Por esto es que independiente de si realizó realmente o no una asesoría al Minsal, lo interesante es ver la posición desde la que habla el ex candidato a senador. Una posición de victimización, a ese niño al que lo están acusando de manera injusta. Como si el solo acto de haber puesto en el tapete la realización de estas asesorías al ministerio, haya sido un acto de mala fe en contra de él.
Si algo le hizo bien a la figura de Zalaquett fue la imitación de Kramer. Mientras amigos me decían que la caracterización era notable y que el alcalde quedaba como un perfecto idiota, yo simplemente movía la cabeza. Tal vez lo hacía porque nunca me he comprado mucho los discursos que están en demasiadas bocas, ni las risas que se escuchan muy fuerte. Pero la cosa es que siempre supe que cualquier cosa que sucediera, la imitación de Kramer sería el mejor escudo de quienes son imitados. Esto porque Kramer los convierte en caricaturas, en seres casi inofensivos y divertidos. Los descafeína y por lo mismo los reduce al humor.
Otro ejemplo es Piñera, ya que gracias al cómico la gente comenzó a centrarse más en sus tics, sus problemas de dicción que en la gestión que llevaba a cabo en La Moneda. Pasó de ser uno de los personajes más ricos de Chile y con una concentración de poder insultante, a convertirse en un tipo simpaticón, torpe y hasta buena onda. Al límite de encontrarlo un pobre hombre.
Con don Pablo Zalaquett pasa eso. Cualquier cosa que pueda hacer, cualquier error grave que pudo haber cometido con los estudiantes cuando fue alcalde de Santiago, pasaba desapercibido- aunque tal vez perdió por eso la reelección- tras la figura que instalaba Kramer y que era la de un hombre maduro que no se atrevía a conversar con las mujeres. Un pobre niño nombre con pelo en el pecho, pero con una ingenuidad infantil y casi tiernucha.
Por esto es que independiente de si realizó realmente o no una asesoría al Minsal, lo interesante es ver la posición desde la que habla el ex candidato a senador. Una posición de victimización, a ese niño al que lo están acusando de manera injusta. Como si el solo acto de haber puesto en el tapete la realización de estas asesorías al ministerio, haya sido un acto de mala fe en contra de él y su pequeño y tiernucho espíritu.
Kramer lo salvó con su imitación. Aunque pueda saberse de algún actuar dudoso de su parte, nosotros veremos en Pablo al imitador detrás y nos reiremos, y daremos vuelta la página, porque es un personaje de ficción y los personajes de ficción no hacen nada malo. Al contrario, los personajes de ficción se mueven en un ambiente que no es real y esa no realidad no tiene nada que ver con lo nuestro, con nuestro día a día, por lo que no nos llega, no nos choca, sólo nos divierte. Nos parece simpático. Nada más.
Por ello es que este problema propio de acusaciones veraniegas nos resbala, incluso si resultara ser de suma importancia. No importa que la transparencia-la cansadora transparencia- esté en juego, porque sólo nos quedaremos frente al televisor y sonreiremos y hasta nos pondremos del lado de este personaje de monos animados que se pone frente a las cámaras con sus miserias, con sus desgracias, con su infantilismo televisivo, con su pirotecnia del drama y de la injusticia que están cometiendo con él.
Esto porque él mismo se creyó lo que Stefan y sus películas le dijeron. Porque prefiere verse en una sala de cine, le gusta esa imagen que crearon de él, le parece, en el fondo, coherente con lo que él mismo cree que es y lo que finalmente todos terminaremos creyendo que es, pero no es.
Pero la realidad es distinta, es más plástica, más elástica. Y los seres humanos somos más complejos de lo que las caricaturas nos quieren decir. Somos seres con pensamientos que aunque digamos lo contrario, hacen mover cada uno de nuestros actos, por muy pequeños que estos sean.
Imagen: El Mercurio, Alex Moreno
Comentarios
10 de febrero
Buen análisis, como dices, la caricaturización fue a tal nivel que muchos quizás vemos al Zalaquett de Kramer cuando el real sale en pantalla, buscamos sus gestos y tics, dejando su discurso en un lejano segundo e inocuo plano.
Saludos
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