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Multirut: el fantasma de la opereta

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Se discuten hoy variadas (y negociadas) fórmulas para aggiornar el multirut. La Concertación, fiel a su tradición, no quiere eliminarlo sino hacerlo digerible, ‘desconflictuarlo’.  Y el nudo público del brete, es que obstaculiza la sindicalización, la dificulta, disgrega y difumina hasta dejarla como marioneta en el escenario laboral donde el señorío hace y deshace a su antojo.

Pero nadie de la Concertación (y menos de la Alianza) hace mención al principal objeto del multirut, la razón por la que comenzó a emplearse y a expandirse por todas las empresas en Chile: la elusión. El multirut nació como una herramienta contable que le permite a una misma empresa tener otras tantas empresas fantasmas, por lo que entre ellas triangulan facturación de manera de aparecer con mínimas ganancias o incluso con pérdidas, de esa forma eluden pagar más impuestos. Este fenómeno comenzó a darse tempranamente durante la dictadura militar, cuando el sindicalismo no era problema, pero después de llegada la ‘democracia’ se dieron cuenta que además, el multirut tenía un efecto secundario delicioso: dificultar y frenar la sindicalización.

Por veinte años la Concertación no hizo nada (lo que equivale en política a decir que apoyó el multirut). Ahora que las protestas sociales han traído nuevos vientos y temas a la discusión nacional, y después de haber perdido el gobierno por un período, necesitan ponerse un traje más progresista y están intentando cuadrar el círculo.

La CUT y las organizaciones sindicales que sólo luchan por eliminar el efecto secundario del multirut, están avalando la política elusiva (un eufemismo para describir el robo) de las patronales, en eso desde luego, están alineándose con la clase política, con el club de la Alianza y la Concertación. Y están pensando solo en un ‘interés sectorial’, institucional, en circunstancias que el problemas toca una cuestión política mucho más de fondo y que también implica a todos los asalariados.

El multirut y la forma como la clase política discute maquillarlo para que siga operando, explican la profunda desconfianza que la ciudadanía tiene por la institucionalidad política, grupo que insiste en mantener fantasmas que protagonizan una opereta que no termina nunca.

El multirut y la forma como la clase política discute maquillarlo para que siga operando, explican la profunda desconfianza que la ciudadanía tiene por la institucionalidad política, grupo que insiste en mantener fantasmas que protagonizan una opereta que no termina nunca.

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3 Comentarios

Ricardo Marqués A.

Excelente una vez mas.

luis

Se pone el dedo en la llaga , estare vigilantencon mi modesto votito quien o quienes son los responsables para no ser timadomelectoralmente de nuevo

Marina Bindis

Mismo maquillaje que hacen a las afp, isapres etc. Las coimas superan los millonarios sueldos que reciben