No cabe duda que la crisis de credibilidad y confianza que mantiene divorciada a la ciudadanía de sus autoridades y gobernantes, es una de las más severas que se haya apreciado en nuestra historia republicana. Primero por la transversalidad de las acciones y los actores involucrados, lo que denota un acomodo, aceptación y costumbre donde con tal de mantener al país en orden “institucional” crecimiento y acceso a bienes materiales; son válidas todas las prácticas que soterradamente permitieron mantener privilegios e hipocresías porque, con ello, se estaría realizando un “servicio y/o gesto al país” a través de la política y, segundo que; ayudado por la arquitectura institucional, los partidos políticos pasaron de ser los genuinos motores de ideas y debate de bases, a la agencia de empleos y “llevadores” de maletín del timonel de turno.
El Gobierno pronto ingresa en su segunda mitad y cada día su impronta y sello reformista tenderá a cerrar lo construido más que a seguir abriendo flancos, comienzan los procesos electorales que nos tendrán por los próximos dos años inmersos en la lógica electoral, primero municipal y luego parlamentaria y presidencial, con el ingrediente de la abstención, nuevo sistema electoral y topes de financiamiento. Bajo este escenario ¿Qué podemos esperar de nuestros partidos, movimientos e instituciones políticas del país?El Gobierno pronto ingresa en su segunda mitad y cada día su impronta y sello reformista tenderá a cerrar lo construido que seguir abriendo flancos, comienzan los procesos electorales que nos tendrán por los próximos dos años inmersos en la lógica electoral, primero municipal y luego parlamentaria y presidencial, con el ingrediente de la abstención, nuevo sistema electoral y topes de financiamiento. Bajo este escenario ¿Qué podemos esperar de nuestros partidos, movimientos e instituciones políticas del país?
Lo primero que se espera es que las reglas y nuevas reglas se cumplan, requisito fundamental para cimentar una recuperación de confianzas y enlace ciudadano. Segundo; aprender a retirarse dignamente en tiempo y forma, aún cuando la legislación no te obligue. Nuestras autoridades deben ser capaces de leer el momento político que atravesamos y contribuir con su cuota de “dolor” verdadero a la recuperación de la conexión ciudadana. Mucho han aportado y serán parte de una buena historia el día de mañana, y tal como la vida llega a su fin, la contribución al servicio público también tiene uno, el cambio epocal y de lógicas de trabajo dan cuenta de que la renovación generacional también debe llegar a la administración política.
Para ello es necesario que los partidos hagan su tarea, que las identidades, principios y sustentos filosóficos se exhiban en nuevas apuestas y liderazgos generacionales, que los viejos tercios colaboren pero no monopolicen. Que tal como en 1989 aflore el derrotero y no la conveniencia del acomodo laboral o el “CVA”, que la sana competencia en una primaria o porque no en una gran primera vuelta presidencial, no sea impedimento para la formación de coaliciones de mayorías que conformen Gobierno de acuerdo a una columna vertebral compartida en sus identidades. Nadie tiene porqué renunciar de antemano a mostrar a Chile quiénes son y qué piensan, no hacerlo sería un acto poco decoroso para el tiempo que estamos viviendo.
Nuestro sistema político está diseñado para competir abiertamente bajo vinculaciones e ideas comunes que compartirán el ganador y los derrotados en un gobierno de mayoría sin mayores tribulaciones institucionales. Las primarias abiertas o la primera vuelta presidencial son mecanismos que entregan la opción de salir de la zona de confort totalmente agotada y permiten la conexión, debate y participación ciudadana que hoy está perdida.
Ello solo requiere voluntad de estar dispuesto a salir del escritorio burocrático para defender las ideas que se supone se profesan.
Comentarios
11 de marzo
Aprender a retirarse dignamente «en tiempo y forma» para dar paso a caras nuevas y no «apernarse» me parece una condición importante a definir ahora «ya».
También la búsqueda de herramientas que faciliten e incentiven la participación ciudadana ( como el voto por Internet) y otras que se nos puedan ocurrir.
Adicionalmente aún queda tiempo para discutir y modificar la Legislacion del » voto voluntario» y modificarlo por el «voto obligatorio».
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17 de marzo
Bien dice. Debate de ideas que se supone que tienen, porque en rigor no me parece que haya un partido proponiendo ideas, porque si bien hay nuevos partidos que proponen algunas, la mayoria de ellas tienen muy poco valor…
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