#Política

Manuel, José Manuel y Santiago en un primer día de abril de 1985

2 |
COMPARTIR
EN WHATSAPP
COMPARTIR
EN WHATSAPP

¿Qué queda? Decirles a aquellos que algún día llamé mentirosos -cuyo dolor y lucha simplemente desprecié, y hoy me parecen gigantes por quienes siento un profundo respeto, porque logré comprender la fuerza que debieron tener para sobrevivir al horror que les tocó vivir- que lo siento, que me equivoqué, que ellos tenían la verdad y yo estaba en el error. Que lo siento profundamente y que me va a pesar siempre.

Siempre en esta fecha, escribo algo para recordar a Manuel, José Manuel y Santiago.

Generalmente incluyo un relato de lo ocurrido, de cómo fueron asesinados, por quién y por qué. Pero en esta oportunidad voy a hacer una excepción.

Vengo de una familia con tradición derechista, y yo no era la excepción.

El año 85, aún en la universidad, la Católica del Norte, yo estaba en la derecha. Defendía con convicción al gremialismo. Y si de algo ESTABA SEGURA, porque así lo había aprendido -desde los 10 años, edad que tenía en 1973-, es que los comunistas mienten, siempre mienten.

Mi padre me explicó con lujo de detalles lo que sería el plan Z. Los comunistas querían asesinarnos a todos. ¡¡Qué Horror!! Y así es como las violaciones a los derechos humanos, asesinatos, torturas, desapariciones forzadas, eran, a mi entender, mentiras de la izquierda.

Se publicaban historias en revistas que para mí no merecían ni un ápice de credibilidad, yo aprendí a leer en las páginas de El Mercurio.

En mi colegio no se hablaba de política, más que ser un colegio de derecha, era un colegio absolutamente apolítico. Devenir al gremialismo era natural.

Hasta que volví a clases después de vacaciones, a la universidad, el primero de abril de 1985, un compañero de izquierda, cercano al MIR según recuerdo, me enfrentó en la entrada y me gritó enojado, con los ojos llenos de lágrimas, mostrándome el diario La Tercera y diciéndome: ¡Mira lo que hicieron tus amigos!

Ni siquiera entendí de qué hablaba. No tenía idea que había 3 profesionales comunistas secuestrados, no sabía quiénes eran, y hasta ese día me importaba un rábano.

Tenía 21 años, había vivido en una burbuja y seguía metida ahí.

No crean que era de clase alta: yo estudiaba y conseguía algunas pegas, y recibía una suma bastante exigua de casa, no podían darme más. Pero aún así estaba en una burbuja.

Ese día 1 de abril de 1985 la burbuja comenzó a romperse.

Al rato mi compañero de universidad se calmó, y con una paciencia extrema me contó todo lo que él sabía del caso. No era mucho, claro, pero sí lo suficiente para que yo empezara a preguntarme cosas.

Pasaron algunos años, nació mi hijo y la política dejó de preocuparme. Separación, vuelta a Santiago, trabajar, hacerme cargo de mi hijo, estudiar y otras actividades necesarias ocuparon mi tiempo. Pero comencé a buscar información, eso sí.

Y así fue como en los 90’s -recién- supe de la Caravana de la Muerte, del caso Lonquén, calle Conferencia, Operación Cóndor, más detalles del homicidio de Manuel, José Manuel y Santiago. Podrán decirme tonta, lenta, en fin…y sí, fui todo eso. Pero para mí, las cosas son aún peores. Creí, no en los políticos, no en el infame general, creí en la gente que se suponía debía formarme, debía decirme la verdad, y que me había mentido desde los 10 años.

Eran tantas cosas las que no sabía, tanto lo que debí leer, preguntar, averiguar de distinta manera.

Pero siempre este triple homicidio aparecía en mis recuerdos, ese titular, los pacos presos, Mendoza renunciando… y la rabia, doble rabia. No solo por los homicidios, que a mi parecer siguen siendo uno de los crímenes más brutales de la historia de este país, sino también la rabia que se siente frente al engaño, esa rabia que te llega cuando te sabes estafada, y estafada por los más cercanos, por quienes debían educarte.

