Amanece de nuevo

Más allá de la deriva autoritaria. Más allá de la analítica. Más allá de números y cuentas. Más allá de esta manía innecesaria a que fuimos conducidos. Más allá de los hechizos fabricados desde alturas fraudulentas. Más allá de la carrera agobiadora en tiempos de asfixia del alma verdadera. Más allá de la basura heredada de deseos que envenenan. Más allá de plusvalías y angustias por lo escaso y huidizo. Reconozcámonos en sociedad como personas dignas e iguales en derechos y oportunidades. Mirémonos de frente. Sigamos despertando.

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Se abrirán espacios nuevamente para pensar, reír y soñar. Para trabajar con diligencia y levantar en suelo despejado. Para conversar de otra manera, hablando en lengua renovada. Para acordar tareas.

Amanece de nuevo. Dejemos que el gran río se lleve los escombros y los conduzca al mar donde la sal y el sol los quemen y derritan. Se abrirán espacios nuevamente para pensar, reír y soñar. Para trabajar con diligencia y levantar en suelo despejado. Para conversar de otra manera, hablando en lengua renovada. Para acordar tareas. Para congraciarnos y reparar viejas disidencias. Para perdonar con generosidad. Para recuperar la salud de pueblo que alguna vez fuimos y perdimos con lamento. Para terminar con extravíos que nos llegaron sin entender de donde y de quien venían realmente. Sin saber quién inició la guerra y quienes sus culpables. Para un terminar definitivo de esas historias horrendas porque hay mucho que hacer y se han abierto caminos.

Pasemos más allá de las lógicas de lucha. Más allá de congelar y ahondar las diferencias. Más allá de levantar nuevas barreras y esclavitudes solapadas. Buscando la amistad, la unidad y la paz necesarias para construir en territorio inexplorado la ciudad que queremos y que hicimos posible. No destruyamos la esperanza que hemos conquistado. Un río trajo el agua de fuentes cristalinas. Aprovechemos su milagro para lavar nuestras heridas y regar todo lo nuevo. Más allá de herencias innombrables saldrá a luz lo creativo del pueblo numeroso.

Más allá de ejemplos valederos vendrán nuevos desafíos que harán necesarias todas las fuerzas, ciencias y artes, del capital acumulado de país y del mundo en todas partes.

Habrá riesgos, peligros y amenazas. Sabremos combatirlos como se debe. Los logros y avances hay que cuidarlos con esmero. Habrá momentos difíciles y espacios en sombra. Tendremos la alerta y el vigor de la juventud y la experiencia y la calma de los mayores.

Seremos conducidos esta vez por un joven pastor que cuida sus ovejas, llevándolas a pastar cuidando su agua y su comida. Soltando amarras ya envejecidas, alejando el rebaño de peligros, de bestias feroces, hambrientas y cebadas. Abriendo horizontes naturales sin violencia, sólo indicando el camino para llegar, abrevar y pastar en la llanura.

Final de sacrificios, de torturas y alambradas, de campos exclusivos, de viejos feudalismos. Libertad para hacer y sanar de viejos traumas, de odios y ambiciones desmedidas. Época de nueva juventud, de inocencias ya crecidas para guiar reemplazando viejos estilos, endurecidos por las rabias del pasado, por dictados criminales, por muertes inútiles, por demonios.

¿Alguna vez merecimos tan duro destino? Veamos como superamos ese karma fatal. Avancemos a la Patria posible que se anuncia. Al mañana de promesas. A la gracia que nos llega. A trabajos necesarios, a vigilias en calma. Agradecidos, veamos lo que ha llegado a nuestras manos. Promesas y tareas. Haremos entre todos una parte. Lo demás lo dejamos a quien le pertenece. A la madre Tierra, a la naturaleza que construye y levanta sin cesar sus edificios, que abre en silencio sus caminos, que guía nuestros pasos, que nos despeja la vista y nos invita a seguir adelante.