Compatriotas. La patria es lo único cívico que comparto con ustedes. No me interesan ni sus razones, ni sus no razones para no ejercer el voto. Ustedes no votaron, nada más. Su falta de apego cívico poco y nada tiene que ver con los políticos y la política. Decir que la política no es atractiva y que los políticos son todos iguales es de una flojera intelectual que agrede tanto como el peor acto de discriminación o de violencia.
Señor Presidente
En su gobierno se aprobó una ley que dejó a nuestra República sin deber cívico. Avísele a los medios de prensa que usted no ejerció su deber cívico, sino solo fue a votar voluntariamente. Lo de usted fue un simple acto de compromiso personal, por lo que sus llamados a ir a votar no tienen ya el carácter solemne y republicano de antes. Usted siempre ha hablado del país de las oportunidades; pues bien, ahora existe en Chile la oportunidad de ser un ciudadano de segunda categoría, derecho que usted y su gobierno consagraron con el voto voluntario.
Estimados Políticos
Lo que ustedes aprobaron le facilita la vida al que no participa. No al revés. Lo que ustedes aprobaron permitió la institucionalización del ciudadano de segunda categoría.
No hay campaña política, por excelente que sea, que impida que el día de la elección, los ciudadanos no concurran a votar, por cualquier razón que, atendida la voluntariedad del voto, puede ser válida. La flojera, el calor, una lluvia, una resaca, o una serie de televisión pueden ganar. Plantearle esa competencia al noble voto es perversa.
El voto voluntario no pasa el sencillo examen del sentido común colectivo. Quienes llevan años promoviendo el voto de chilenos en el extranjero, ven como ese derecho pasó a ser una mercadería política de segunda mano, dentro del territorio nacional. Mientras algunos chilenos no tienen derecho a voto, otros tienen derecho a no ejercer ese derecho.
Estimada elite intelectual
Muchos de ustedes apoyaron entusiastas este proyecto. Muchos de ustedes leyeron papers y se hicieron expertos en los sistemas políticos de los países que tienen voluntario. Es probable, sin embargo, y en mi opinión, que ustedes se hayan equivocado rotundamente esta vez. Bueno, al fin y al cabo solo se equivoca el que intenta, por lo que no vale acá una acusación de desidia y pereza intelectual. Espero su honestidad para reconocer el error, si esa es la conclusión.
En estas elecciones, el voto voluntario solo atrasó un mes la definición, pero no el resultado cualitativo del vencedor. Lo que si ocurrió, es que el resultado cuantitativo de los ganadores y perdedores se vio afectado. Estos resultados dan mensajes equivocados y distorsionados que no son medibles, lo que hace de la ciencia política un lugar más seguro para los azares que para las certidumbres.
Ciudadanos de segunda categoría
Compatriotas. La patria es lo único cívico que comparto con ustedes. No me interesan ni sus razones, ni sus no razones para no ejercer el voto. Ustedes no votaron, nada más. Su falta de apego cívico poco y nada tiene que ver con los políticos y la política. Decir que la política no es atractiva y que los políticos son todos iguales es de una flojera intelectual que agrede tanto como el peor acto de discriminación o de violencia.
El país importa todos los días. Y en días de elecciones, esa importancia se renueva.
Lo que ustedes dejaron de hace no tiene castigo, aunque si consecuencias políticas directas, ya que hay iluminados que los exponen a ustedes, flojos, como un grupo que no está convenientemente representado, planteando un dilema intelectualmente deshonesto. Lo cierto es que ustedes optan por no ser representados, lo que es la peor manera de ejercer la civilidad comunitaria. Es un problema serio que las organizaciones políticas deban variar sus métodos y procedimientos para satisfacer a un grupo de estas características.
Me importa que no voten, pero me proponen un debate injusto, en el que su posición no tiene consecuencia ni trayectoria, ni matiz, ni ideología, ni compromiso. Nada.
Tendrán a todo un grupo de expertos analizando las razones de su no participación, y debiera darles vergüenza que nuestro país tenga que destinar fondos para dichos estudios.
Optimista ciudadano de primera categoría
Creo que los países cometen errores, y que es posible corregirlos cuando la evidencia es clara. Algunos dirán que hacen falta más elecciones, para marcar mejor las tendencias. Puede ser.
Mientras tanto, lo que propongo para salir de este paso, es un sistema de inscripción automática, voto obligatorio y desinscripción voluntaria para cada elección en la que no se desee participar, para que así al menos, quienes no quieran participar, tengan que hacer más esfuerzo que aquellos que si queremos participar. Si la razón para no querer ejercer el voto, es la objeción de conciencia, entonces es menester que se deba hacer al menos el trámite de desinscripción de manera presencial, quedando registrado en sus antecedentes del Registro Civil.
Recibir beneficios sociales de cualquier tipo debiera tener algún tipo de costo cívico, y ejercer el voto es el mejor y más justo de esos costos.
Comentarios
10 de diciembre
Yo creo que hay que volver a lo que se tenia: inscripción voluntaria, voto obligatorio y desincripcion voluntaria (aunque sin posibilidad de retractacion)
Porque no creo que el voto haya sido «obligatorio», no como se ha interpretado publicamente. No fuimos obligados a votar, porque para hacerlo nos inscribimos voluntariamente. Los que decidimos votar sabiamos muy bien lo que eso significaba, y asumimos el costo de ello. Es cierto que no es gracioso tener semejantes candidatos que hemos tenido, que son lo mas desmotivante para ir a un local de votacion un dia domingo, pero igual votabamos (en blanco o anulando en muchos casos). Y eso no cambio. Los que votamos cuando habia que inscribirse para hacerlo somos los mismos que votamos ahora.
No hacen falta mas elecciones para ver lo que se pretendia con esto. Porque la idea de este voto voluntario esta clara: mostrar que a la gente no le interesa la politica, hacer una «macro encuesta» en que ganan los que no votarian ni aunque ellos mismos fueran candidatos, porque durante casi 20 años no se ha enseñado a ser ciudadano (increible que algunos tuvimos una educacion civica en dictadura y no en democracia) ni el valor del voto. Asi se puede decir desde la clase politica: ¿para que consultarla sobre cosas, para que escuchar cuando se manifiesta, para que hacer plebiscitos, si la gente no ira a votar?
Es politica cuando nuestros alcaldes deciden poner un parque, un edificio, un policlinico… Es politica cuando nuestros congresistas deciden que tratado se ratifica, que proyecto de ley se aprueba, que leyes son prioritarias… Es politica cuando un presidente decide que juez pasa a la Corte Suprema o de Apelanciones, con que Estados nos relacionamos, que inversionistas se atraen…. Jope, necesitamos a mas gente implicada en politica, no a los que se creyeron el absurdo que el unico deber del ciudadano es elegir a quien se nos es impuesto como candidato y que el mayor desafio al sistema es no votar.
0