El dolor por haber estado en el lado equivocado, por no haber hecho absolutamente nada cuando era tan necesario que hubiera personas ayudando a quienes eran brutalmente perseguidos, asesinados, torturados, y cuantas cosas más que supe después. El dolor que te hace sentir la vergüenza.

La rabia contra quienes, al mentirme, me negaron el derecho a juzgar la situación con la verdad. Rabia contra mí misma, porque confié, creí

Con la misma dureza que juzgo a quienes me mintieron, me juzgo a mí misma por haber creído. Por no haber investigado más, por no haberme tomado las cosas con la seriedad necesaria, por no haber buscado información, escuchado, puesto atención a lo que pasaba a mi alrededor.

No pretendo sacudirme la responsabilidad, en caso alguno. Y pago el precio de sentirme avergonzada de haber ocupado un lugar equivocado en ese periodo de la historia de Chile, tan brutal.

Cada vez que me relaciono con alguien que fue víctima de la dictadura, o que vivió el miedo de pelear contra un aparato represor inimaginable, me siento en la obligación de contarle que alguna vez, en otro tiempo, yo lo llamé mentiroso y lo consideré enemigo.

Quiero aclarar, eso sí, que jamás tuve poder, que nunca perjudiqué a alguien.

Los agentes de la Dicomcar condenados. Y los familiares de Manuel, José Manuel y Santiago pidiendo que no se les condene a muerte porque eso es una violación a los derechos humanos, se me agigantan. Y yo recién comprendiendo el tiempo que me tocó vivir… Justo en el momento para decirle a mi hijo la verdad. Para no repetir la mentira. Sería muy doloroso que él sintiera hacia mí, lo que yo siento hacia otros.

El homicidio de Manuel, José Manuel y Santiago, marca un punto de inflexión en mi vida, el momento en que se inició un proceso de reflexión profundo, doloroso y muy personal, que me convirtió en lo que soy ahora.

Y así como siento vergüenza por haber pensado como pensé, me siento orgullosa de haber roto con la mentira, de haber superado mi herencia y ser lo que yo misma he construido.

Cuando digo personal, cuando hablo de autoconstrucción, no estoy queriendo decir que no haya habido personas que se me cruzaron en el camino y que compartieron sus experiencias conmigo. Muchos me ayudaron a comprender,  les estoy profundamente agradecida y recuerdo a cada uno de ellos. Aún así, mis convicciones son mías, no las adquirí, las reflexioné.

¿Qué queda? Decirles a aquellos que algún día llamé mentirosos -cuyo dolor y lucha simplemente desprecié, y hoy me parecen gigantes por quienes siento un profundo respeto, porque logré comprender la fuerza que debieron tener para sobrevivir al horror que les tocó vivir- que lo siento, que me equivoqué, que ellos tenían la verdad y yo estaba en el error. Que lo siento profundamente y que me va a pesar siempre.

Y vuelvo a escuchar en mi cabeza las palabras de Estela Ortiz, vuelvo a ver la imágenes, a Manuel, a Javiera, ese titular horrible en La Tercera: palabras e imágenes que describen el dolor de muchos y el inicio de mi proceso personal. Y me alegro de no haberlo olvidado, ¡no quiero olvidarlo nunca!

* Columna previamente publicada en El Pilín.

———

Imagen

TAGS:

Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras  Reglas de Comunidad

Comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Quedan 1500 carácteres.
Ordenar comentarios por:

04 de abril

Bien Trinidad, de a poco vamos siendo más…, en ese período trabajaba precisamente en ese «medio de comunicación»,,lo cual no me produce ningún orgullo, al contrario hoy me avergüenzo de ello

04 de abril

Por eso es tan importante rescatar la verdad histórica, no puede ocurrir que se les siga mintiendo a las nuevas generaciones. Es vital la verdad para la madurez de Chile.
Un abrazo

Ver todos
Ocultar

#NuevaConstitución

VER TODO
Para la ciudadanía la rotonda sin salidas es como vivir el castigo de Sísifo, destinados a llevar una pesada roca política a la cima de la montaña, solo para verla rodar montaña abajo y volver a repeti ...
+VER MÁS
#Política

