Renovar la política debe ser más que un discurso para ganar una interna partidaria. Quienes pretendemos encabezar la renovación del Partido Socialista, tenemos la obligación de darle contenido. Si no, se vuelve vacía y poco convocante, transformándose en una simple disputa de egos generacionales o, peor aún, de egos personales.
Renovar no es reducir el número de RUT de los líderes. Si fuera así, seria más sencillo una buena cirugía plástica a los actuales.
El insoportable ego es uno de los grandes problemas de quienes estamos en política. Nos hace muchas veces desconfiar los unos de los otros, dividirnos y terminar enfrentándonos por pequeñeces, como un cargo. La renovación debe implicar un proyecto vanguardista que sea esencialmente colectivo.
No es tarea fácil. Luchar contra el ego es la madre de todas las batallas políticas y humanas. Debemos transformar nuestro ego individual en uno colectivo.
El gran desafío de los jóvenes es remplazar el "yo" por el "nosotros". Un “nosotros” que sea más que un grupo que discute en algún restaurant del barrio alto. Un “nosotros” abierto a todo el que quiera decir o maldecir, pero esencialmente a quienes quieran aportar. Eso es cambiar las prácticas. Eso es renovación.
Necesitamos una revisión en el fondo, pero también en las formas de como se ha conducido al socialismo chileno. No buscando culpables, ni pensando en lapidar a los representantes de otras generaciones. El que este libre de todo pecado que lance la primera piedra. Los líderes jóvenes también hemos cometido errores y los seguiremos cometiendo.
El desafío es pensar en el PS con el cual queremos transformar Chile, con democracia interna, primarias abiertas para elegir a nuestros candidatos, con mecanismos de comunicación con la ciudadanía. Ser capaces de encabezar una izquierda que luche por la igualdad, la libertad y la fraternidad en la sociedad de una manera moderna, participativa y convocante, haciéndose cargo de las viejas banderas de lucha, pero también de las nuevas que deberemos enarbolar. Tenemos la responsabilidad de volver a enamorar a los que se desilusionaron de nosotros. Necesitamos una izquierda con menos ceños fruncidos y más ojos abiertos. Con menos amargura y rabia y con más mística y esperanza. Una izquierda con menos puños cerrados y con más manos abiertas.
http://manouchehri.blogspot.com
www.twitter.com/dmanoucheri
Comentarios
10 de mayo
Un comentario desde fuera por que no soy miembro del Partido Socialista. Hay elementos diferenciadores que tienen los jóvenes y que no tienen los más viejos por lo menos no de manera espontánea. El primer elemento es la claridad con que ven los problemas propios y de su entorno y la incapacidad de canalización por la vias tradicionales de la política (me sucedió cuando era jóven). El segundo elemento diferenciador es el manejo intuitivo de tecnologías de la comunicación, uso de Internet, wifi, celulares, redes sociales, etc. con las que tienen contacto desde la escuela.
Están ahí entonces las necesidades de los jóvenes, las nuevas ideas y los mecanísmos que utilizan para comunicarlas. No pasa solamente por un problema de edad sino cómo la estructura orgánica de los partidos, permite las comunicaciones utilizando estas tecnologías, disminuyendo el centralizmo e incorporando a la mayor cantidad de personas de la base en la aportación de nuevas ideas, principalmente los jóvenes, para lograr reencantar, permitiendo de paso, formas de hacer política modernas, sin descalificaciones. El ego (en mi opinión) tiene mucho que ver con los canales de comunicación tradicionales. La gracia de Internent, Redes Sociales, colocan a todos a un mismo nivel. Si se junta un grupo de personas en una reunión a perdir nuevas ideas, no van a conseguir nada.
Atentamente
Elías
0