He leído tantos anti Teletón y pro Teletón, casi en una guerra de argumentos para persuadir al «otro». Creo que cada uno debe actuar conforme a su criterio y corazón. Sí usted quiere aportar, hágalo calladito. Sí usted no esta de acuerdo, pues bien, no vaya y punto. Y córtenla de «peleas y palabrotas de acá para allá».
En lo personal, como mujer con discapacidad y madre de una peque con discapacidad, no tuvimos la mejor experiencia en Teletón. Al contrario, el diagnóstico fue lapidario, y si bien una siempre espera que no te engañen o ilusionen con falsas esperanzas, si se espera un trato humano, empático y sobre todo un mínimo de sentido común, porque por muy malo que sea el panorama, siempre, siempre se puede hacer algo, sobre todo si se trata de un bebé.Después de la evaluación en Teletón, lloré casi un mes seguido, mi mente ahondaba noche y día en aquel día, sentía que todo había terminado, pero mi hija, seguía y sigue despertando todas las mañanas con una tremenda sonrisa
No puedes matar a un niño en un diagnóstico, no puedes decir que no tiene esperanza de sobrevivir y, en último caso, si realmente es así, sé humano cuidadoso en las palabras que usas, que en ese diagnóstico no solo evalúas una enfermedad, sino que quiebras corazones de toda una familia detrás.
Mi llamado no es a no donar, ni apuntar los dardos a Teletón, sino a ser fuertes mamis y papás, que un equipo médico o un «profesional de la salud» jamás termine con su «fe», «garra»,» lucha», y «búsqueda», de una mejor calidad para sus hijos. Que nunca nadie, mate la esperanza de nuevas opiniones.
Que mi hija no sea niña símbolo de una espera sin fin para ingresar su patología al Auge, que no sea símbolo de una seguidilla de negligencias o encasillada en el grupo de los sin esperanza, solo por poseer un diagnóstico crítico o depender del sistema público.
Que no se repliquen casos similares, donde se cierren las puertas por tener un síndrome o enfermedad compleja.
Que la rehabilitación y derecho a la salud sea universal y no sigan muriendo personas en el anonimato.
Por lo general, mi entorno cercano sabe muy bien lo reticente y desconfiada que soy cuando de salud se trata y saben perfectamente el por qué, pero también saben que en los pocos que confío son los mejores. También saben que» rendirse», no esta dentro de mis opciones, aunque en montón de ocasiones me he derrumbado, tengo un tremendo motivo para continuar.
Después de la evaluación en Teletón, lloré casi un mes seguido, mi mente ahondaba noche y día en aquel día, sentía que todo había terminado, pero mi hija, seguía y sigue despertando todas las mañanas con una tremenda sonrisa, se lo pasa todo el día jugando y regaloneando, haciendo desorden, siendo feliz, que el mensaje es claro, «rendirse jamás».
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