De vuelta a la rotonda política

Para la ciudadanía la rotonda sin salidas es como vivir el castigo de Sísifo, destinados a llevar una pesada roca política a la cima de la montaña, solo para verla rodar montaña abajo y volver a repetir el ciclo interminable de esfuerzo y fracaso

Que existe agotamiento en múltiples sectores, difícil es de negar. Y eso incide en la viabilidad política actual. Pero eso no significa que el dilema constitucional esté cerrado
+VER MÁS
#Política

El mito del cierre definitivo del proceso constituyente/constitucional

Que existe agotamiento en múltiples sectores, difícil es de negar. Y eso incide en la viabilidad política actual. Pero eso no significa que el dilema constitucional esté cerrado

A pesar de los obstáculos y desgastes, el compromiso adquirido para modificar la Constitución debe ser respetado y llevado a cabo para reconectar con las expectativas y necesidades del pueblo
+VER MÁS
#Política

¿Nos jodimos todos?

A pesar de los obstáculos y desgastes, el compromiso adquirido para modificar la Constitución debe ser respetado y llevado a cabo para reconectar con las expectativas y necesidades del pueblo

El pueblo de Chile, está hastiado de la reyerta de baja monta, no quiere ver más discusiones bizantinas, alejadas de sus problemas cotidianos. Los chilenos y chilenas favorecen los acuerdos, pero esos no ...
+VER MÁS
#Política

Las lecciones del plebiscito

El pueblo de Chile, está hastiado de la reyerta de baja monta, no quiere ver más discusiones bizantinas, alejadas de sus problemas cotidianos. Los chilenos y chilenas favorecen los acuerdos, pero esos no se han visto por ningún lado

Nuevos

Existen en Chile experiencias concretas respecto a la participación de trabajadores y trabajadoras en los directorios de empresas de las que se puede aprender y ampliar
+VER MÁS
#Política

Cóbrenos la palabra

Se diría entonces que los humanos somos en sí mismos, como especie ajedrecística, en este caso, el medio, y cada jugada, un misterio hacia adelante o hacia atrás que nos contesta a ratos; con un poco de ...
+VER MÁS
#Deporte

Sonja Graf: Un retrato a lo Peaky Blinders del ajedrez

Lo que necesitamos como sociedad, es que gobierno y oposición, actúen con responsabilidad. El flagelo de la delincuencia, afecta todos los aspectos de nuestra vida, y era que no, produce severos efectos e ...
+VER MÁS
#Internacional

El legado de Cúcuta

Es urgente que las autoridades den el ejemplo y que el Estado de Chile haga rendir cuentas a los responsables de estos crímenes con premura y determinación, pues la impunidad no puede continuar en el paí ...
+VER MÁS
#Justicia

Una más del general Yáñez

Popular

Según la Encuesta de Bienestar Social (2021), en Chile las personas dedican más de un tercio de su tiempo diario a labores de cuidado, y un 85% de aquellos que pasan más de 8 horas al día en esta labor ...
+VER MÁS
#Sociedad

Avances y retos en el cuidado familiar en Chile

Los empresarios, por la gran responsabilidad que cae sobre sus hombros, no tienen que ambicionar ser los mejores y más ricos del planeta, sino que ser los mejores “para” el planeta, colocando a las per ...
+VER MÁS
#Sociedad

Razas y subhumanos una creencia para justificar atrocidades

La información pluralista y de calidad, la cultura de buen nivel, los valores democráticos y de civilidad, deben ser considerados igualmente derechos de todos los chilenos, y un deber a cargo de los recur ...
+VER MÁS
#Política

Tv pública, una reforma pendiente

Cabe hacer presente que la gran mayoría de las viviendas actualmente bajo los 2 mil UF son departamentos Estudio o de 1 dormitorio (...) pero en general, y especialmente los departamentos estudio, son enfo ...
+VER MÁS
#Ciudad

Alto costo de inmuebles nuevos ¿Quién es responsable?