Hace algunos días, el CEP presentó en su sede el libro Propuestas constitucionales, en el que un grupo de constitucionalistas plantean sus posiciones y formulan sendas alternativas para los diversos contenidos constitucionales de que trata el libro.
Sin embargo, hay algo que no entiendo. En el capítulo referido al Régimen político, se echa de menos una posición abiertamente partidaria y defensora del sistema parlamentario de gobierno en nuestra futura Constitución. Máxime cuando quien dirige el Centro de Estudios Públicos, Harald Beyer, es un abierto partidario del sistema parlamentario, como lo ha manifestado públicamente en la prensa y también lo explicitó en el acto de presentación del libro, en el que invitó al expresidente Sebastián Piñera, uno de sus presentadores, a sumarse a tal postura.Los partidarios del sistema de gobierno parlamentario, debiésemos organizarnos para dar a conocer y promover dicho régimen político dentro del proceso constituyente en curso.
El expresidente Piñera, por su parte, si bien fue explícito en rechazar el semipresidencialismo para Chile, no dio su apoyo al presidencialismo actual.
Con el tema del parlamentarismo, ocurre algo extraño y singular: no obstante gozar en general de muy buena prensa entre académicos, especialistas e incluso políticos, nunca nadie se la juega por su promoción y optan por la timorata o pusilánime aceptación del statu quo.
Tanto es así, que la exposición sobre sistema político de Gastón Gómez en el libro del CEP, se limita a descartar la opción parlamentaria como un imposible, sin apoyar tan personal y drástica sentencia en argumentación alguna, para luego pasar a defender la introducción de instituciones parlamentaristas dentro de nuestro sistema presidencialista, o sea, la continuación del maquillaje de la Constitución de 1980 que hemos vivido desde 1989. Esta opción a mí no me convence.
Por eso, aprovecho de reiterar aquí que, como la defensa del sistema de gobierno parlamentario nada tiene que ver con la postura ideológica de quienes la suscribimos, los partidarios del sistema de gobierno parlamentario, debiésemos organizarnos para dar a conocer y promover dicho régimen político dentro del proceso constituyente en curso.
Si ello falló en la edición del libro del CEP, éste debiera crear una nueva oportunidad en tal sentido.
Comentarios
17 de julio
El presidencialismo concentra el poder. Muchas personas creen que la voluntad popular la expresa la voz de un presidente, elegido por su pueblo. Me pregunto si la gente de izquierda cree que la voz de Piñera es la voz del pueblo, o si la gente de derecha cree que la concertacion es la voz de Chile. Todos creen en cosas que en estricto rigor no se las da el presidencialismo. Y esperan cosas que en estricto rigor solo da el parlamentarismo. El referendum revocatorio existe hace cientos de años. Lo tiene el parlamentarismo. Y lo esperan del presidencialismo.
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17 de julio
Creer que Allende es la voz del pueblo es como creer que Piñera es la voz del pueblo. A lo mejor lo eran en el momento en que el pueblo votó. Pero la gente cambia de opinión. Ademas, nadie gobierna solo. Lo hacen en equipo. Al votar lo hacemos por un «pack». Pero no de ideas, sino de personas. En el parlamentarismo, el que representa el pueblo es el parlamento. Por eso el parlamento nombra el gobierno. En la practica, tener equilibrio de poderes significa que conflictuan, y que no se sabe cual de todos detenta el poder. El equilibrio de poderes es una cosa ideal, infrecuente. Tener un sistema presidencial equilibrado es una especie de utopia. Muchos paises que dan espectaculo con sus sistemas parlamentarios, estarian mucho peor con sistemas presidenciales. Serian dictaduras o estarian en guerra civil. El parlamentarismo es impudico, escandaloso. El presidencialismo es higienico, antiseptico. El presidencialismo tiene una fachada elegante. Es bonito. Porque es utopico. No es real. Es como la ley seca. Todos sobrios por las calles. Siempre que leo u oigo a alguien defender el presidencialismo, pienso que tiene ideas de ese tipo.
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