Preguntas incómodas

No nos creen, es evidente. La ciudadanía hace preguntas legítimas ante la escena pública y las respuestas que recibe no son convincentes, por eso no repunta la encuesta que agobia, por eso se descalabra el tablero y el andar parece errático, porque la contingencia colapsa la agenda y las promesas del programa se vuelven más lentas en su ejecución.

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Tengo una esperanza fundada en que quienes lideren esta limpieza interna, sean las bases de los partidos, porque esas soluciones pactadas que vienen de las cúpulas creo que no convencerán ni internamente en los partidos, ni menos a la ciudadanía que está lejos de seguir dando cheques en blanco a quienes con sus impuestos pagan sus dietas o sus puestos en Palacio

Se irrita el profesor porque pareciera que la mesa de diálogo no opera como tal, no funciona como se espera. Todos los partidos de la Nueva Mayoría tienen un pie en la calle y el otro en La Moneda o de verdad alguien cree que no hay profesores del PS, de la DC o del PPD en paro o marchando porque su voz se escuche en una de las reformas más importantes que se ha prometido en los últimos años.

El escenario da holgura: la derecha no tiene posibilidad alguna de capitalizar nada. Si la Nueva Mayoría reprueba en las encuestas, la derecha está prácticamente desahuciada. Por lo tanto la multitud progresista avanza sin temor ni contrapunto, no tiene esa culposa pulsión de estar asegurándole el paso a la derecha como huésped en la casa de todos para el próximo período, eso se ve lejano e improbable, al menos en la actualidad.

Pero de apreciaciones y lamentos ya hemos visto bastante. La leche derramada, sumada a a los lagrimones públicos y privados, están a punto de llegarnos a las narices. Sépalo: no existe posibilidad alguna de que sólo la retórica pueda retejer puentes de confianza con la ciudadanía. Las cosas cambiaron y no hay vuelta atrás.

El patio trasero de los partidos políticos, la militancia de base, ya no compra tan fácil tampoco la arenga de la dirigencia. Duda, desconfía, no adhiere con esa confianza ciega, con esa cultura que evitó siempre las preguntas incómodas.

Los partidos políticos reclamaron que en el nombramiento de los ministros no existió interacción con los partidos y que en parte aquello habría provocado el bochorno de la elección de Insunza. Auth abre sensato la puerta de la honestidad descarnada cuando dice que Insunza es su amigo, que él mismo le dio su voto para la Comisión de Minería. Teniendo esa cercanía, no sabía lo otro. La pregunta es ¿quién lo sabía? Si le hubieran preguntado a Quintana ¿habría contado con esa información? Lo más seguro es que la respuesta sea no, pues resulta obvio que si se tuviera un conocimiento profundo de las acciones de los militantes de élite, los que llegan a puestos de importancia, jamás habría permitido exponer a la Presidenta al bochorno de tener que reconocer que el otrora bien evaluado ex Ministro Peñailillo, podría haber participado en una pre campaña que a todas luces no existía. Lo dice Pepe Auth, hombre fundador del PPD, no yo.

Esto está lejos de ser un problema del PPD, es transversal a todos los partidos. De hecho yo misma siento que fui una irresponsable al no hacer preguntas incómodas en el momento apropiado. De seguro nos habríamos ahorrado una cantidad importante de problemas y también de dolor.

Pero se aprende, de hecho no queda otra que aprender, porque creo que todos concordamos en que si los partidos no son capaces de ofrecer transparencia y credenciales de probidad a la ciudadanía, esto no va a cambiar.

Si me pregunta a mí, debo decir que tengo una esperanza fundada en que quienes lideren esta limpieza interna, sean las bases de los partidos, porque esas soluciones pactadas que vienen de las cúpulas creo que no convencerán ni internamente en los partidos, ni menos a la ciudadanía que está lejos de seguir dando cheques en blanco a quienes con sus impuestos pagan sus dietas o sus puestos en Palacio. La caja negra de los aportes reservado instala una natural duda en las acciones y decisiones que toma el parlamento, y por qué no habría de ser así, si hay evidencias que obligan a abrir los ojos más de la cuenta.

Confío en que los militantes de base serán los protagonistas del cambio en sus partidos: no hay peor astilla que la del mismo palo. Un partido que no fortalece el rol de sus bases es un partido que no es democrático y un partido que no ofrece una buena democracia interna, ahora sí que de verdad, no tiene condiciones éticas para ofrecer una buena democracia cuando llega al poder.

Como no basta con llorar, sino que ya entramos en la fase de la soluciones, ofrezco este sencillo test para que los militantes de base puedan evaluar el funcionamiento de su partido y así ponerse en marcha activa para detectar aquello que eufemísticamente llaman “las oportunidades de mejora”. Si escasean las veces en que responde Siempre (S), digámoslo en positivo: tenemos mucha pega por delante.

TEST

Responda dependiendo de la aseveración: Siempre (S), Ocasionalmente (O), Casi Nunca (CN), Nunca, (N) .

Sobre el patrimonio económico del partido:

Estoy informado sobre el patrimonio con que cuenta mi partido.

Participo en las reuniones donde informan formalmente si el patrimonio económico ha crecido, ha disminuido o se ha mantenido.

Sobre la elección de representantes:

Elijo a los candidatos que representarán al partido en las elecciones para el municipio.

Elijo a los candidatos que representarán al partido en las elecciones para el Senado.

Elijo a los candidatos que representarán al partido en las elecciones para la Cámara.

Puedo asegurar que cualquier militante de las bases puede llegar a ser candidato.

Puedo asegurar que todos tenemos igualdad de oportunidades para ser candidato dentro del partido.

Puedo afirmar que no nos imponen como candidatos a “familiares de”.

Cuando elegimos un candidato sabemos todo sobre su vida laboral.

Cuando elegimos un candidato sabemos con certeza si podría llegar a tener conflicto de interés.

Si descubrimos que alguna de nuestras autoridades tiene conflicto de interés, estamos seguros que presentará su renuncia.

Sobre “ser militante”:

Ser militante de mi partido es garantía de ser una persona proba.

Ser militante de mi partido es garantía de ser una persona transparente.

Ser militante de mi partido es garantía de no tener conflictos de interés.

En mi partido somos todos iguales.

En mi partido las bases se sienten muy bien representadas.

En mi partido da lo mismo la orientación sexual de los militantes, todos son respetados.

En mi partido da lo mismo el origen étnicos, todos somos igualmente respetados.

En mi partido da lo mismo nuestra religión, somos todos igualmente respetados.

En mi partido da lo mismo la clase social a la que pertenecemos, somos todos igualmente respetados.

Procedimientos para formar parte del gobierno local, provincial, regional y nacional.

Todos sabemos cual es el mecanismo para poder tener un puesto en el municipio.

Todos sabemos cual es el mecanismo para poder tener un puesto en la intendencia y en los servicios regionales.

Todos sabemos cual es el mecanismo para poder tener un puesto en los ministerios.

Todos estamos de acuerdo con esos mecanismos.

Esos mecanismos son transparentes.

Sólo acceden a los puestos del Estado los que tienen mejor curriculum y la mejor trayectoria política.

En las bases incidimos en las ternas para los cargos públicos de mandos medios.

Respecto de las relaciones con las autoridades del partido:

Las relaciones con las autoridades del partido son fluidas y horizontales.

Nuestras autoridades cumplen lo que prometen.

Siento que vale la pena hacer campañas políticas.

Cuando un candidato se transforma en autoridad, vuelve a rendir cuentas al territorio donde se trabajó por su candidatura.