Este error es uno de dirección, de ubicación… de espera en la búsqueda a encontrarse con un resultado hallado en alguna instancia o espacio. De algún modo, lo que esperábamos que estuviera en un lugar, en un sitio web determinado, en un servidor determinado, quizás en las infundadas esperanzas del tecnoptimismo como proyecto político que dio cuna a los computadores, a las máquinas automatizadas, a la minería y al internet, a la creación de nuevos dispositivos que controlen el sueño y que nos hagan sentir bellxs, ha colisionado con la realidad de que no hay un lugar como el que se imaginó la generación 1.0.
Esto ha sido devastador para el grupo que fue alimentado por la ciencia ficción y por la creación cinematográfica hollywoodense, grupo de nuestros profesores y referentes en general, hijos del mito fundacional de las start-up en Silicon Valley. El servidor en donde hemos depuesto nuestras expectativas y proyectos no tiene lugar sino un sitio en blanco, como si la esperanza se hubiera migrado a otro extremo remoto del espacio virtual.Hacia dónde nos dirigíamos y cómo es que terminamos en un servidor que no tiene contenido. ¿Qué estábamos buscando? ¿Qué era el servidor? ¿Con qué dirección nos equivocamos? El servidor en donde iba o íbamos a encontrar, ¿Qué cosa?
El acerelacionismo nos ha removido al punto en que no vimos las implicancias de lo que estábamos inventando y, quizás, la creación se ha vuelto en nuestra contra por las contradicciones propias del humanismo posmo del 68 que nunca pensó esta realidad material, en el alcance de la tecné fundada por capitales ángeles. ¿El nihilismo es la respuesta? Me parece demasiado googleable como para creérmelo en este punto de la discusión, del debate y de la existencia.
Habíamos fantaseado e incluso deseado el nuevo paraíso ciberpunk que nos iban a traer las revoluciones sociales “woke” y transnacionales, coordinadas a través de Tik Tok y de Reddit, pero no pensábamos que íbamos a terminar trabajando por nuestros laptops sin ninguna claridad respecto del futuro, ni teníamos como imaginarlo salvo un par de comics y manga que nos daban pistas especulativas. Que la épica iba a estar en nuestra capacidad de manejo de redes sociales o de nuestra elocuencia en el trabajo escrito en el nuevo blog trendy de moda, medio hipster trasnochado. Que quizás nadie logre leerlo o nunca miran en la dirección para que seamos vistos. Tan conectados que no seamos capaces de observar y construir una vida que nos haga sentido vivirla.
Hacia dónde nos dirigíamos y cómo es que terminamos en un servidor que no tiene contenido. ¿Qué estábamos buscando? ¿Qué era el servidor? ¿Con qué dirección nos equivocamos? El servidor en donde iba o íbamos a encontrar, ¿Qué cosa?
La tecnología, nos decían, debía obedecer a un horizonte mayor – altruista si se quiere -, que debiera ser vista como un bien mayor y de largo aliento, que no se detiene en pequeñeces como el 18O o la evidencia en torno al Covid-19, hasta que es demasiado tarde. El modelo neoliberal en la producción de la cultura tecnológica ha mostrado sus fisuras y ha complejizando la relación entre lo irrelevante que puede lograr ser un paper, con lo económicamente interesante que podrá ser el patentamiento de la nueva cura contra el coronavirus. No tenemos tantas respuestas como preguntas.
Entre el terraplanismo y las conspiraciones propias del 5g acompañados del Big Data que habla de K-Pop financiado por movimiento antivacunas, nos juntamos en interfaces digitales a problematizar, incluso hacia dónde nos dirigimos, encontrándonos en los límites de lo que hasta ahora hemos definido como humano y tensionando lo digital.
Comentarios
26 de julio
Todos, pero TODOS los problemas son «el neoliberalismo». ¡Hasta en la computación! Donde son los niños bonitos del mercado, donde hay harta pega y bastante bien pagada. Pero, no, Es que falta un «horizonte mayor»….ese que solo el Estado amoroso bondadoso omnipresente y omniconsciente nos llevará! ; ¡Viva el nuevo Dios!, que además haremos «entre todos..» (sic).
La generación de Cristal definitivamente campea en redes sociales, y la queja el instrumento político mas repetido.
+1
26 de julio
Si ud quería decir que por ser critico del orden económico soy inmediatamente estatista, no supo leer mi texto. Ojalá para la próxima oportunidad yo tenga la capacidad de expresar mejor mi reflexión. De todos modos, creo que sus criticas son ad hominem. Debería subir el nivel, como para no ser de la generación de cristal que tanto ataca. saludos
30 de julio
«sentir bellxs» .. ¿No es generación de cristal?
Pero, yendo al punto, la crítica radica en que se declara que un alguien debería dar un sentido a la vida y al trabajo. Hay un alguien que nos tiene que dar eso, debe ser un superguia que nos alumbre.
Cuando los programadores se constituyen como tribu, eligen un camino. Hablan en codigos, se ríen cuando alguien les dice que hay que apretarles «escape» , o demases. Ese camino no tiene por qué tener un norte o más aún un Mesías que nos guíe. Para tenerlo, deben estar estar dispuestos a jugar un rol que ese Mesías defina. ¿Lo están?
26 de julio
Se me agota la paciencia cuando intento leer a estos niños snobs de la izquierda 2.0: hay uno con pasado mechero que quiere ser presidente pero prefiere encaramarse a los árboles como mono y hablar de dibujitos animados japoneses; este otro echándole la culpa de todos los males «al neoliberalismo» del que profita a más no poder (si no que me diga de donde sacó la ropa que lleva puesta y «la MAC» -seguro que nada menos- en la que escribió este artículo sentadito en algún Starbucks). Con las ganas que tienen de borrar la historia y reescribirla en lenguaje inclusivo (puagh) capaz que hasta se atribuyan la invención de la rueda: patéticos.
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