Desde el sábado pasado, en materia futbolística, por primera vez Chile es campeón de América. Después de décadas de “jugar como nunca y perder como siempre”, cansado de “triunfos morales”, Chile logró imponerse sin atenuantes de la mano de un técnico argentino Sampaoli, quien tiene el mérito de haber continuado la senda abierta por Bielsa, y con un plantel de excepción. Sampaoli mantuvo la impronta, el sello, la marca dejada por Bielsa.
Así como se ganó, se pudo haber perdido, como tantas otras veces. Sin embargo en esta ocasión, se ganó. El trofeo fue ganado en base a pundonor, esfuerzo y trabajo. No es fruto del azar. Nunca antes Chile había tenido tantos jugadores disputando partidos en las más importantes ligas mundiales. También impuso su condición de local, condición que no vale de nada si no se tienen los jugadores y el cuerpo técnico apropiados.La obtención de títulos es fruto de conquistas personales antes que de políticas deportivas institucionalizadas y lo mismo me temo ahora. ¿Dónde están los sucesores del Niño Maravilla, del Matigol, del Mago, del rey Arturo, de Edú, del Príncipe?
Recordemos que en un pasado no muy remoto, la necesidad de ganar, particularmente cuando se jugaba de local, agobiaba a los jugadores. Hoy eso no ocurre porque se trata de jugadores curtidos en las ligas más exigentes del mundo. En un pasado no tan remoto la realidad del minuto actual era impensable. Nunca nos imaginamos ver a tantos, no solo jugando en equipos del más alto nivel, sino que brillando en ellos.
El tema es ¿y ahora qué? Las exigencias son mayores. La obtención de la copa constituye un hito, y los desafíos de ahora a enfrentar y superar son significativamente mayores. No nos debe pasar lo que nos ocurrió con el tenis. Después de Fillol y Cornejo en la década de los ’70, poco pasó, hasta que apareció Marcelo Ríos, como una suerte de estrella fugaz seguida de Fernando González y el Nico Massú. ¿Qué quedó? Poco y nada. ¿Qué nos dice todo esto? Que la obtención de títulos es fruto de conquistas personales antes que de políticas deportivas institucionalizadas. Lo mismo me temo ahora. ¿Dónde están los sucesores del Niño Maravilla, del Matigol, del Mago, del rey Arturo, de Edú, del Príncipe?
La conquista de la Copa nos plantea mayores exigencias, y por lo mismo, si no encaramos apropiadamente la necesidad de institucionalizar políticas deportivas realistas y masivas que contribuyan a sostener lo conquistado, corremos el riesgo de dejar atrás los lindos momentos presentes.
Para cosechar, hay que sembrar, mejorar la tierra. Aprovechemos este minuto de gloria para no solo sentarnos en los laureles.
Comentarios
10 de julio
Estos logros nos demuestran varias cosas
1- El esfuerzo personal rinde frutos
2- Nada es imposible si se hace lo necesario para alcanzar lo que se quiere
3- Chile tiene condiciones para (lo que sea)
Y eso es clave, porque muchos padres empezaran a considerar que «Ser Deportista» es una opción, tal y como lo es en Argentina y Brasil.
Porque permite soñar con metas (ya no inalcanzables)
Y porque la raza o genética tampoco es tema
Lo lamentable es que aun no hay gobiernos con esta visión, hace días vimos como muchos deportistas de élite no fueron inscritos en los panamericanos (error que no es nuevo)
Tampoco vimos a la televisión hablando de esto con la importancia que merece
Por lo tanto, sin ser fatalista, el deporte Chileno también está condicionado al voto chileno.
Un abrazo y gran columna.
Pero….. Si SAMPAOLI logró lo que logró con la U y la selección…. Bielsa, como mucho, fue la inspiración de Sampa…. Y poco tuvo que ver con ser Campeón de América. (Eso lo siento a chaqueteo contra nuestro DT)
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10 de julio
No es chaqueteo! es simplemente reconocer que el nuevo clima es fruto de Bielsa; el mérito de Sampaoil fue construir sobre esa base, manteniendo la filosofía de tener confianza, de jugar hacia adelante, ofensivamente, no arratonados. Sampaoli tiene tantos o más méritos que Bielsa. Asi que, por favor, no se interprete como chaqueteo! de niguna manera!
10 de julio
Rodolfo.
Creo que sabes que nunca te tildaría de Chaquetero, pero eso de ser Vuida de Bielsa por ratos me mata… un técnico puede ser base, pero quitarle mérito a otro no es de mi gusto.
Por así decirlo, los logros de Guardiola en el Barcelona tienen nombre y apellido…. Johan Cruyff, sin el holandés, la Messía no sería el semillero que es hoy, pero no por eso se puede decir que Pepp y Villanova cosecharon frutos sembrados por otros.
Un abrazo, gran columna y mejor debate.