En medio del estallido social que ha vivido Chile que explotó mediados de octubre, uno de los debates que ha sido reflotado, en especial desde el mundo político, ha sido la reposición del voto obligatorio. En Chile desde el año 2012, existe el voto voluntario y la inscripción automática, en su momento, se argumentó que con la existencia del voto voluntario avanzaríamos en mejorar nuestra democracia, así la política debía dedicarse a convencer a los ciudadanos de votar, nadie iba a sentirse obligado a manifestar una preferencia y permitiría una mayor legitimidad del sistema político.
A pesar que la inscripción automática permitió que todos los ciudadanos quedaron facultados de votar y de poder hacerlo en un elección sin sentirse obligado a votar en la siguiente, los supuestos beneficios del voto voluntario nunca llegaron y luego de 7 años desde su aplicación es visto por algunos sectores, como un error que ha profundizado la deslegitimación del sistema político.Los supuestos beneficios del voto voluntario nunca llegaron y luego de 7 años desde su aplicación es visto por algunos sectores, como un error que ha profundizado la deslegitimación del sistema político
Los representantes políticos son cuestionados en su legitimidad porque no representan a la mayoría de la población, desde que se aplicó el voto voluntario no ha existido votación que supere el 50% de participación, siendo la primera vuelta de la elección presidencial de 2013 la que más porcentaje de participación tuvo (49,36%) y la municipal de 2016 la más baja participación (35%). Pero a pesar de estos resultados y que cuando existía voto obligatorio existían porcentajes de participación del 85% al ver la cantidad de votantes, se mantiene un grupo aproximada de 7 millones de personas que votan, ya sea con voto obligatorio o con voto voluntario.
En este esquema, la problemática radica en la otra mitad del electorado que no prefiere votar ¿volver al sistema antiguo aumentará la participación? la evidencia dice que no, no lo han hecho antes, no tuvieron incentivos con el voto voluntario y bajo una inscripción voluntaria y voto obligatorio no se inscribirán. Entonces, ¿servirá inscripción automática y voto obligatorio? en este sistema se abren grandes interrogantes ¿realmente asistirán a las urnas por estar obligados y el incumplimiento es penalizado? no es posible saber el futuro pero si vislumbrar algunos escenarios, existirá un porcentaje que irá a votar para no ser multado pero esta opción es riesgosa, la sensación de imposición puede generar un descontento mayor entre los ciudadanos.
Para incentivar la participación existen diversos mecanismos que cumplen con este objetivo, algunos países para recompensar la participación y no poner una política castigadora contra quienes no votan, otorgan mayores beneficios sociales o tener una preferencia de asignación frente a quienes no ejercen su derecho a votar. Esta opción, por ningún motivo puede ser una limitante al acceso a los derechos sociales, pero sí puede otorgar beneficios como transferencias condicionadas en programas sociales y otorgar mayores puntajes en sistemas de postulación universal como lo podría ser un subsidio habitacional. Pueden utilizarse otros mecanismos de política pública que pueda beneficiar a los electores como lo podría ser exenciones tributarias en rendición de impuestos personales.
Sea cual sea la decisión que la política tome, esta posee total conciencia que debe resolver un problema que erosiona la legitimidad de los representantes y con ello, la legitimidad de la democracia. El diseño institucional elegido debe adecuarse a una nueva democracia y a una nueva política, el voto voluntario nunca fue una solución porque no tenemos una cultura política de voto voluntario como lo podría tener los países escandinavos, pero también sería un error pensar en aplicar un voto obligatorio amenazando con el garrote, no son las formas que el ejercicio de la ciudadanía exige en el siglo XXI ni la forma de construir la legitimidad democrática.
Comentarios
10 de enero
El problema es que en Chile no existe una cultura civica, solos ciudadanos ignorantes de nuestros deberes y obligaciones, solo sabemos nuestros derechos.
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