Ésta es una fecha triste para el país y quiero explicarte en breves palabras porqué. Te pido que me leas desapasionadamente, recurriendo tan sólo a tu entendimiento. No pretendo despreciar las fiestas patrias, pues considero una buena idea celebrar la independencia de Chile. Lo que rechazo no es lo que haces, ni lo que disfrutas, ni los momentos en que compartes con tus amigos y familia. No, lo que repudio es que hoy, en preparación para las celebraciones de este fin de semana, miles y miles de animales son empujados bajo el azote de las varillas eléctricas, moviéndose asustados por un maldito y estrecho redil de cemento. Allí avanzan sin la piedad de nadie, caminando con el temblor en las junturas sobre el charco de sangre de sus hermanos. Al final del tramo les espera un martillo y un puñal, listos para fracturar el hueso y rajar la carne. Es esa maldad despreciable lo que me indigna, ese abyecto acto de barbarie, ese desprecio por la dignidad de la vida. Es esa imperdonable indolencia frente al sufrimiento ajeno lo que no tolero.
Mientras lees estas líneas de dolor e impotencia, en los mataderos se triplica la tasa de asesinatos, cometidos con una premeditación que raya en la ignominia de la perversión, ejecuciones llevadas a cabo en medio de una actitud de desdén por el tormento infligido. Montañas de vacas, cerdos, corderos y aves de corral son descuartizadas en este mismo momento para que la ignorancia de muchos de amancebe con el egoísmo supino. Porque ante las lágrimas ajenas y los mugidos de terror, frente al sonido sordo de huesos fracturados y de músculos desgarrados, nadie puede tener paz en estas fechas. Tu alma ciega y sorda frente a la maldad, pagará una buena suma para que otros cometan el crimen que de seguro no serías capaz de perpetrar. Cuando eras niño amabas a los animales. Intuías que al igual que tú, ellos también son animados por un espíritu consciente y capaz de experimentar el placer y el dolor ¿Qué es lo que ocurrió en el camino?Durante tu infancia, los adultos a tu alrededor procuraron que no asociaras tu plato de carne con los animales que dibujabas después de ir de paseo al campo.
Durante tu infancia, los adultos a tu alrededor procuraron que no asociaras tu plato de carne con los animales que dibujabas después de ir de paseo al campo. Ya de joven entendías, pero elegiste no pensar en ello, pues era más fácil de ese modo. Sin embargo creo que no es tarde para ti. No es tarde para nadie. Tu corazón aún late, tu alma aún vibra. La vida que corre por tus venas y la conciencia que sostiene tu humanidad aún se elevan hacia los ideales más nobles de bondad y compasión, de justicia y misericordia. Ayúdame a crear conciencia. Juntos podemos aprender a comer sin crueldad. Difunde este mensaje compartiéndolo con los demás, pues ya lo ves; me gustan las celebraciones, pero aborrezco la brutalidad.
Comentarios
18 de septiembre
Muchas gracias, por escribir y por publicar. Cada dia somos mas los que elegimos respetar la vida animal y terminar con el abuso, la decision esta en ti, cada vez que vas a comer.
+1
20 de septiembre
Gracias por tus bondadosas palabras Sofía.
18 de septiembre
Un crecimiento canceroso y disfuncional de la empatía, eso es el animalismo. Ponerse a llorar por la comida es una muestra de inmadurez rayana con el cretinismo.
-1
20 de septiembre
No lloramos por la comida, nos compadecemos del ser sintiente que sufre. La virtud de la compasión es un desarrollo humano que eleva el espíritu y exalta la inteligencia. El cretinismo es justamente esa incapacidad para comprender el sufrimiento ajeno, pues si el corazón no da el ancho, al menos la inteligencia debería. Pero ya ves, no siempre alcanza.