¿Una derecha más liberal?

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Esta derecha en realidad no es una derecha principalmente del conservadurismo si no de la renta, su actual líder al que llevaron a la presidencia de la República, no es un empresario ni un gran articulador político ni un gran benefactor social, es el más talentoso especulador financiero del país

A principios del siglo XX  con la irrupción de los sindicatos y otras organizaciones políticas populares, el proletariado emergió como actor político. Huelgas, nuevos partidos y federaciones, matanzas e ideologías tensionaron un cambio. El fenómeno tuvo la capacidad de torcer el viejo clivaje clerical v/s anticlerical, obligando al liberalismo a enfrentarse a tener una posición política en un nuevo clivaje marcado por las diferencias entre la oligarquía contra sus trabajadores, se dividieron y juntaron varias veces pero la nueva distinción quedó enclavada. Por su parte los conservadores no pudieron hacer caso omiso y aceptaron cuestiones de las que había renegado enérgicamente (obligatoriedad de la instrucción primaria) para que finalmente algunos sectores de esta pre-derecha declararan que habían dejado atrás el ultramontanismo para dar paso a un “reformismo católico” que se hacía cargo de “la cuestión social”.

Ayer en las elecciones presidenciales 2013 las ideas de la derecha, así como sus dos partidos políticos más importantes (RN y la UDI), sufrieron un revés no menor. Ahora bien, ¿significa esto que las ideas de derecha quedaron derrotadas? No, por varias razones. Una de ellas es que estas ideas también conviven con mayor cinismo y elegancia al interior de algunos sectores de la nueva mayoría, por ellos la derrota de los partidos de la alianza también significa un problema para los sectores progresistas de la NM, en el sentido de que estos partidos al perder votantes quedan devaluados como herramienta de presión política por parte de los clientes de la derecha, estos empresarios tendrán que tocar las puertas de los lobbystas de la ex Concertación para influir allí, arremetida que hará crecer la influencia de estas ideas al interior del conglomerado.

Esto es posible precisamente porque  el ideario de estas personas no es puramente ideológico sino que en gran parte es (a través de la teoría del chorreo) tan solo maximizar su ganancia, y construir por supuesto un país que lo permita. En este contexto, tanto Allamand, Piñera, Larraín y con otros métodos Horvath han sido explícitos en su deseo de tender lazos políticos hacia el centro y no hacia a derecha, aislando a la UDI. Algunos le han llamado a esto “una derecha más liberal”.

Al mismo tiempo han estado diciendo que la abstención les afectó más a ellos, cuestión con la que no estoy de acuerdo, pero creo que si ello pasara sería precisamente esperable por el proyecto liberal que ellos han sembrado. Durante principios del siglo XX de hecho los liberales le llamaban a su relato “el individualismo” como máxima expresión del liberalismo. Esta derecha en realidad no es una derecha principalmente del conservadurismo si no de la renta, su actual líder al que llevaron a la presidencia de la República, no es un empresario ni un gran articulador político ni un gran benefactor social, es el más talentoso especulador financiero del país, conocido en el mundo por hacer trampa en sus negocios. Un tipo que se dedica a invertir dinero en acciones de las que cree que puede sacar más dinero y de retirar su dinero de las empresas en que cree que lo va a perder.

La derecha cae en su propio cuento cuando en realidad la familia Edwards lleva años ganando plata principalmente del avisaje de un diario como las Ultimas Noticias, cuando en realidad hace muchos años  en el grupo Claro (antes de vender Mega) la productora “KIKE 21” (una suerte de corredora de pechos y homofobia) tenía más influencia que el Opus Dei. Este año nos presentaron a su nuevo ícono, un independiente que de Maipú (nunca supimos cual era el punto de ser de Maipú) había llegado a ser el rey del Retail. Si, un hombre que no militaba en partidos políticos, que no tenía posición en temas relevantes de la sociedad, no tenía política de drogas de vivienda ni de energía, lo que tenía era el talento de ganar plata gracias a que otros no la tienen y se la puedes prestar y hacer a los dueños de ese capital forrarse con los intereses, un hombre que en vez de pagar sus impuesto prefiere “hacerla de vivo” y sacarlos del país. Por eso les dolió tanto Parisi, porque era el winner-rentista-antipolítico que ellos promovieron como ejemplo de aspiración para la “clase media”.

Mientras tanto, Piñera recibía las rentas de SQP y Yingo, Luksic preparaba el abordaje que le permitiría quedarse con las ganancias de mundos opuestos 3. Y si bien no manejo cifras, tengo toda la impresión de que esas 4 comunas en que ganó Matthei deben ser en las que se realizan mas abortos en Chile, porque, digámoslo, eso existe y es bien caro. Y ahora se preguntan, ¿Por qué la gente no está interesada en la política? Cuando ellos (y sectores de la NM también) la despreciaron durante todas estas décadas.

Lo que quiero decir es que el problema de liberalismo no es un problema realmente ni dentro de la derecha ni fuera de ella, la derecha actual puede mostrarse conservadora, pero si presentara, por ejemplo  un consecuente  proyecto de “reformismo católico” podría ser más creíble, pero su problema principal no son sus universidades católicas si no esas universidades en las que tan solo meten plata y compran acreditaciones.

La derecha puede aceptar a Andrés Velasco y puede discutir de AVP y marihuana, lo que realmente nunca va a discutir ni ella ni Velasco es del derecho a huelga efectivo,  la promoción de la sindicalización y la nacionalización de recursos naturales, porque para muchos de ellos el problema no es la Biblia si no la ganancia.