Si hay un personaje político que irrumpe abruptamente en lo político y en lo ético, es el ex Ministro Edmundo Pérez Yoma. Lo hizo para suceder a Belisario Velasco en la primera administración de la Presidenta Bachelet, lo hace cuando se le vincula a irregularidades en la construcción de viviendas sociales o en la obtención de agua en Petorca, y lo hace ahora apuntando sus dardos al Ministro Nicolás Eyzaguirre. Fiel a su estilo, golpea la mesa y centra sus críticas en la gestión del ministro de Educación, y lo tilda como responsable de los problemas del actual Gobierno, acusando falta de conducción política.
Termino de leer su entrevista de comentarios timoratos en los que llama a evitar el conflicto y a avanzar en la medida de lo posible en los puntos en que existen acuerdos. Me llama la atención que resalte lo logrado en la «cocina» del Senador Andrés Zaldivar para la reforma tributaria, y lo contrapone con lo que ocurre en educación. Da la sensación que se enorgullece de esas prácticas.Olvida que, a diferencia de los noventa, ahora la Democracia Cristiana no es el partido que representa el sentir de la ciudadanía.
Su estilo, propio de los noventa, podría ser visto como prudente, pero simplemente no lo es, sino que devela una forma de proceder, la del político que busca cambios incrementales, sin querer arriesgar ni cambiar el todo.
Defiende con estridencia los negocios que tiene parte de la Democracia Cristiana en educación y condiciona la continuidad de la Nueva Mayoría, arguyendo que con la presencia del Partido Comunista algunos han adoptado una actitud más radical hacia la izquierda. Olvida que, a diferencia de los noventa, ahora la Democracia Cristiana no es el partido que representa el sentir de la ciudadanía. Basta con ver el resultado de las primarias presidenciales, donde el candidato conservador que representó fielmente lo que la actual directiva de ese partido piensa, quedó en tercer lugar detrás de Andrés Velasco.
Ahora bien, esta forma de actuar es lo que ha caracterizado su trayectoria política y esconde un trasfondo que es necesario sincerar, sus intereses personales por sobre los colectivos. En efecto, no es necesario retroceder mucho en la arena judicial para observar diversos hechos que sustentan esta afirmación: acusaciones por violar el artículo N° 32 del Código de Aguas, por obtener aguas subterráneas que no son de su propiedad, o el escándalo por inundación de viviendas sociales en Puente Alto, construidas por la Constructora COPEVA en que su hermano Francisco Pérez Yoma era el dueño, con regalo de caballos corraleros al Ministro de Vivienda de la época y que terminó con la declaración en quiebra de la firma, para ahora llamarse PY.
Pero hoy, vuelve para hablar de mala conducción política. Habla de que el Ministro Eyzaguirre no ha sabido comunicarse, pero claramente él no es un ejemplo de comunicación política, con un accionar más propio de patrón de fundo que de un político. No es una buena conducción política cuando confronta públicamente a la vocera de Gobierno de la época Carolina Tohá, por criticar la aplicación de la ley antiterrorista sin consulta a la Presidenta Bachelet, o celebrar una “guerras de papeles” con un diputado UDI mientras se desarrollaba una interpelación en su contra en el Congreso.
La reforma educacional es clave en los ejes del Gobierno, y se inspira en la movilización estudiantil del 2011. Es parte del programa de Gobierno al que la propia DC decidió sumarse, y que requiere una conducción política distinta a la de los 90´s, y que, por cierto, debe ser mejorada. Se trata de cambiar los ejes fundantes de un modelo impuesto en dictadura, que permita sentar las bases para concebir a la educación como un derecho. Lamentablemente los amantes del statu quo seguirán disfrazando con diversos nombres todo lo que atente a sus beneficios personales o de su grupo cercano (mala conducción política, libertad del elegir, cierre de escuelas, entre otros) y la ciudadanía debe ser lo suficientemente lúcida para entender estas señales. Una forma fácil de detectarlos, es cuando un «burro aparece hablando de orejas».
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