Voces constituyentes

Entrando ya en un proceso constituyente chileno inédito en la historia política del país, con la conformación eventual de una asamblea o convención constituyente donde deberá estar representada la ciudadanía y los diferentes sectores sociales -y no un reducido grupo de “notables” como ha sido la tradición-, podría resultar interesante notar algunos rasgos del último proceso constituyente ecuatoriano vía una Asamblea Constituyente.

Nos interesa especialmente el proceso de introducción en ella de la concepción del buen vivir/sumak kawsay, porque se trata de una propuesta que ha llegado a resultar un verdadero proyecto alternativo de país, que podemos estudiar para pensar nuestras propias visiones de proyecto. Observamos que en los hechos escasamente existen entre nosotros propuestas de sociedad en sus formas políticas, sociales, culturales.

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Por su carácter holístico, la palabra sumak kawsay se da como un concepto aglutinante de las propuestas de respeto entre economía y Naturaleza, y como paradigma para una sociedad intercultural y plurinacional.

Al respecto fueron ciertamente las organizaciones indígenas y campesinas las que en lo principal aportaron con el buen vivir/sumak kawsay. Pero su inscripción en el texto constitucional hubo de significar un proceso de negociaciones y de encuentros con planteamientos convergentes, y la formación de alianzas ideológicas y político programáticas, que apuntaban unitariamente a la sustitución de los proyectos capitalistas y neoliberales no solo como sistemas económicos sino también como “formas de vida”. Al respecto vale considerar la fuerza política que en Chile tienen estos movimientos, y cuáles agrupaciones se yerguen como impulsoras de un proyecto antineoliberal. Quizá sean estas últimas los que tengan aquí mayor relevancia, pero a ellas les haría falta la expresión de un programa constructivo de alternativa.

Explícitamente fue la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) la que impulsó el buen vivir y la armonía con la Pachamama como eje de su propuesta. También la mención de un Estado plurinacional y unitario indica que se trataba de una propuesta política general:

“Un momento de profunda esperanza para las grandes mayorías del país que luchamos por la construcción de una sociedad post-capitalista y post-colonial, una sociedad que promueva el `buen vivir´ transmitido de generación en generación por nuestros antiguos taitas y mamas, una sociedad que recupere las enseñanzas de pueblos ancestrales y pueda vivir en armonía con nuestra Pacha Mama”

En la propuesta de gobierno del partido Alianza País (2007-2011) que llevó a la presidencia a R. Correa, con el cual se inició la Asamblea, no aparece la palabra buen vivir/sumak kawsay. Pero sus contenidos están formulados en lo que toca a la convivencia “armónica” con la Naturaleza, la valoración de la condición intercultural del país, y un modelo de “desarrollo sostenible” alternativo al capitalismo neoliberal.

El tono de la formulación resulta bastante utopista:

“Soñamos en un país en donde los seres humanos convivamos armónicamente con la Naturaleza, con sus plantas, con sus animales, con sus ríos y sus lagunas, con su mar, con su aire y todos aquellos elementos y espíritus que hacen la vida posible y bella”

Los movimientos feministas también participaron de la dinámica de propuestas a la constituyente. Sus planteamientos expresaron aspiraciones específicas en la construcción de un discurso que reivindica las relaciones armónicas entre los humanos culturalmente diferenciados y con la Naturaleza.

Otra propuesta a la Asamblea apareció desde una visible posición de los católicos de la teología de liberación. El sumak kawsay adquiere un lugar central en la formulación de un “nuevo socialismo” que muestra un lado decididamente ambientalista. Afirman:

“Para nosotros la idea de un nuevo socialismo es la alternativa al capitalismo. Esa alternativa significa una nueva relación de respeto y convivencia armónica con la naturaleza (Pacha Mama), que no sea de dominación y destrucción; significa privilegiar el disfrute de los bienes que engrandecen las posibilidades y las capacidades humanas por sobre la ganancia y la acumulación del capital”

Por su carácter holístico, la palabra sumak kawsay se da como un concepto aglutinante de las propuestas de respeto entre economía y Naturaleza, y como paradigma para una sociedad intercultural y plurinacional.

No hemos escuchado todavía las propuestas de proyecto de país que pudieran tornarse relevantes en un proceso constituyente en Chile. Las críticas a la actual Constitución por su acento neoliberal, mercantilista y subsidiario esperan la aparición de una alternativa de algún modo integral. Y no hay que dejar de poner atención al proceso político ecuatoriano después de la promulgación de la nueva Constitución (2008). Éste ha mostrado un cierto retorno de las políticas de corte neoliberal-extractivista, del todo opuestas a las formulaciones y programas constitucionales. La correlación de fuerzas que dio como resultado ese texto ha variado, y nos reencontramos con la protesta indígena y ciudadana en procura del buen vivir, la convivencia con la Naturaleza y por un Estado plurinacional.