Quiero ser candidato a la Convención Constituyente

Pienso que tenemos que alejar el tema de la nueva constitución de ambientes que involucren sólo a políticos e intelectuales, hay que llevarlo al ágora pública para que no se transforme en un proyecto exclusivo de la élite. Situación que se justifica ante la evidente falta de confianza, de parte de la ciudadanía, hacia quienes dirigen nuestras instituciones sean estas políticas, judiciales, religiosas y FF.AA. por ese motivo, se ve con suspicacia y molestia la postulación de expolíticos a la Convención Constituyente, como Pablo Longueira, Nicolás Eyzaguirre, Mariana Aylwin, Soledad Alvear, Gutenberg Martínez, por nombrar algunos potenciales candidatos.

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Del estudio se deduce que sólo 5 de los 155 serían militantes de algún partido político y resulta que por la legislación existente, se da la contradicción que, para postular y tener alguna posibilidad de éxito, es requisito indispensable pertenecer a un partido político

Los ciudadanos comunes debemos tener la capacidad de expresar y compartir nuestras ideas sin temor ni vergüenza. Para que esto ocurra, debemos crear un ambiente de tolerancia y sana convivencia. Es imprescindible dejar la violencia verbal y física de lado, debemos aprender a debatir y defender las ideas en base a hechos y evidencias, no con creencias. Entender que algunas veces impondremos nuestros puntos de vista y en otros tendremos que ceder. Comprender que existen otros puntos de vista que también pueden ser correctos. Aprendamos de los antiguos griegos y apliquemos la “parresía” junto al “aidos”, es decir, hablemos con franqueza al mismo tiempo que respetamos al que piensa diferente. Al final, todos somos chilenos y tenemos que aprender a convivir y buscar el bien común, respetando y aceptando la diversidad en el más amplio sentido de la palabra.

Partiendo de la premisa que no es necesario ser abogado/a constitucionalista para postular a ser constituyente, escribo estas breves líneas a modo de ejercicio intelectual y analizar qué tan probable es que un independiente sin relación a algún partido político, como muchos de los que escribimos y leemos los artículos aquí en El Quinto Poder (página relacionada al expresidente Ricardo Lagos y por mi experiencia la considero tolerante y pluralista), podamos llegar a formar parte de la Convención Constituyente.

Para ser franco y conociendo la cantidad de firmas exigidas, que deben equivaler al 0,4% de electores que hayan votado en la elección parlamentaria de 2017 en su respectivo distrito. La conclusión de poder postular es casi “0”, salvo que se esté apadrinado por un partido político, pero, seamos optimistas y agarremos el “casi”.

Leyendo el artículo “Chile en 155 personas: ¿cómo sería una convención constituyente representativa?” del Centro de la Producción del Espacio (CPE), que, a partir de la composición demográfica de nuestro país entrega la disposición más idónea y representativa de la Convención Constitucional.

Al leer el estudio saltan algunas curiosidades, por ejemplo: debiera estar integrada por 82 mujeres y 73 hombre, 7 debieran ser migrantes, 50 agnósticos o ateos, 6 analfabetos, 26 tendrán algún tipo de discapacidad, 9 andarán en bicicleta y 25 a pie a sus trabajos, 7 estarían en alguna Isapre y 124 en Fonasa, 31 tendrían ingresos sobre los $433.333 y 93 ganarían menos de $253.300, 20 serán adultos mayores y 36 tendrán menos de 18 años y 58 no tendrán educación media.

Recuerdan lo que escribí al comienzo: “que es casi “0” la posibilidad de ser constituyente si no estás apadrinado por un partido político”, bueno, del estudio se deduce que sólo 5 de los 155 serían militantes de algún partido político y resulta que, en el mundo real y por la legislación existente, se da la contradicción que, para postular y tener alguna posibilidad de éxito, es requisito indispensable pertenecer precisamente a un partido político.

Es decir, hoy, la única posibilidad para que los independientes tengamos oportunidad de participar es que cambien las reglas del juego, para que la mayoría independiente pueda participar con posibilidades de éxito, de otra forma, la Nueva Constitución terminará siendo escrita por las mismas minorías de siempre.