Nuestro país tiene mala reputación en cómo se relaciona con los pueblos originarios y de ejemplo nos sirve lo ocurrido a principios del s.XX y que terminó con la extinción del pueblo Selk’nam (Ona) en Tierra del Fuego. Exterminio patrocinado por los latifundistas José Menéndez y Mauricio Braun para adueñarse de sus tierras y destinarlas al ganado lanar. Menéndez llegó a pagar una libra esterlina por indio cazado y muerto. De esta forma se hizo desaparecer de forma bárbara e inhumana un pueblo que habito por milenios esas tierras. El desdichado fin de los Selk’nam por mucho tiempo fue ocultado y negado y costó bastante que saliera a la luz.
A José Menéndez y Mauricio Braun se les atribuye el desarrollo económico de la región. Posiblemente y por lo mismo, descendientes de los asesinos afirman que gracias a lo que se hizo hoy no hay indígenas en Tierra del Fuego, así que no hay problemas. Menéndez fue abuelo de Enrique Campos Menéndez, quien era el redactor de los bandos militares del Golpe y escritor predilecto del dictador Pinochet.
Conociendo el trágico final del pueblo Selk’nam, podemos afirmar que los mapuches tienen mejor suerte y no pudieron ser exterminados. Pero, no pueden librarse y por los últimos acontecimientos en la Araucanía sale a flote y es el racismo presente en el alma de la sociedad chilena reflejado con “¡El que no salta es mapuche!”, que se gritó la noche del sábado 1 de agosto frente a la Municipalidad de Curacautín. A esto hay que sumar los intereses de grandes empresarios que sacan provecho del racismo.Mientras no seamos capaces de sentarnos a conversar, a escuchar y ponernos en los zapatos del otro. Mientras no lo hagamos, se ve difícil que logremos la tranquilidad en la zona
La solución se ve compleja, mientras no seamos capaces de sentarnos a conversar, a escuchar y ponernos en los zapatos del otro. Mientras no lo hagamos, se ve difícil que logremos la tranquilidad en la zona. Los motivos básicos son nuestro excesivo centralismo y tener un “capitalismo familiar a la chilena” que discrimina política y económicamente al pueblo Mapuche.
Para avanzar, tenemos que reconocer los derechos de los pueblos originarios, dejar de criminalizar sus demandas, dejar de responder los actos violentos militarizando aún más la zona, dejar de aplicar leyes especiales como la Ley Antiterrorista o a la Ley de Seguridad del Estado. Que terminan siendo soluciones superficiales. Ya está bueno que entendamos que el fuego no se puede apagar con bencina.
Los que dirigen el país creen erróneamente que nuestro territorio es habitado por un único pueblo, el “chileno”. Esta forma de pensar la hace ciega al hecho que en Chile conviven Rapa Nui, Mapuches, Aymaras, Atacameños, Quechuas, Changos, Chonos, Diaguitas, Kawésqar, Tehuelches, es decir, somos un país multicultural. Históricamente, el Estado nunca ha reconocido esta diversidad ni sus particulares derechos. Más bien son vistos como recursos turísticos, como quien va al zoológico a ver monos. Los políticos y grandes empresarios criollos continúan tratando el tema Mapuche con mentalidad del siglo XIX y cuando va una autoridad de Santiago a la zona, tiene la misma actitud del patrón de fundo que “baja” a conversar con sus inquilinos a imponer sus propias reglas.
Con el pueblo Mapuche ocurre una situación adicional, ellos son un pueblo orgulloso y nunca fueron sometidos, ni por Incas, españoles ni por el estado chileno, por lo tanto siempre han provocado “ruido” entre los Huincas. Son un pueblo con una rica cultura e historia y es mucho más antiguo que el nuestro y si han podido sobrevivir hasta ahora a pesar de todas las adversidades, implica que tienen la enorme capacidad de administrarse solos y no requieren nuestra tutela.
Tenemos la tarea histórica de instaurar en la actual o en la nueva constitución el reconocimiento específico hacia los pueblos originarios. Permitirles que tengan sus propios representantes políticos que defiendan sus intereses, instaurar leyes adecuadas a sus diferencias sociales y culturales. Hay que darles espacio en sus territorios ancestrales para que hagan su vida dentro del Estado de Chile, respetar su cultura, que usen su lengua y sus tradiciones libremente. Y no se está pidiendo nada extraño, incluso Chile a firmado pactos y Convenios Internacionales que van en esta línea.
Si queremos avanzar hacia un estado moderno tenemos que actuar como tales y nos puede servir de ejemplo España con el pueblo Vasco. Además que al hacerlo, es la mejor forma de preservar el medio ambiente de la región y aportar en frenar el Calentamiento Global.
Ahora, para vencer el racismo debemos reconocer que todos y aquí no se salva nadie, somos racistas. Es natural ver con recelo a cualquier individuo que luzca o se comporte diferente a la que estamos acostumbrados en nuestra sociedad, lo hacemos con los haitianos, los bolivianos, los peruanos, etc. Incluso, los mapuches son racistas con nosotros los huincas. Al reconocer este hecho y enseñarlo desde el colegio, podemos aprender a controlarlo y darnos cuenta cuando estamos teniendo actitudes racistas frente a otra persona.
Es decir, combatir el racismo resulta ser más fácil que vencer los intereses de los grandes empresarios, las forestales y las empresas hidroeléctricas, que no están interesadas en perder sus privilegios frente a los legítimos dueños de las tierras que ocupan y para ello recurrirán a sus dos principales armas, una es el dinero para hacer lobby y comprar políticos y la otra es el miedo.
Recordemos que el principio: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos” es universal, nos falta aplicarlo con todos quienes habitamos este largo y angosto territorio que llamamos Chile.
Comentarios
11 de agosto
«desconfianza que se basa en promesas que quedan incumplidas una y otra vez».
Tenemos otro motivo para apoyar una nueva Constitución: «Más bien el camino es el que nos abre el proceso constituyente. Ahí está la posibilidad de cambiar las instituciones fundamentales que no están funcionando, de constituir al país como plurinacional, reconocer los derechos indígenas, empoderar a las regiones para que los chilenos, que no se sienten indígenas, también tengan mejores opciones en la zona sur.»
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-53673734
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19 de agosto
Esto pasa cuando los derechos humanos son vistos como una «aspiración».
Claudio Nash (abogado , coordinador de la Cátedra de Derechos Humanos de la Universidad de Chile.): «Chile firma muchos instrumentos internacionales en materia de Derechos Humanos, pero no siempre se hace un ejercicio serio de ver el impacto que esto tiene en el ámbito interno, es decir qué modificaciones legislativas y prácticas administrativas debieran implementarse», lo cual «es un déficit en materia de cumplimiento de buena fe de los compromisos internacionales».
https://mundo.sputniknews.com/america-latina/202008181092449616-chile-y-el-doble-rasero-ante-las-demandas-del-pueblo-mapuche/
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19 de agosto
«Acá hay un choque cultural con respecto a la cosmovisión y la concepción de la vida que pueden tener los pueblos mapuches versus los que no se consideran. En ese sentido los modelos productivos mapuche son comunitarios, son en comunidad, y sin duda buscan de alguna otra manera el tema de la sobrevivencia y la sustentabilidad, con un respeto irrestricto a la naturaleza y a su territorio», señala a Sputnik Rafael Pizarro Rodríguez, director de la carrera de Administración pública de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM).
https://www.elextremosur.com/nota/25830-oligarquia-antimapuche-en-chile/
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