Establecer la educación como un derecho no ha sido fácil en Chile, sumamos historia de discriminaciones y sesgos de todo tipo, más aún, podríamos sostener que la mayoría de la ciudadanía todavía no entiende el concepto.
Tantos años de contra cultura individualista y neoliberal ha mermado nuestros conceptos solidarios y cooperativos, hablar de igualdad para algunos es casi un insulto, es el comunismo del siglo XXI, por eso nuestra nación es el gran experimento capitalista extremo que se ha implementado en el mundo, único lugar en que algunos padres y apoderados marchan por las calles defendiendo el lucro y copago.
«La cobertura ha avanzado desde un 16% en vuelta a la democracia, a un 58% al finalizar el segundo gobierno de la Presidenta Bachelet (313.000 cupos en términos absolutos)»
Es necesario resaltar que pasa totalmente inadvertido en el país, especialmente por las élites y lo mediático, el gran avance que se está realizando en materia de Educación Parvularia, mucha tinta ha corrido criticando esto y lo otro en materia educacional y universitaria, pero pocos advierten los cambios que han generado dos leyes ( Ley 20.832 y Ley 20.835) en materia de infancia, cobertura, calidad e institucionalidad en este sector silente, pero como padres sabemos que desde ahí se engendra el futuro de Chile.
“Es así como se creó la Subsecretaría de Educación Parvularia que es el órgano de promoción, desarrollo, organización general y coordinación de la educación parvularia de calidad para la formación integral de niños y niñas, desde su nacimiento hasta su ingreso a la educación básica. Asimismo, debe coordinar los servicios públicos que imparte dicho nivel educativo, tanto como promover y fomentar en los distintos sectores de la sociedad, en especial en el ámbito de las familias y la comunidad, el inicio temprano del proceso de aprendizaje y desarrollo pleno de niños y niñas, a través de la incorporación a la Educación Parvularia.” (Primera Subsecretaria de Educación Parvularia Sra. María Isabel Díaz)
Pasaran algunos años para reconocer esta noble tarea, como suele suceder en este país, nos demoramos en estos procesos, como cuando se creó la CORFO en 1939, solo la valoramos cuando la dictadura vendió todas sus empresas públicas.
La cobertura ha avanzado desde un 16% en vuelta a la democracia, a un 58% al finalizar el segundo gobierno de la Presidenta Bachelet (313.000 cupos en términos absolutos) y nadie reconoce este avance sustancial y significativo en favor de tantos niños y niñas que tanto nos importan, solo los padres beneficiados lo saben, conocen los nuevos estándares que cuentan los jardines infantiles que se están construyendo, que en nada tienen que envidiar a los privados. Sus profesionales cada vez son más idóneos y comprometidos con la calidad y la atención integral de los menores, estos cambios silenciosos, después de 18 años los estaremos reconociendo, cuando la camada este ingresando a los estudios superiores y/o laborales con una nueva mentalidad y apertura al mundo moderno.
“Es fundamental reconocer al niño o niña como sujeto de derecho y centro de las políticas públicas en primera infancia – así lo establece el documento de la subsecretaria de Educación Parvularia “Hoja de Ruta 2017 – Su desarrollo integral constituye un fin en sí mismo y no un medio o una externalidad asociada a la implementación de políticas públicas. En la perspectiva de la igualdad de derechos y oportunidades que garanticen el principio de una calidad educativa universal, aspiramos a que cada niño y niña desarrolle y despliegue al máximo sus potencialidades y talentos, se integre socialmente y ejerza libremente su ciudadanía, construyendo su propia identidad y proyecto de vida; desarrolle la comprensión mutua y el respeto, fundamentos del pluralismo, la convivencia, la democracia y la solidaridad; que niños y niñas aprendan a vivir juntos, potenciando la comprensión del otro y la empatía, desarrollándose en lo personal y en lo social”
Es así como la nueva democracia que queremos construir en Chile, nace silenciosamente de estos “jardines de flores” (Kindergarden), en todas las regiones del país con esta conquista ética y moral como gran soporte de la familia chilena para que, “el niño sea el constructor del hombre, y no existe ningún hombre que no se haya formado a partir del niño que fue alguna vez…”(Montessori).
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