Es una realidad concreta esto del servilismo o lacayismo de un importante sector de profesionales, obedientes servidores de quienes les pagan (gran señor es don dinero), situación influye negativamente en la información verdadera de los sucesos diarios y peor todavía ayudan a crear ambientes que van minando o distrayendo la atención de lo principal, que es, revelar la verdad de los hechos en forma imparcial.
También se advierte en muchísimos profesionales de la actividad periodística una falta de formación moral y honestidad profesional, virtudes deben ser parte de su formación ética.
12 de agosto
El bullying en redes sociales es una plaga troll que hace años ha cobrado fuerza. Hoy fue el caso de MG, y mañana será otra persona, y da los mismo su etnia, ideología política, edad, género, etc. Ya que le interesa una opinión pública libre, esperamos que eleve su crítica con la misma fuerza cuando alguien que no piensa como usted sufra las consecuencias de la intolerancia.
0
12 de agosto
Don Marcelo López, La edición digital tiene muchas ventajas potenciales, como son la hipertextualidad, la interactividad y la frecuencia de actualización, lo que brinda la oportunidad a tod@s los lector@s de opinar, sugerir, preguntar o aportar información SIEMPRE que se haga con juicio y crítica reflexiva y argumentada, exenta de subjetividad negativista que solo encubren conductas inquisitoriales. Rechazo con fuerza, por tanto, todo improperio o descalificación personal emitidos por internautas cuyo fin es hacer daño moral a los demás -ya sea de izquierda o derecha- porque no comparten sus ideas. Los insultos o afrentas personales sólo reflejan una inferioridad intelectual, vulgaridad o estereotipos de clase que ensucian el debate público.
Saludos
16 de agosto
Cualquiera que investigue en serio todo lo que está pasando en Chile, los destapes de fraudes, robos, corrupción de la élite político empresarial y de las Fuerzas Armadas, con sus montajes y bombazos, corre riesgo de ser atacado de la peor forma a través de las redes sociales. Es como cuando destapas una alcantarilla, sale el hedor a cloaca! No se si son muchos o tienen un programa que los multiplica, pero están muy bien organizados para atacar en grupo y amenazar. La prensa tipo El Mercurio, siempre ha estado del lado de la mentira y el saqueo al país, por algo los financiaron desde la CIA, son traidores profesionales, cero ética y por supuesto lo que hacen es todo menos periodismo, yo lo llamo prostitución mediática! ¡Fuerza Mónica, vas por buen camino, cuando los perros ladran!
+1
17 de agosto
Nina,
El rol del periodista debe ser la de un profesional atento a las necesidades e inquietudes de la sociedad, fiel y exacto en la descripción de los hechos. Esa es la base y soporte de las comunicaciones, lo que implica objetividad y alejarse de trincheras partidarias para expresar un periodismo entendido como búsqueda de la verdad, de la transparencia e imparcialidad. Una cosa es la «opinión» -que cada persona tiene la suya y está colmada de matices- y otra muy distinta es la «información» que debe ser concisa, concreta, veraz y contrastada en diferentes fuentes, ya que el periodista siempre debería estar consciente de la gran responsabilidad social que tiene.