Hace algunas semanas, el Ministro de Hacienda, Ignacio Briones, entrevistado por el programa “Estado Nacional” de TVN, señaló, «hoy vivimos una situación tremenda porque lo que ha pasado con los desmanes, destrucción e incendios», provocados por «un grupo cobarde que se esconde detrás de los que marchan pacíficamente, siendo parásitos«.
A propósito del Globo de Oro a la mejor película en idioma extranjero otorgado a la película “Parasite”, entonces puede resultar interesante pensar en el concepto utilizado por el Ministro, “parásitos” vinculado a la narrativa de esta película, el tema de la línea, del límite, del lugar asignado.
La película coreana “Parasite” que se estrenó en mayo de este año, fue dirigida por Bong Joon Ho y premiada en el Festival de Cannes. Se trata de una película, por momentos picaresca, en la que los protagonistas son una familia pobre, están todos desempleados y uno de los hijos consigue un empleo como tutor de la hija adolescente de una familia muy rica. Desde ese momento empieza a tejer triquiñuelas para meter a toda la familia a trabajar allí, teniendo momentos de comedia. La lógica es una clase muy baja entrando a la clase alta mediante algunos engaños, donde la idea más obvia es que los “parásitos” serían esa familia de personas pobres que entran a la familia acomodada para vivir ahí. La película tiene un interesante trabajo con el espacio, los ricos viven en su casa espaciosa y los pobres están abajo, los parásitos están vinculados a los espacios sin luz, pequeños, reducidos, sin aire; los ricos se desplazan, por ejemplo, con total naturalidad, y los pobres siempre están reptando, escondidos. Hay toda una idea, además, de la ciudad como organismo, las partes altas, el cerebro donde se produce el conocimientos y las partes bajas, donde se encuentran los trabajos más precarizados. Aparece, además, todo el tiempo, de parte del hombre rico la preocupación porque los pobres no traspasen una línea, le molesta que los trabajadores crucen una línea, sumándose a ello el olor que siente que proviene de los barrios más pobres. Ahora, la idea de “parásito” es muy ambivalente en la película, pues no es literal esta situación de sujeto pobre que engaña a un sujeto rico, pues la película lo que muestra es que los ricos están en un ocio permanente y dependiendo del trabajo de las personas que entraron a la casa o de la cocaína cuando deben cumplir alguna obligación.La idea del parásito es diseminante y es muy preocupante que, por ejemplo, se vea al débil como un parásito. Esta idea está ligada a los momentos más oscuros del siglo XX,
El tema del “parásito social” es un tópico muy presente en los discursos políticos, generalmente para señalar a aquellas personas que viven del Estado, del impuesto de los ricos, las personas que son beneficiadas con bonos o subsidios.
Pero no sólo se han pensado los “parásitos” como los sujetos populares. Esto lo trabaja Damián Selci en su libro cuando habla de Laclau y arma una distinción entre la oligarquía y el pueblo: la oligarquía es vista como el parásito, este elemento externo que viene y chupa la sangre. Nobles, aristócratas, oligarcas han sido pensados en este sentido por estos autores. Otro autor como Slavoj Zizek ha aportado lo suyo cuando ha señalado que el capital es un gran parásito que extrae las energías y las fuerzas del medioambiente y de las personas.
Como podemos ver, la idea del parásito es diseminante y es muy preocupante que, por ejemplo, se vea al débil como un parásito. Esta idea está ligada a los momentos más oscuros del siglo XX, los judíos para el nazismo eran parásitos, una metáfora animalizadora que si no miramos con sentido crítico pueden construir un otro deshumanizado, un otro con el que no puedo construir un país más amoroso y justo, tarea delicada y ardua en la que nos hallamos actualmente
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