Sabes que un partido está en problemas, cuando tiene que tirar de cincuenta años de historia para poder defenderse. Alvaro Elizalde le dio su propia última estocada al conglomerado que representa, diciendo que “no se humilla al partido de Allende”. Su defensa, quería conectar con los sectores políticos que hoy son mayoría en la constituyente, pero no lo logró, por el contrario, pasó a ser una anécdota más en la lista de los errores políticos de las cúpulas añejas de los partidos de la ex Nueva Mayoría.
La centro izquierda ha jugado un rol fundamental en la vuelta a la democracia, predominante en sus gobiernos como también en el parlamento, han sido artífices de la continuidad de un modelo neoliberal que ha desgastado la convivencia en el país. Stuart Hall llama a esta socialdemocracia como “la variante socialdemócrata del neoliberalismo”, bastante alejado de lo que sería un legado político como el proyecto de la Unidad Popular. Álvaro Elizalde auto-liquidó al partido de Allende usando aquella frase para defenderse de los errores por alcanzar la unidad opositora para las próximas elecciones presidenciales. Ni Tony Blair pudo hacerlo en Europa, menos lo hará el presidente del partido socialista en Chile.La sobrevivencia de los partidos de la ex Nueva Mayoría, en su totalidad, depende de la transformación interna de su orgánica militante.
En específico, el error del Partido Socialista, el Partido por la Democracia y los demás partidos de la extinta Nueva Mayoría no es que son partidos, es que sus cúpulas de dirigentes han permanecido inmóviles por más de 40 años, y todavía creen sintonizar con un nuevo Chile, el cual, rompió la barrera de pensar que no existían antagonistas en el tablero político, pues, aquellos que eran pueblo, personas corrientes, independientes, no militantes, eran aquellos que esta propia casta política nunca quiso incluir en el debate democrático. Hasta la elección de constituyentes y el enorme espaldarazo a las listas independientes, rostros jóvenes y sectores progresistas que apostaron a cambios transformadores. ¿Heraldo Muñoz hubiera bajado su candidatura presidencial y apoyado un pacto con FA+PC si no fuera por los resultados del 16 de Mayo? Me temo que no.
La pregunta que debemos hacernos es ¿Cuánto mal ha hecho estas cúpulas a los partidos que alguna vez, vimos cómo le cambiaban la cara a Chile?, ¿Es reparable la grieta?, pues la verdad es que bastante reparable si el cambio del Chile actual también se aplicase en los partidos que mencioné anteriormente. ¿Qué los hace pensar que llevar una candidata mujer los hará feministas? ¿O que pactar con el Frente Amplio y el Partido Comunistas los hará más progresistas y radicales en los cambios? Si los que salen a defender a los partidos, son los mismos de hace 30 años, hombres, con ‘expertiz política’ como Francisco Vidal, Guido Girardi o el propio Elizalde.
La sobrevivencia de los partidos de la ex Nueva Mayoría, en su totalidad, depende de la transformación interna de su orgánica militante, es decir, el cambio radical y absoluto de sus cúpulas dirigenciales, y el paso a los nuevos liderazgos que llenen los espacios de un Chile demandante. “Repensar el partido” como indicó la semana pasada Heraldo Muñoz en una entrevista sobre la situación del PPD no es trabajo de él ni de su presidencia en el partido ni tampoco de las cúpulas de este, si no que de sus bases militantes y su articulación territorial.
El desencanto político por estos partidos no nace en las últimas elecciones constituyentes, hablamos de una ruptura tanto en la transparencia de ellos, como también la separación contestataria que desarrollaba la sociedad chilena y las nuevas generaciones frente a la pasividad casi cómplice de la adopción de una socialdemocracia servida para el neoliberalismo. Este quiebre político, resulta ser un error de los propios dirigentes, no de la orgánica por la cual se constituyen estos, por ello, que la diferenciación dialéctica entre “acabar con los partidos” debe acabar en cuanto aquellos puedan nuevamente volver a sus cauces establecidos por las bases militantes y su renovación.
