Los defensores de este paradigma argumentan la indiscutida naturalidad del matrimonio, sin embargo ignoran (porque me obligo a no sugerir que deliberadamente lo esconden) que el matrimonio como institución es muchísimo más antiguo que la definición que la Iglesia defiende de este; es más, esta institución (el matrimonio canónico), nace del sincretismo entre el matrimonio romano consensual, y el matrimonio germánico coital.
«La creencia en la existencia de otros seres humanos como tal es amor». Esta frase de la filósofa francesa, mística, teóloga y activista política Simone Weil, refleja lo que es, en esencia, el paradigma principal de la filosofía cristiana. El respeto por el otro, el reconocimiento de la dignidad en el prójimo como contenedor de derechos e imagen de Dios. Pero esta afirmación resulta conflictiva cuando analizamos la labor que ha tenido la Iglesia Católica oprimiendo y condenando a los homosexuales, moviendo todo su aparato político para evitar que los Estados legislen favorablemente a sus causas.
Mi intención no es referirme a la discusión que hoy se lleva a cabo desde la sociedad civil, sino que hacer un llamado de alerta a los que somos católicos por la falta de discusión en nuestra propia Iglesia y que está generando que, como institución, estemos estancados.
Durante su historia, la Iglesia ha vivido lo que se denomina ‘cambios de paradigma’; estos cambios dicen relación con que, llegado el momento, nos daremos cuenta de que el mundo ha cambiado de tal manera que el pensamiento aceptado hasta ese momento devendrá anacrónico. Se requiere, por lo tanto, una reflexión respecto de aquellas materias que están provocando un daño en la labor evangelizadora, la que eventualmente termina ‘actualizándose’.
Esto podrá sonar conflictivo para el católico que cree fervientemente en la defensa de sus principios. No obstante, no resultará desconocido para aquel que ha leído sobre la historia de su Iglesia; ha ocurrido en materias políticas, sociales y económicas. A pesar de eso, se mantiene reticente a discutir respecto los temas sexuales que hoy se cuestionan, manteniendo la posición del paradigma antiguo clásico.
Los defensores de este paradigma argumentan la indiscutida naturalidad del matrimonio, sin embargo ignoran (porque me obligo a no sugerir que deliberadamente lo esconden) que el matrimonio como institución es muchísimo más antiguo que la definición que la Iglesia defiende de este; es más, esta institución (el matrimonio canónico), nace del sincretismo entre el matrimonio romano consensual, y el matrimonio germánico coital.
Jamás existió algo así como ‘la única definición’ de matrimonio. Dicho de otro modo, el ‘matrimonio civil’ entendido como el matrimonio no- canónico, existe desde antes, y nada impide su reforma como ha ocurrido a través de toda su historia.
Como católicos, esto nos debe decir que no está todo dicho aún, ni siquiera para nosotros. Pasado ya este 21 de diciembre (supuesto fin del mundo) podemos asegurar con un poco más de seguridad, que el mundo seguirá como está. Aún queda mucho, y la Iglesia debe ser consciente de su existencia en el mundo terrenal, el cual no la exime de su potencialidad a la corruptibilidad. Como toda institución.
Esperemos que el debate se abra, no desde la sociedad, ese se está dando hace rato, sino como Iglesia, pues nos estamos quedando atrás y todavía no somos capaces de empezar el debate internamente. Ya hay ciertos teólogos que han empezado (Calvez y Curran) pero falta que la Iglesia civil empiece a dialogar y a trabajar por un nuevo cambio de paradigma.
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Comentarios
03 de enero
Creo que pedirle a la Iglesia catolica que cambie de postura es ignorar que la Iglesia catolica no tiene por qué hacerlo. Ni esa ni ninguna otra iglesia. Las iglesias se asientan en dogmas, y los fieles o los aceptan o dejan de ser miembros de ellas.
Es cierto que la Iglesia catolica puede tener ciertas cosas un poco raras como dogma, o que los fieles no estan de acuerdo siempre con los clerigos, pero la Iglesia catolica, como muchas otras, es jerarquica, no es una democracia, y los fieles tienen limitada voz y no tienen voto sobre los asuntos relevantes. Así funciona la iglesia catolica y si ha sobrevivido mas de 1500 años es porque el sistema no es tan malo. Por algo muchas otras iglesias lo han imitado.
Asi que si la Iglesia catolica defiende que el matrimonio es entre hombre y mujer y es para toda la vida, no tiene por qué cambiar de postura sobre eso. Creo que la Iglesia tiene situaciones internas mas relevantes sobre las cuales modernizarse que sobre su idea sobre el matrimonio, empezando sobre su responsabilidad y de la de sus miembros cuando estos cometen delitos. Creo que tener un derecho para los sacerdotes y monjas y otro para la sociedad esta provocando mas roces que la idea del matrimonio. El hecho que las monjas tenga tan poca voz dentro de la misma iglesia, aun cuando tengan tantas responsabilidades como los sacerdotes es otro tema que deberia preocupar a los catolicos. El alejamiento de la curia Vaticana y de los mismos clerigos, sobre todo con el continuo acoso a los que se plegaron a la teologia de la liberacion y de aquellos que debaten sobre la politica vaticana es otro punto mas importante que el matrimonio.
¿Y por que es mas importante? Porque lo que se esta debatiendo no es el matrimonio religioso, sino el civil. Y ahi ni la Iglesia catolica ni ninguna otra debe ni puede imponer a la sociedad sus ideas. Lo que los prelados de la Iglesia catolica dicen, y lo que dice cualquier clerigo o predicador de cualquier iglesia, es valido solo para los fieles de ella, no para toda la sociedad, que hace muchos añitos que es multiconfesional.
