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La tensión que el neo-liberalismo no puede resolver

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Los movimientos sociales que se están dando en el mundo responden a la maduración de una contradicción inherente al capitalismo y que había pasado, hasta ahora, desapercibida.  

Esta contradicción consiste en la incapacidad que tiene el neo-liberalismo para resolver claramente, y de forma decisiva, la disyuntiva que existe entre derechos y privilegios. Esta tensión se ha venido incubando desde los inicios del capitalismo, pero es sólo ahora que se ha vuelto insostenible. La gente se ha dado cuenta que las promesas del neo-liberalismo (libertad, progreso, justicia)  no se pueden cumplir.

Esta incapacidad de cumplir las promesas no se debe a errores puntuales en el manejo de la economía o a la errónea implementación de una u otra política específica. El problema es más profundo.

Veamos: Por un lado, esta tensión tiene su génesis en que, junto a los grandes avances materiales que el capitalismo ha hecho posible (piensen en toda la tecnología que hoy existe), el liberalismo también ha facilitado la expansión de nuestros horizontes éticos. El pensamiento liberal clásico (como el de J.S. Mill), que ha acompañado el desarrollo económico, nos ha hecho ver que existen ciertos valores humanos que son universales e irrenunciables. La libertad, la igualdad y el derecho a una vida digna forman parte del imaginario social que el mismo liberalismo ha ayudado a crear y al que todos aspiramos.

Una vez que estos derechos se establecieron como universales, surgió la tensión conceptual que hoy aqueja nuestra sociedad. Concordemos en que el dinero no es un derecho sino un privilegio. Nadie puede, por ejemplo, reclamar el derecho a percibir un sueldo de dos millones de pesos sobre la base de que ese es su derecho humano. En efecto, dicho sueldo constituye un especie de “premio” al mérito y al esfuerzo (al menos en teoría). Aquellas personas que reciben un sueldo de dos millones de pesos lo hacen porque el mercado (que es supuestamente amoral e imparcial) ha “decidido” premiar a dicha persona. En otras palabras, cada persona recibe un sueldo acorde a sus “capacidades”.

Pues bien, cuando nuestra sociedad declara que una vida digna es un derecho inalienable a todo ser humano, pero condiciona el acceso a dicha vida digna al recibimiento de un privilegio (el dinero), entonces hemos creado una incongruencia, una contradicción que no se puede sostener. Para que un derecho sea efectivo, si es que es realmente un derecho, no puede depender de un privilegio.

Esta es la tensión conceptual que el neo-liberalismo no puede resolver. Al entregarle la educación y la salud al mercado, al decidir que el dinero (un privilegio) es lo que decide quién tiene acceso o no a la educación (un derecho), entonces han caído en una contradicción insalvable. La gente se ha dado cuenta de esta contradicción y por eso se están movilizando en Chile y en el mundo. Lo que quieren es hacer efectivos sus derechos.

La derecha que se opone a entregar estos servicios sociales, que busca recortar los gastos públicos y que quiere entregar la educación y la salud al mercado, pertenece, paradojicamente, a la misma familia de pensadores que nos dieron las ideas revolucionarias de “libertad”, “igualdad” y “dignidad” que hoy reclaman los ciudadanos del mundo. Pero si ellos no pueden reconocer la contradicción en la que han caído (y por lo tanto no pueden hacer nada para resolverla), o no lo quieren resolver, pues que sean claros. Que digan que la salud no es un derecho. O que digan que la educación no es un derecho. A ver si pueden reconocer lo que en la práctica ya hacen: negarle a los ciudadanos sus derechos, convirtiéndolos en privilegios.

