Hace poco leía “the third side” de William Ury, un excelente académico de Harvard y especialista en negociación de conflictos de escala global. Y es interesante cómo destaca que el secreto de conseguir la paz somos nosotros, a través de la búsqueda de lo que él llama “el tercer lado”, el cual corresponde con una vía alternativa que siempre está disponible y que debemos encontrar y participar de ella para resolver un conflicto.
Un testimonio sobre las tribus africanas dice que cuando suben los ánimos dentro de las comunidades, alguien va y esconde todas las flechas envenenadas en los arbustos, y luego toda la comunidad se sienta y hablan, hablan, y hablan. Un proverbio de ese continente dice que “cuando las telarañas se unen pueden detener hasta un león”. Esto me generó la pregunta ¿Quién debiera mediar o arbitrar el conflicto social para lograr encontrar el tercer lado del asunto? Históricamente la Iglesia había jugado ese papel, pero su pérdida de confianza y relevancia social ha sido impresionante en los últimos años, ni hablar de las empresas privadas o entidades gubernamentales.Seamos conscientes en que para resolver un conflicto a cualquier escala debemos esconder las armas, sentarnos en comunidad y hablar, hablar y hablar.
¿Qué hay de las fundaciones y organizaciones no gubernamentales?
Incluso nosotros como ciudadanos estamos más separados los unos de los otros por barreras ideológicas, tras el estallido como para desempeñar un papel constructivo.
Una de las cuestiones fundamentales para negociar un conflicto según Ury es separar el problema de las personas y centrarse en intereses subyacentes más que en posiciones expresas, algo que aún ningún polo del espectro político ha podido lograr y que cuando alguien consiga logrará hacerme sonreír. Seamos conscientes en que para resolver un conflicto a cualquier escala debemos esconder las armas, sentarnos en comunidad y hablar, hablar y hablar.
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