A causado bastante indignación en gran parte de la población y en la política nacional desde el 18 de Octubre de 2019 el actuar de Revolución Democrática, esto se ha manifestado intensamente desde que el partido presidido por Catalina Pérez tuviese un masivo éxodo de militantes tras votar a favor de la “Ley Anti-saqueos”, ley que señala como delito la alteración al orden público e incluye entre su articulado sanciones específicas para manifestaciones como los saqueos, barricadas y rayados, pero este malestar se intensificó tiempo después tras la revelación por parte del Diputado Renato Garín sobre las supuestas «donaciones» que realizaba dicho partido, las cuales en realidad iban destinadas a financiamiento personal y jamás hubo una rebaja de sueldo del 50% como Giorgio Jackson mencionaba en televisión abierta en el programa “Vértigo” de Canal 13.
Este actuar ha sido condenado incluso por el sociólogo y ex candidato presidencial Alberto Mayol quien mencionó que otorgarle dinero a un partido político es una práctica legal, pero aseverando que en RD no hay donaciones, y que estas en realidad iban a parar a fundaciones financiadas con el dinero del partido político, calcando según él, una táctica empresarial recurrente en nuestro país.El partido presenta un quiebre interno grave el cual ha repercutido en los militantes de aquel partido y parlamentarios que conforman el mismo.
El partido presenta un quiebre interno grave el cual ha repercutido en los militantes de aquel partido y parlamentarios que conforman el mismo. La desconfianza en la política desde lo que presenciamos aquel 18 de octubre se acrecentó y esa ruptura de lo que algunos llamaban “Oasis Latinoamericano”, ha traído consigo una horda de desconfianza hacia los poderes del estado como nunca antes se había presenciado, donde queda de manifiesto que el poder legislativo ha actuado en búsqueda de su interés propio y no del interés general (motivo por el cual son elegidos) y este ha afectado en mayor medida al partido de quienes sarcásticamente llaman “donación democrática” y ven difícil para la política actual y sobre todo al partido progresista recuperar la representación popular que los mantenía cómodos antes de los hechos ocurridos.
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