La transición desde la dictadura hacia la democracia participativa, no solo se ha dado en la arena política, también se ha vivido dentro de cada hogar en Chile. Si miramos las cifras, en el plebiscito del 1988 la opción del No sacó un 55,99% y la opción del Sí un 44, 01%, casi tres décadas después la Centro Izquierda obtiene un 55,1% y la Centro Derecha un 44,5%, las cifras son tan parecidas que da la sensación de que las posturas no han cambiado. No obstante al hacer un zoom nos daremos cuenta que la sociedad en esta última elección, fuerza al espectro político hacia el progresismo, en todos sus niveles.
Luego de la vuelta a la democracia, muchas familias con o sin éxito traspasaron su visión política y de la historia a sus hijos. Otras familias simplemente se desmovilizaron políticamente y nunca más hablaron del tema. Las nuevas generaciones miran el pasado desde la perspectiva de los hechos consumados y su disociación con el discurso oficial de la época, pero también miran el presente y futuro de Chile con una mirada ideológica. En tanto hay otras personas que se activan políticamente en forma temporal por alguna causa o grupo de causas de su interés. La sociedad actual es una mezcla de distintas generaciones mucho más heterogénea que la visualizada por la élite nacional, que con un simplismo y arrogancia, reducen todo, a una clase media consumista, solo preocupada de la adquisición de bienes estatutarios.
La transición que fueron experimentando los ciudadanos generación tras generación, lograron el triunfo de ideas progresistas y de seguro en la segunda vuelta, esas ideas estarán en ambas candidaturas.
La visualización de la clase media como un grupo homogéneo, preocupada solamente de su aspecto económico y desvinculada de lo social, está profundamente equivocada, el hecho que los ciudadanos tengan que desempeñarse en una sociedad competitiva, no significa que no reflexionen y deseen otro modelo. Prácticamente los ciudadanos fueron forzados a correr en una pista que a lo largo se va angostando y que para avanzar debes hacer espacio, o pasar por sobre otros, algunos nacieron en la punta y otros en la cola de la carrera; hay quienes les ha ido bien y otros muy mal, pero el hecho de intentar sobrevivir en el sistema no es incompatible con tener conciencia.
Chile, según el Dr. Paul Vöhringer, académico de la Universidad de Chile, es el país con más altos índices de enfermedades psiquiátricas de América Latina y el segundo país que más ha aumentado la tasa de suicidios de la OCDE. Eso es síntoma de un sistema que produce infelicidad en una parte importante de la población, por lo tanto estamos al debe con un debate profundo sobre el modelo de sociedad que deseamos para las próximas décadas.
El 19 de noviembre Chile se expresó, y el gran triunfo fue correr el centro político levemente hacia la izquierda. El hecho de que los grandes defensores de la obra de la Concertación, sean los partidos de Derecha, da cuenta que el centro se desplazó. Cuando el defensor de Pinochet solo obtuvo un 8%, y el partido más conservador de Chile perdió la supremacía en su sector, es un síntoma que en cada estrato de la política, se vivió una revolución. Por el lado del progresismo, el éxito del Frente Amplio, se puede explicar mirando el fenómeno internacional del voto anti establishment (que en la elección municipal se expresó con la abstención), sumado al voto de los desencantados de la Concertación y las nuevas generaciones de votantes que no están afectados por las “campañas del terror” que se levantan cada vez que se busca reformar algún aspecto del sistema económico, político o social.
Piñera le habló al antiguo electorado del Sí, y fracasó. Editoriales, encuestas y líderes empresariales intentaron usar sus influencias y no fueron oídos. Dentro de los hogares, las familias ya no se reúnen frente a la TV a escuchar el discurso oficial, los únicos que ven la TV abierta son los más adultos, las nuevas generaciones están navegando por internet, compartiendo noticias de su interés, mirando producciones de países desarrollados que muestran contextos de sociedad más abiertas; simplemente con las comunicaciones las fronteras se diluyeron y eso está cambiando la visión de los chilenos.
La transición que fueron experimentando los ciudadanos generación tras generación, lograron el triunfo de ideas progresistas y de seguro en la segunda vuelta, esas ideas estarán en ambas candidaturas. A la Centro Derecha no le basta el discurso del crecimiento económico, también deberán acoger ideas de protección social, derechos civiles fundamentales y más regulación al mercado. Por otra parte, el progresismo, deberá recomponerse, reestructurarse, levantar nuevas personalidades alejadas de cuestionamientos, lograr la unión del sector y conformar la mayor coalición para gobernar a esta nueva sociedad, con la finalidad de subir a Chile al desarrollo del siglo XXI.
Todo lo anterior es una opinión y podría o no tener relación con la realidad. No obstante, existe una realidad innegable; gracias al camino que pavimentó la Concertación y sobre todo la Nueva Mayoría, hoy tenemos nuevas voces en la política chilena, se les debe agradecer y dar la bienvenida al nuevo ciclo en la política chilena.
Comentarios
30 de noviembre
Ciclo con nuevas voces, o más voces que antes, no implican un mecanismo de todas las voces. Eso quiere decir que no todas las ideas estarán o bien que no todas serán analizadas.
Dígame algo. Si usted tiene una planta de orden industrial que maneja anualmente un Presupuesto del orden de 60 mil millones de dólares ¿tiene, siquiera, aunque sea un departamento chiquitito en donde recibe, analiza y responda ideas mediante una publicación oficial?
¿Dice que no?…
¿Qué nos dice esto?… Que nos conformamos. Usted llama democracia representativa a lo que se ha vivido luego de la dictadura. Para mí pasó de dictadura militar, a dictadura política, ya que lo fundamental no cambia.
Aún hay pobres muy pobres y no tenemos una política que dignifique la vida de esas personas, lo que coloca a mi planteamiento en el plano en el que debemos preguntarnos cuáles son nuestras prioridades como personas y como sociedad.
Y esto no pasa. Como rayante de votos, hasta ahí llega tu opinión. Lo que pienses, tal vez un día lo sientas interpretado y expresado en el pavimento caluroso de una protesta y eso, a nadie le molesta que se viva el ultraje de llegar a una protesta por no recibir una respuesta oficial a una propuesta.
Yo creo que lo que hacemos mal es escoger a personas, porque las hace aparecer desde una cantidad de ratoneras increíble.
¿No podemos ser más profesional al escoger qué hacemos y quién lo dirige?
La figura del Presidente como tal puede ser y ha sido nefasta ..
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