Se ha vuelto un lugar común desde hace ya mucho tiempo el que, al debatir con alguien o con un grupo de la política chilena, del «estado de la situación», o de cómo enmendar y mejorar en Chile nuestra vida en común, si yo en esa conversación llego a mencionar a Pinochet o a su dictadura, la reacción y respuesta inmediata son del tipo: “¡Ya tenías que sacar a Pinochet!”. “Eso ya pasó”. “¡La dictadura fue hace caleta!”. “Pinochet es parte del pasado”, y otras frases de ese tipo. Y esas respuestas se repiten constantemente. Tan constantes son, que a veces hasta me auto censuro de mencionar a Pinochet y su dictadura, cuando en realidad habría sido sensato y prudente, en el contexto del diálogo, haberlo hecho, al menos para constatar lo duro y difícil que ha sido transformar y mejorar este Chile que él dibujó a punta de fusiles, tanquetas, miedo y muerte.
Pero resulta que Pinochet, su dictadura y el sistema que junto a un puñado de civiles instauró en Chile, están más presentes que nunca. Porque están presentes no solo en nuestra cotidianidad, a partir de tantas cosas sin corregir (en nuestra Constitución, en nuestro sistema de salud, en nuestro sistema educacional, en nuestro sistema de pensiones, en los quórum del Congreso, por nombrar sólo algunas áreas). Además está presente en líderes políticos, diputados, aspirantes al Congreso y aspirantes a La Moneda, y en muchos ciudadanos que, como lo hizo la diputada RN Camila Flores este fin de semana, se declaran “orgullosos pinochetistas”, y para colmo, reciben cerrados aplausos y ovaciones por decirlo. Algunos más abiertamente que otros, pero los pinochetistas están.Este gobierno y los partidos de derecha que lo respaldan dirán que el Pinochetismo es parte de una “sana diversidad”, la que se debe tolerar y respetar. No estoy de acuerdo. El pinochetismo es nocivo, como nocivos son los dirigentes políticos que adhieren a el o lo toleran.
¿Por qué ser Pinochetista, si Pinochet fue alguien que robó descaradamente millones y millones al Estado de Chile, para su enriquecimiento personal y familiar? ¿Por qué ser Pinochetista, si Pinochet encabezó una dictadura que asesinó y torturó a miles de chilenos? Supongamos que todo lo demás lo hizo bien (sabemos que no es así). Aún en ese ficticio escenario, ¿es sensato el pinochetismo, con tan sólo esos 2 antecedentes (robo y asesinatos) sobre la mesa?
Este gobierno y los partidos de derecha que lo respaldan dirán que el pinochetismo es parte de una “sana diversidad”, la que se debe tolerar y respetar. No estoy de acuerdo. El pinochetismo es nocivo, como nocivos son los dirigentes políticos que adhieren a el o lo toleran.
Por eso es notable la intervención que hizo en TVN, la noche de este domingo, la comediante Natalia Valdebenito. Con tranquilidad, pero con mucha convicción y sin miedo, dijo: “Pinochet es tortura, muerte, genocidio, secreto, mafia, es todo el dolor que Chile tiene. Y frente a esa apología, nunca se puede retroceder. Pido que reflexionemos sobre esto y no dejemos que se ovacione más una idea como esa”. ¡Que necesaria intervención! ¡Que oportuna! En un Chile en el que crecen los José Antonio Kast, los Bolsonaro-lovers, los pinochetistas, Natalia vino a recordarme esa noche algo similar a lo que ese mismísimo domingo me recordó, pero en la mañana, el rector Carlos Peña en su columna de “El Mercurio”, y con sus mismas palabras: “En Chile tenemos una amenaza neofascista”. Y ante esa amenaza neofascista, los que estamos en las antípodas del pinochetismo, no debemos callar.
Comentarios
20 de diciembre
… en cierta manera el general pinochet es la cara visible de algo que no termina con sus pellajerias asesinatos torturas y aparatos de seguridad e inteligencia ya que los que estan como tittireteros monitoreando titeres como el general pinochet detras de todo son los decrepitos cretinos falangistas quintacolumnistas infiltrados en cada uno de los estamentos de la sociedad civil y militar
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01 de febrero
Su columna demuestra lo sesgado que es. Si vamos a hablar de la Dictadura y de todo los horrores que hubo, empecemos por decir, qué fue lo que llevó a eso. Cuando se trata de ocultar lo horroroso que fue el Gobierno de Allende y sus secuaces queriendo convertir a Chile en un país decadente con su ideología; cuando se usurpaban territorios a gente propietaria de sitios; Cuando escaseaba la comida; Cuando ingresaban armamento de guerra por lugares escondidos; cuando se hacían largas filas para poder obtener algo para combatir el hambre, entonces ahí, es donde la gente recurre a las FF.AA. Todo lo que acabo de decir, fue antes de que Pinochet bombardeara la Moneda… así que sean historiadores imparciales y no lo hagan con un lápiz color rojo y el puño levantado diciendo «Compañeros».
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05 de junio
Perdón por no apoyarlo, pero recuerdo que cuarenta y ocho horas después del ataque a La Moneda los supermercados aparecieron llenos de mercadería, luego de que TODOS los adherentes al gobierno del Presidente Allende fueran víctimas del desabastecimiento, lo que demuestra, una vez más, que los sediciosos de la derecha política escondieron los alimentos -como lo están haciendo en Venezuela, hoy, asesorados por Piñera- y sabotearan los pocos avances que se iban logrando, para botar al Presidente y quedarse con el poder para cometer las pellejerias y saqueos que, descaradamente, comoeten hoy, a vista de todos, pero respaldados por un constitución política hecha A SU MEDIDA. El armamento que tanto se pregonaba no llegó ni al 25% y lo que los milicos vendepatria mostraban en la tele lo cargaron ellos mismos, en las casas de sus víctimas, que muchas veces fueron reducidas a proporción de cien asesinos de inteligencia por cada «comunista». Las tierras que se consideran expropiadas eran de posesión fiscal y nadie se hacía cargo de éstas, por lo que el Presidente decidió tomarlas y repartirlas, para hacerlas producir. Pero a los sediciosos de la derecha no les gustó la equidad y menos la justicia y por eso vendieron a nuestro país en unos pocos miserables millones de dólares que fueron a parar al bolsillo de los que hoy, en 2019, nos siguen saqueando y metiendo la mano a los bosillos, sólo porque sí… Y todo lo hicieron por la vía armada, ¿se había dado cuenta?