República de Chile vs. Chile S.A.

Los jóvenes y los ciudadanos  se atrevieron; los dirigentes políticos miran sorprendidos.

Desde la recuperación de la democracia, en 1990, la Concertación fue enfrentando las urgencias y prioridades del desastre que significó la dictadura en nuestro país. Los cerca de 50% de pobres, la destrucción de la democracia, de las organizaciones sociales, de la pequeña y mediana empresa, la violación de los derechos humanos, la discriminación y los abusos  de parte de la derecha pinochetista son parte de una larga lista que el mundo entero rechazó. La derecha actuó como si Chile fuese un botín de guerra del cual había que apropiarse, y dejó todo amarrado para seguir gozando de los beneficios ilegítimos logrados gracias a los intolerantes a la democracia y la República. Lo hicieron tan bien que hoy día son los militares los que están presos por las violaciones de los derechos humanos y los civiles de la dictadura aparecen inocentes, respetables y con un muy buen pasar. Y dejaron todo amarradito para seguir gozando del poder y los beneficios “ganados” durante la dictadura, aunque la mayoría de los chilenos quería un cambio. Total para algunos, la democracia interesa cuando conviene. 

Se gestaba a sangre y fuego  Chile S.A. en donde las instituciones públicas y el Estado  se reducían a su mínima expresión, porque el mercado y el chorreo resolvían los problemas de la gente. Todavía no eran ciudadanos, solo “gente”. 

La memoria es frágil, especialmente cuando algunos  medios de comunicación ayudan a no recordar lo realizado durante estos 20 años por los gobiernos de la Concertación. Hay que hacer  el esfuerzo de acordarse y valorar lo realizado, no para justificar lo no hecho, sino  para entender que hemos avanzado mucho. Eso permite que hoy se puedan plantear los cambios de fondo. Hay una cantidad enorme de ciudadanos que se comprometieron con la recuperación de la democracia y después poco a poco se fueron marginando desilusionados. No hemos sido prolijos en hacer la lista de todas las reformas propuestas por la Concertación y bloqueadas por la derecha en el parlamento. En eso también han fallado los partidos de la Concertación. La derecha no  tenía propuestas para Chile; solo mantener el poder otorgado por  un sistema electoral y una constitución hecha por ellos y para ellos y sus intereses.  

Superamos una etapa de demandas prioritarias y básicas para el desarrollo de nuestro país. Logramos disminuir los índices de indigencia y pobreza, construir un sistema de salud más justo, construir escuelas, hospitales, jardines infantiles, crear Chile Solidario, apoyar el desarrollo cultural, lograr que 7 de cada 10 jóvenes universitarios sean primera generación en la Universidad. La lista es larga y corresponde al compromiso inicial de la Concertación de hacer de Chile un país más justo. Avanzamos lo que podíamos a pesar de la camisa de fuerza institucional de la derecha. Se cometieron errores que obligan hoy a la Concertación a cambiar o desaparecer. Hoy debemos tomar decisiones importantes y de fondo para quitarnos esa camisa de fuerza  y poder consolidar un país más democrático, participativo, representativo del sentimiento mayoritario respecto del Chile que queremos tener. 

Estamos enfrentados a  dos modelos de sociedad que se pueden reconocer en Republica de Chile y Chile SA.  

La República de Chile que reúne a todos los ciudadanos, sin excepción ni discriminación, bajo principios y valores fundamentales y por otro lado el “modelo de negocios” que significa Chile S.A. basado en el lucro y privilegios de unos pocos que ofrece, en el mejor de los casos, el “chorreo” que ni siquiera gotea.  

El Estado debe garantizar dos aspectos fundamentales de los ciudadanos:

a.- Por un lado una mejor calidad de vida, que se refleje en una verdadera democracia representativa, viviendas adecuadas, barrios seguros, educación y salud gratuita y de calidad (no significa que desaparezca lo privado), sistema de pensiones que permitan una vida decente, seguro de cesantía que permita en los momentos difíciles que la familia pueda salir adelante, protección del medio ambiente, acceso al trabajo, etcétera.

b.- Por otro lado que nos permita lograr los niveles más altos de felicidad que corresponde a decisiones y formas individuales de lograrlo pero que necesitan de los más altos niveles de calidad de vida. Cada uno tiene derecho a ser feliz como lo estime conveniente sin por supuesto afectar la felicidad de otros. 

Por otro lado, está Chile S.A., que prioriza el mercado  y el lucro como el elemento motor del desarrollo del país. Sin “trabas” impuestas por el Estado, dejando en libertad total a los agentes económicos. Funcionó en dictadura pero no funciona en democracia porque está orientado al beneficio de unos pocos. El lucro en la educación, la salud, las pensiones, el sistema financiero, demostró ser un gran negocio para pocos y muy mal negocio para muchos. La Polar, Hidroaysen, los salmoneros, la educación privada, las centrales térmicas, son ejemplos del lucro llevado al extremo y que es necesario corregir.

No se trata de una visión en blanco y negro, de malos por un lado y buenos por otro. Se trata de realizar los cambios profundos que sean decididos directamente por la mayoría de los ciudadanos, no por el parlamento ni partidos políticos que no representan ni a la mitad de la población.

Se trata de tomar lo mejor para que en base a los principios y valores fundamentales de un sociedad moderna se establezca un consenso y se modifique la constitución y el sistema electoral que nos dejo el General y la derecha.

El Presidente  de la República tiene la oportunidad histórica de apoyar esta transición hacia un Chile mejor y mejorar su página de la historia que está escribiendo en forma “reguleque”. Ojala que lo haga, por Chile.

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Foto: thatmushroom / Licencia CC