Y ahi creo que radica el «pecado» de la Iglesia catolica. No porque sobre este tema sea mas intolerante que otras iglesias (yo no he visto a los musulmanes ni a los judios ni a los mormones muy proclives a los matrimonios homosexuales) sino en que desde la cupula clerical se esta ejerciendo una presion indebida sobre el poder politico para que «su» punto de vista sea el oficial del Estado. Ni la Iglesia catolica, y ninguna otra, tiene derecho a opinar sobre la reforma al matrimonio civil, menos en un Estado que constitucionalmente es laico.
Pero el «pecado» de la Iglesia solo es posible porque los funcionarios del Estado (entiendase congresistas y miembros del poder ejecutivo) se les olvida el detallito que deben anteponer los intereses de la sociedad por sobre los propios. Es irrelevante si son catolicos, judios, mormones, budistas, hindues, coptos, ortodoxos…. cuando los funcionarios estan en sus puestos de trabajo son y deben ser laicos, y sus decisiones no pueden estar influenciadas por su pertenencia a una iglesia.
Si la Iglesia catolica, o cualquier otra, dice «el matrimonio es entre hombre y mujer», yo, catolica, no tengo que discutirlo. No tengo esa prerrogativa. Mi problema es que si no creo que es asi, ya no soy realmente catolica. Pero si lo creo, mi deber es acatarlo: yo, catolica, no puedo casarme en una iglesia catolica, bajo el rito catolico, con otra mujer. Si yo, catolica, quiero casarme con un divorciado, tengo que asumir las consecuencias de ello, porque se, y nadie me engaña, que la iglesia catolica tiene reparos al respecto. Lo que yo, catolica, no puedo hacer, es obligar al resto a que actue como yo. Yo no puedo decirle a una pareja de lesbianas que no se casen, ni a dos divorciados que no lo hagan, porque yo soy la catolica, yo soy la que tiene que cumplir con los dogmas y preceptos que la iglesia, a la que yo pertenezco. Los demas son libres de hacer lo que quieran, es «su» decision. No tienen por qué agradarme las lesbianas y divorciados, no tengo por que ser amigos de ellos, ni siquiera tengo que hablarles, pero sí tengo la obligacion de respetarlos.
Creo que es muy facil tirar los dardos a la Iglesia Catolica, o a cualquier otra, en este tema. Ello ocurre porque los miembros de la iglesia catolica son bastante honestos en este caso, y sabemos lo que piensan, y porque hay mucha ignorancia sobre lo que significa ser catolico. No es catolico el que va mas a misa y luego se dedica a chismorrear sobre sus vecinos, ni es mas catolico el que obliga a los demas a llevar una vida de castidad, sino el que cree y vive bajo las normas que la iglesia dicta.
El problema es que no sabemos lo que piensan los politicos, y son ellos los que deben cambiar de actitud y asumir que en la sociedad chilena lo del «matrimonio» y la «familia» del papa, mama, hijitos y perrito no es la norma.
Aqui ya no cabe el tiempo del debate, aqui es hora que los politicos se dejen de hipocresias y legislen en beneficio de todos los tipos de parejas que existen: las que conviven, las heterosexuales, las homosexuales… No se van a ir al infierno por eso, sino por sus muchos otros pecados.
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03 de enero
Interesante planteamiento, desde la perspectiva «civil». Es absolutamente necesario abrir espacios y consensuar lo que la población vive con lo que los Poderes Morales quieren. Quisiera, desde mi humana arrogancia básica, heterosexual pero absolutamente tolerante, plantear un análisis : La biblia, o el precepto católico, incluso hasta en muchos rituales, no fué más que la recopilación de diferentes religiones y no hay que ser un profundo investigador para descubrir los copypast desde los escritos Budistas o Mulsulmanes, al menos. Pero sistemáticamente ha eliminado la realización del ser humano en pos de lo divino. Y todo esto lo ha fundamentado en textos escritos y rectificados por las escasas personas que sabían leer y escribir en esas épocas y con una visión literaria que perfectamente bien podría ser acomodaticia a su propio concepto, filosófico, social o político.
Dicho esto, sinceramente creo, como padre amante y entregado a mis hijos (ergo dios, en lo que el concepto de padre implica) Jamás de los jamases sería capaz de castigar con penas del infierno la propia definición sexual de ellos, esos mis hijos. ¿Que objeto tiene amar a los hijos, sólo si piensan como uno? Eso para mi poco humilde creer, sería un egocentrismo rayano en la locura Eimeeen
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03 de enero
Lo que me parece impresentable es que la iglesia católica haga uso del lobby con los políticos para imponer a toda la sociedas sus creencias. Lo correcto sería que los curas fueran capaces de convertir a la mayoría de los miembros de una sociedad de modo que sus creencias se impusieran en forma espontánea. El uso del lobby para imponer en forma ilegítimas sus creencias demuestra la poca fe que tienen en sus «medios sobrenaturales» y en su capacidad de convertir suficiente cantidad de ciudadanos al cristianismo.
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13 de enero
El matrimonio es una acto celebrado con mucha anterioridad a la Iglesia Católica, Forma parte de la cultura Judeo cristiana, incluso desde Adan. Para quienes no son creyentes una explicación, nosotros creemos en verdades reveladas, no creemos en un cumulo de creencias de común acuerdo y modificables en escencia. Aquí no se vota por dogmas, se aceptan.
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