Hemos visto cómo durante los años las diferentes coaliciones de gobierno “apitutan” a sus socios políticos cercanos. Este fenómeno es muy común, la gran mayoría de los gobiernos realizan estas prácticas, pero con un factor que es relevante en el desarrollo de éstas, esto es la corrupción.
Para tener un Estado en donde la corrupción no sea un factor relevante, tenemos que volver a este ente más meritocrático. Es decir, que a partir del esfuerzo y superación de cada persona, los puestos se vayan cubriendo, dejando a los más capacitados y no a los “apitutados” políticos. De esta manera, la corrupción bajaría por la falta de incentivos que tendrían los operadores políticos dentro del Estado.Debemos poner más separación de intereses en el Estado, más meritocracia y menos burocracia cerrada. Si logramos aquello, los más desplazados de la sociedad lo agradecerán.
Para ahondar más en el tema, los autores Dahlström, Lapuente y Teorell, destacados politólogos que ahondan el tema del mérito en el Estado y control de la corrupción, son fundamentales para explicar la instalación de un Estado meritocrático en nuestro país.
Es necesario tomar un argumento clave de los autores para entender el mérito en el Estado. Cuatro son las hipótesis que se mantienen para explicar las razones del aumento de la corrupción en los países.
En primer lugar, la profesionalización de los puestos. Al profesionalizar los puestos dentro del Estado, estás influyendo de manera directa en la percepción de la corrupción. La explicación para esto está en los diferentes incentivos que poseen los individuos que están en el Estado por política y por profesión. Por un lado, los individuos políticos dentro de la burocracia estatal buscarán mantenerse en el poder, ascender en la escala de cargos políticos y obtener votos, donde muchas de estas veces son a través de prácticas poco éticas, como tráfico de influencias por ejemplo. Mientras que por el otro, los individuos profesionales tienen un horizonte más extenso que solamente el aparato estatal. De esta manera, los incentivos de incurrir en actividades corruptas son bajos.
Segundo lugar, salarios competitivos. Cuando los salarios no son competitivos, los incentivos de caer en la corrupción son altos. De esta manera, la coordinación cumple un rol importante, ya que al no tener una base competitiva, los individuos actuarán en grupos bajo el ideal de no acusar al otro y con ello, aumentan sus recursos de manera ilegal. Si el Estado meritocrático te asegura salarios competitivos con el sector privado, por ejemplo, la coordinación para realizar actos de corrupción no se realiza se mantiene un Estado limpio.
Tercer lugar, estabilidad laboral. Un Estado al servicio de las personas te debe asegurar que tu empleo sea estable. Que el mérito del individuo sea más allá de la duración del gobierno en el poder. Con ello, aseguras que la línea meritocrática se mantenga y la corrupción se controle.
Cuarto lugar y final, promoción interna. Es necesario que dentro del Estado se escale a partir de tus propias capacidades y trabajo realizado que bajo operaciones políticas. Tal como se mencionó anteriormente, que tu trabajo se vea recompensado.
Si vemos casos comparados en el mundo, sin duda que los países que presentan una alta meritocracia y por ende, baja corrupción son los países nórdicos y Nueva Zelanda. Especialmente este último debemos mirarlo como caso particular para nuestra realidad política.
Como país, debemos mirar con atención estos postulados. Cada uno de ellos son componentes de la burocracia ideal de Weber y que desde Evolución Política hemos puesto como ideal a alcanzar. Seamos capaces de lograr devolver el Estado a las personas. No más “apitutados” políticos que solo provocan que el Estado se aleje cada vez más de la sociedad y ellos tengan grandes incentivos en cometer actos corruptos.
Debemos poner más separación de intereses en el Estado, más meritocracia y menos burocracia cerrada. Si logramos aquello, los más desplazados de la sociedad lo agradecerán.
Comentarios
24 de noviembre
Sería un sueño, un estado especializado con personas competentes y que lleguen a esos puestos por sus méritos personales, un estado pequeño, eficiente, competente, altamente especializado, un sueño. Al contrario vemos » tongos» para quedarse con los cargos, apitutados por cientos en cada administración, » jefes» políticos que llegan de la calle y que no tienen idea de las materias ni de las áreas que dirigen, en fin, una miseria, los partidos políticos expropiaron para sus intereses y sus acólitos todo el aparato fiscal, y es más, quieren que siga creciendo porque tienen gente esperando.
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24 de noviembre
Don Jorge Alessandri despidió a toda su parentela y amistades que estaban trabajando en el estado desde mucho antes que el asumiera. Algunos eran funcionarios de trayectoria y reconocida competencia pero igual los hecho porque el estado debe ser el primer ejemplo de moral pública.
Después llego el gobierno de los democratacristianos y adivinen o mejor aun averiguen lo que pasó.
Saludos
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25 de noviembre
y cómo propones evitar que los partidos políticos pongan a sus peones en los puestos del Estado, para evitar la corrupción que traen y que los motiva a alcanzar el poder detrás de una figura presidenciable ?
Mm ?
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