El terremoto vivido el 27 de febrero del 2010 ha dejado una huella profunda en nuestro país. Huella de la cual aún no hemos podido recomponernos del todo, debido a un proceso de reconstrucción que ha sido lento y poco transparente. En el área de salud el gobierno ha respondido, pero su respuesta ha sido a través de soluciones provisorias, como los hospitales modulares. Sin embargo, la ciudadanía aún sigue esperando las soluciones definitivas para la reconstrucción de los establecimientos de salud dañados.
Algunas dudas respecto al diagnostico
Debemos recordar que la infraestructura de salud fue sumamente golpeada por el terremoto. De los 29 servicios de salud, 18 fueron afectados. Las cifras que entrega el ministerio sobre los daños, son de cerca de 84 establecimientos de salud dañados, y cerca de 4.249 camas perdidas.
El ministro Mañalich el día 24 de febrero de este año planteó que la reconstrucción en salud es de un 96%, pero surge una duda, al ver ese optimista resultado, y dice relación con que el número de establecimientos que fueron dañados es distinta. Se aseguró que del total de establecimientos dañados que fue de “354[…] con daños se han reparado y reconstruido 337”. ¿Por qué hay una discrepancia tan grande? ¿Por qué hoy aparecen 270 establecimientos que no estaban dentro de los diagnósticos del gobierno durante el 2010 y 2011? ¿Será que el Minsal está juntando “peras con manzanas”? Es decir, ¿se están juntando en un mismo saco, establecimientos que no fueron daños y donde se realizaron algún tipo de obra, con aquellos que si lo fueron afectados por el terremoto?
Hospitales modulares
Otro elemento que no podemos dejar pasar, respecto del porcentaje de reconstrucción anunciado por el ministro, tiene que ver a que se está dando por cumplida la reconstrucción con establecimientos que son provisorios, específicamente los hospitales modulares, que si bien, pueden ser buenos y entregar condiciones adecuadas, estos por ningún motivo pueden ser considerados como una solución definitiva. Además, la construcción de estos establecimientos no estuvo ausente de problemas y graves retrasos. Debemos recordar que el 2010, Mañalich prometió que los hospitales modulares, estarían terminados para abril de 2011, sin embargo llegada esa fecha se anuncia que los establecimientos estarán listos para junio. No obstante, nuevamente se incumplió el término siendo el plazo definitivo octubre. El ministerio culpa de estos retrasos a las empresas que se hicieron cargo de la construcción de los establecimientos, sin embargo el ministro reconoce en una entrevista en La Tercera, que "las empresas no tenían experiencia en este tipo de construcción".
Tomando en cuenta las palabras de Mañalich debemos preguntarnos, ¿por qué se adjudicaron estas obras a empresas que no tenían experiencia en este tipo de construcciones? Los montos involucrados en estas construcciones superan los 37.000 millones de pesos y por concepto de multas por atrasos solo se están cobrando 370 millones a las empresas involucradas. Esta situación nos ilustra que en el proceso de reconstrucción ha existido improvisación y falta de prolijidad, tal como se evidencia el proceso de selección de las empresas que construyeron estos hospitales.
Inversión pública y política de concesiones hospitalarias
Un elemento que debemos obligatoriamente observar son los recursos para inversiones públicas en salud. Desde ahí salen recursos destinados a la construcción, normalización y reposición de las infraestructuras públicas de salud.
Durante el año 2010, el presupuesto sectorial en inversiones fue de 268.756 millones, de los cuales se gastaron realmente 213.182 millones (79% de ejecución). El 2011, si bien el presupuesto aumenta en un 5,28% en relación al 2010, llegando a los 282.950 millones, el gasto que realizaron efectivamente los servicios de salud alcanzó solamente los 185.074 millones (65% de ejecución).
Estas cifras son preocupantes porque, si bien existen los presupuestos para realizar inversiones, estos están siendo gestionados de forma ineficiente. Si contextualizamos este gasto con los montos totales requeridos para la reconstrucción en salud, informados por el propio ministro Mañalich (para los 18 servicios de salud con daños) y que era de 2.381 millones de dólares, considerando la ejecución de los 18 servicios de salud en cuestión, alcanzamos un total de 515 millones de dólares. Es decir, el gasto real alcanza a un 22% de la cifra entregada por Mañalich, pudiendo este 22% en realidad ser menor, dado que no toda la inversión realizada en los 18 servicios de salud está destinada a reconstrucción.
Una posible explicación del bajo gasto puede tener relación con que la construcción de los hospitales definitivos está siendo pensada bajo el modelo de las concesiones hospitalarias. Modelo que internacionalmente ha mostrado ser sumamente caro y que puede incluso comprometer la calidad en los establecimientos bajo este régimen. Por lo demás, no puede ser que la reconstrucción de los hospitales termine siendo una fuente de lucro para las grandes inmobiliarias (los contratos pueden alcanzar la administración de los recintos entre 15 a 20 años).
En conclusión, resulta inaceptable que el gobierno realice una manipulación de las cifras de reconstrucción como se ilustra en sus discrepantes diagnósticos, así como la nula autocritica respecto de sus retrasos. Sin embargo, hay que decir que más indignante aún es que se diga que prácticamente la reconstrucción está finalizada, cuando las soluciones que se están entregado son provisorias y más aún que se busque generar lucrativos negocios a costa de la reconstrucción de hospitales.
* Matías Goyenechea es integrante del movimiento Salud Un Derecho.
* Sobre la reconstrucción, te invitamos a leer las entradas de Paulina Vergara, Coordinadora del Observatorio de la Reconstrucción de la U. de Chile, "A dos años del terremoto y más allá de las cifras", y de Danilo Canales, "Tengo rabia".
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Foto: Ministerio de Salud
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