Es hora de que se bajen del carro de la victoria por la vuelta a la democracia, y empiecen a jubilar su orgullo democrático, para dejarle la puerta abierta a los cambios que se necesitan para que sus partidos puedan seguir a flote, pues “De árbol enfermizo no esperes fruto rollizo”
Comentarios
25 de mayo
La socialdemocracia es tan odiada que llega a dar risa, justamente porque el proyecto socialdemocrata siempre fue muy peligroso para quienes detentaban el poder. El partido socialista chileno, el PS, odiaba la socialdemocracia en los años 60 y 70. Esto ocurre porque nadie comprende realmente qué cosa es la socialdemocracia, y se empeñan en no querer saber. La receta que aplicó la Concertación y la Nueva Mayoría es Socioliberal. El socioliberalismo es un liberalismo que pregona la libertad y el merito individual, pero con igualdad de oportunidades (rasgo tipico: derecho a la educación). En cambio la socialdemocracia plantea un piso mínimo para todo el mundo, independiente de sus meritos (pero tampoco es socialismo). Cuando Lavin dijo que era «socialdemocrata», Jadue dijo que Lavin era un fresco, porque la socialdemocracia era un movimiento de izquierda: lo mismo hizo el PS, el PC, el FA, etc. Pero luego no adoptaron la socialdemocracia como bandera, porque para ellos «es de derecha». Ese es su doble discurso con la socialdemocracia. El PS, que es mucho mas chueco y amarillo que la DC, execró la socialdemocracia en el pasado, y luego se pasó al socioliberalismo. Pero socialdemocracia no ha hecho nunca ni el PS, ni el PC: los unicos gobiernos realmente socialdemocratas que ha tenido Chile son dos: Pedro Aguirre Cerda y Eduardo Frei Montalva. Son super frescos todos en echarle la culpa de todo a la socialdemocracia.
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25 de mayo
La izquierda chilena cada vez que puede saca el ejemplo de los paises nórdicos, «miren como se hacen las cosas en Dinamarca, miren son las cosas en Finlandia», y ocurre que todos esos paises son profundamente socialdemócratas. Ni siquiera hay que ir tan al norte, Alemania, Francia, España, toda Europa está influida por la socialdemocracia. Después la misma izquierda chilena dice «la socialdemocracia es de derecha», eso es puro doble discurso. La Concertación y la Nueva Mayoría no fueron nunca socialdemócratas, cualquier persona sabe que el solo gobierno de Frei Montalva fue mas de izquierda y socialista que cualquiera de los de la Concertación. El socioliberalismo es liberalismo con igualdad de oportunidades, y la socialdemocracia es un socialismo democrático. No son lo mismo, aunque se parezcan en el nombre y comiencen igual. Tal vez eso lleva a pensar que son lo mismo, pero uno es liberalismo, y el otro socialismo.
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25 de mayo
La Concertación y la Nueva Mayoria, ambas, estuvieron formadas principalmente por ex socialistas. Y como ex socialistas, que odiaban la socialdemocracia, nunca quisieron adoptar la socialdemocracia como bandera. Hacerlo les habria significado aceptar la derrota ante su némesis. En cambio prefirieron pasarse de largo y adherir a los postulados del neoliberalismo, o del socioliberalismo. Pero socialdemocracia, nunca. El odio a la socialdemocracia es transversal a la izquierda chilena. El PS chileno nunca ha hablado de socialdemocracia, debiendo serles natural, porque los partidos socialistas europeos si adhirieron a esa postura, conservando solo el nombre de «socialista» (porque la socialdemocracia es un tipo de socialismo). La socialdemocracia es un vacío, un «gap», un elemento que falta en el espectro politico chileno. En otros paises hay partidos socialdemocratas, en Chile no. Es igual como si un color del arcoiris, por usar una metafora cursi, no estuviera. Por tanto es super cara de palo echarle la culpa de la situación chilena a la socialdemocracia («los socialdemocratas estaban detras de todo»).
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