Prevenir es claramente el camino, debemos dejar de llegar tarde. Ahora, iniciar la prevención en la Universidad cuando los problemas de consumo se inician mucho antes es claramente llegar tarde. ¿Cuándo y, por sobre todo, cómo debemos hacer prevención?
Duele leer los resultados de la encuesta de consumo de drogas realizada por SENDA en estudiantes de educación superior. Duele ver a nuestra futura generación de profesionales comprometidos con el consumo de alcohol y sustancias y pensar ¿cuál es el futuro que estamos construyendo? ¿Quiénes de ellos terminarán comprometidos en consumos problemáticos de drogas más duras? La ciencia nos ha enseñado que el cerebro está en desarrollo hasta los 23 a 26 años. ¿Quiénes de ellos dañarán su cerebro aún en desarrollo de manera irreparable? Resulta paradigmático que una de las generaciones que más apoyo van a recibir desde el país para hacer de su educación una opción viable gracias a las políticas de gratuidad, sea a la vez una de las generaciones que más comprometa su desarrollo por el consumo de alcohol o marihuana.
¿Qué debemos hacer como país para reaccionar ante esto? Dos son los antecedentes que como Fundación San Carlos de Maipo creemos que deben tenerse en cuenta: primero, los estudiantes universitarios no iniciaron su consumo al comenzar sus estudios superiores. Como dice Carlos Charme, director de SENDA, “tenemos una generación que reportó altos índices de consumo de drogas en edad escolar a partir del 2011 y que son quienes declaran aún más altos índices de consumo en su etapa de formación profesional”.
Segundo, solo un 31% de los estudiantes señala conocer los programas preventivos de la universidad, y de ese grupo el 44% la califica como regular o mala.
Prevenir es claramente el camino, debemos dejar de llegar tarde. Ahora, iniciar la prevención en la universidad cuando los problemas de consumo se inician mucho antes es claramente llegar tarde. ¿Cuándo y, por sobre todo, cómo debemos hacer prevención? La Oficina de las Naciones Unidas para las Drogas y el crimen (UNOCD en su sigla en inglés) actualizó sus Estándares Internacionales de Prevención de Consumo de Drogas el 2018, y sus recomendaciones nos pueden servir como iluminación en cómo enfrentar este complejo tema. Lo primero es que la prevención es un asunto de largo plazo, que implica programas e intervenciones a lo largo de toda la vida de nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes. En orden a dejar de llegar tarde es relevante iniciar intervenciones tempranas.
Lo segundo, es que se pueden establecer rankings de actividades que son más o menos efectivas para lograr prevenir el consumo: las campañas informativas sobre el riesgo de las drogas en medios dirigidas a adolescentes y adultos figuran dentro de las acciones menos efectivas. Contra cierta intuición, los programas que entregan habilidades parentales en infancia y adolescencia temprana y la educación preescolar y escolar inicial, están dentro de las acciones más efectivas para prevenir el consumo futuro.
Se hace urgente cambiar el foco de nuestros esfuerzos si realmente queremos dejar de llegar tarde a los problemas de consumo que enfrentan nuestros jóvenes. Una agenda de largo plazo, que aborde los desafíos del desarrollo será mucho más desafiante, pero mucho más efectiva, para alejar a nuestros fututos constructores del país de las sustancias que puedan comprometer su desarrollo y, lo que todos los adultos podemos desear para nuestros jóvenes, su felicidad.
Por Raúl Perry,
Director Social de Fundación San Carlos de Maipo.
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