Una semana ya ha transcurrido desde las elecciones presidenciales y parlamentarias del 19 de Noviembre. Como para muchos era previsible, Piñera y Guillier definirán en balotaje al nuevo Presidente de Chile. Sin embargo, hay otros personajes involucrados que también sacan sus propias cuentas. Ganadores, derrotados, nuevos, antiguos. La nómina de candidatos que hasta el domingo pasado, batallaban por escaños en el Congreso, hoy lo hacen en base a distintos cálculos. Y no solo a tono personal, también los partidos y conglomerados se juegan mucho en esta vuelta que, de personal entre los candidatos, tiene poco y nada.
La Nueva Mayoría, “junta al fin” tras la derrota de Goic, la dura pelea interna de la DC y el apoyo falangista a Alejandro Guillier, busca las distintas fórmulas de mantener un bloque que ya se dividió cuando no quiso ir a primarias, y calmar la tensión entre el bloque más conservador y el progresismo. Algo así como quienes se rehúsan a morir y quienes son, los nuevos rostros. Además, en este mes de campaña, se necesitará experiencia para no cometer los graves errores políticos y comunicacionales de la campaña oficialista de cara a la primera vuelta. Suma ganadores, como Elizalde y Provoste, pero suma también, elementos del bloque “del orden” como Bitar. Sin ir más lejos, en la gran mayoría de las comunas, los comandos son liderados por ex candidatos al parlamento, electos o no, que buscan agrupar el apoyo ciudadano.
El bloque oficialista enfrenta una dura disyuntiva también, buscando sumar el apoyo de la revelación electoral, el Frente Amplio, integrando puntos claves del programa a la hoja de ruta que plantea el Senador. Además de considerar el recambio del equipo tras la primera vuelta, que cambió de jefe programático, coordinador y equipo comunicacional en una clara señal de que, si bien hay alegría de haber conseguido el primer objetivo, disputar el final con Piñera, hay preocupación por la poca diferencia que se logró respecto de Sánchez, y, en un análisis más crudo, Guillier es el candidato menos votado de la historia electoral de ese conjunto de partidos, llámese Concertación o Nueva Mayoría. La otra realidad que genera emociones divididas, es que si bien el porcentaje de Sebastián Piñera fue mucho menor al presupuestado, también lo fue el de Guillier, llevando la diferencia entre ambos a un amplio 14%. Un escenario complicado, que los deja con la obligación de sumarlos literalmente a todos, en una gesta épica no vista desde el Plebiscito del 88′.
Chile Vamos por su parte, lava sus heridas de manera más silenciosa que el otro bando, aunque no menos dolorosa. La verdad es que nadie en el comando de Piñera esperaba estar tan debajo de los 40 puntos. No son pocos quienes pidieron la cabeza de Chadwick el día después del conteo, aunque el ex Presidente, no removería a su primo nunca y prefirió reemplazar al equipo territorial y presentar en sociedad a la generación “sub 40”, que tan tristemente debutó con el episodio de “Chilezuela”.
Remueve a la oposición, la dura derrota de figuras clave de la UDI, por las cuales el partido apostaba gran parte de su futuro, siendo el caso emblemático el de Andrea Molina en la carrera Senatorial de Valparaíso. Otra derrota que dolió, fue la de Claudia Nogueira, un clásico de todas las elecciones a quien parece que al fin le llegó su hora. Felipe Ward, Gustavo Hasbún, otros casos fuertes. Muchos culpan al fenómeno Kast, otros, a la displicencia con que la Directiva miro las Parlamentarias enfocándose en la campaña Presidencial en exceso. A fin de cuentas, nadie esperaba un Lagos-Lavín 2.0. Se pensó que se tenía una holgada victoria en la mano y se termina decidiendo por fallo fotográfico. De ahí las diferentes contradicciones del candidato esta semana, aún no consigue enfocarse ni sabe dónde apuntar, si al porcentaje de la Ultraderecha que representó Kast, o al centro huérfano que no quiere “radicalizarse” con Guillier. Una encrucijada que Piñera nunca vió venir y que aún, ni él ni su entorno saben cómo afrontar.
El Frente Amplio, sin dudas, fue el gran ganador de las pasadas votaciones. Además de instalar a Beatriz Sánchez tercera en la tabla general con un 20%, riéndose de paso de las encuestadoras que le bajaron el pulgar y el porcentaje sostenidamente, también, sobrepasaron sus propias expectativas y mejores cálculos al obtener 21 Diputados y un Senador. Se podrá discutir la forma debido al nuevo sistema electoral proporcional, sin embargo, las reglas eran claras y conocidas para todos, y fue este conglomerado quién supo manejarlo de mejor forma. Sin ir más allá, Giorgio Jackson fue el Diputado más votado del país.
Lo que se juega el movimiento, a pesar de ser opción en el balotaje, es legitimar sus propuestas y darles más voz y pantalla, al ser claramente, el factor decisivo de la carrera a La Moneda.
El FA supo instalar temas en la mesa, mantener a sus liderazgos clave como Boric, Jackson y Mirosevic, y junto con ello elegir a históricos postergados del poder, tanto partidos, como rostros, sobresaltando, por ejemplo, a Pamela Jiles, de altísima votación en La Florida (arrastró a Miguel Crispi, Presidente de Revolución Democrática) y Tomás Hirsch, quien buscaba ganar una elección desde 1993. Hoy, gran parte de la elección presidencial se juega en su campo, ya que el golpe de timón de la votación del 19N reflejó que gran parte de la ciudadanía busca profundizar las reformas e iniciar muchas nuevas. Mucha gente acudió a votar por Beatriz Sánchez y el programa del FA y eso no implica necesariamente que esa gente concurra a las urnas apoyar al Senador Guillier. El Frente tuvo la capacidad de obligar a la Nueva Mayoría a negociar hacia la izquierda y no hacia el centro, desafiando al establishment empotrado desde la vieja Concertación.
Lo que se juega el movimiento, a pesar de ser opción en el balotaje, es legitimar sus propuestas y darles más voz y pantalla, al ser claramente, el factor decisivo de la carrera a La Moneda.
Son las últimas semanas de una eleccion que se vaticina, será la más peleada desde el 99′. Con similitudes y diferencias, aquella vez un candidato llego con serpentinas a la primera vuelta y casi le arruinan la fiesta. Terminó celebrando, pero no tiró la casa por la ventana. Al contrario, tuvo que concesionar tanto que casi perdió su escencia, y al final, quipen perdió la banda presidencial vió como varias de sus idea triunfaron.
¿Se repite la historia en tres semanas?
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