* Ignacio Moya es Magíster en Filosofía

** Texto publicado originalmente en "Cambio 21"

Blog: http://ignaciomoyaa.wordpress.com

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Foto: Toban BlackLicencia CC

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Comentarios

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04 de noviembre

Estimado Ignacio:

Interesante reflexión, pero debo preguntarle algo ¿Donde está la persona, o el individuo en su reflexión?. Nosostros podemos plantear dos o más hipótesis de este tema; una es que el individuo esta limitado en su decisión, por tanto, el sistema neo-liberal se apodera de sus decisiones influenciándolo para abonar al sistema económico y capitalista, promoviéndolo con sus actos y preferencias. La otra hipótesis es que existe una influencia del neo-liberalismo, pero la decisión es tomada en total conocimiento por el individuo basándose en sus propias convicciones, considerando que su felicidad y plenitud ha sido trasladadada hacia los objetos, siendo esto más fácil que tratar de llenar este espacio con actos relacionados con la filantropía y la naturaleza. El punto es que cuando trasladas «la felicidad y plenitud» hacia los objetos, siempre quedará la sensación de inconformidad que te arrastrará hacia el consumo de más objetos, pudiendo esto potenciar el sistema neoliberal, volviéndolo un ciclo reversible.

Al responzabilizar solo al sistema por el descontento social, inconscientemente se está menoscabando el poder de decisión del individuo y su autonomía.

Saludos,

05 de noviembre

Estimado Pablo,

Gracias por tu comentario. Tus reflexiones acerca de la relación que como individuos tenemos con el resto de la sociedad son válidas. Me atrevo a sugerir que hay una tercera opción, un camino intermedio, donde no es lo uno o lo otro (sociedad o individuo) sino una conjunción entre ambos.
Sin embargo, y esta es la tesis central de mi columna, lo que ocurre es que a nivel conceptual el neoliberalismo ha agudizado la contradicción entre “derechos” y “privilegios”. Esto se debe a que el neoliberalismo (como corriente heredera del liberalismo clásico) hace suya las ideas y los principios de los derechos humanos pero, acto seguido, establece que dichos derechos son accesibles sólo para aquellos que pueden pagar por ellos. Es decir, con una mano dicen “los derechos humanos son universales e inalienables” y con la otra mano dicen “pero solo los que tienen dinero (un “privilegio”) pueden hacer efectivos dichos derechos”.
Esta incongruencia es fatal. No se puede proclamar la existencia de derechos universales y luego en la práctica negarlos porque tarde o temprano la gente se va dar cuenta de que algo anda muy mal. Y creo que eso es lo que está pasando ahora. Por eso la gente está en la calle.

Saludos,

06 de noviembre

Estimado Ignacio:

Efectivamente existe un punto intermedio, y tiene que ser tratado con urgencia (no en esta columna necesariamente), ya que he visto en varias entradas como se responsabiliza solo al modelo, restándole toda importancia al individuo y poniéndolo en una situación de víctima de este.

Ahora respecto de establecer el dinero como privilegio, cabe hacer una acotación, el dinero en si como remuneración por un trabajo es un derecho y está establecida de acuerdo a un mercado promovido por la importancia que la sociedad le asigna a cada actividad; por tanto se podrá considerar como privilegio sólo si este se percibe generosamente y permite vivir «sin sobresaltos». El problema es que en una sociedad que ha trasladado su plenitud a los objetos se ha juntado con un modelo que crea «dinero ficticio» para obtenerlos; y es en este punto es donde para lograr una mayor satisfacción el individuo hace suyo un dinero que no existe fisicamente y lo utiliza. Conciente de esto el modelo pone a disposición con mayor facilidad este «dinero ficticio» y sobrecarga inapropiadamente con impuestos que permiten incrementar su capital.

Si analizas esta sociedad, nadie incentiva y premia el ahorro (financiero o ambiental); pero esto parece no molestarle a muchos. Empezó a molestar cuando las cuentas no pudieron pagarse, o cuando afloraron las dudosas jugadas financieras de las instituciones.

Saludos,

06 de noviembre

Estimado Pablo,

Como tú bien dices, y para ser claro, lo que es un “derecho”, es el derecho a percibir una remuneración por un trabajo realizado—no el recibir dinero en sí. Este “detalle”, no es menor. Veamos porqué.
Primero, al establecer que sólo aquellos que realizan una labor “productiva” son los que tienen “derecho” a recibir dinero, estamos inmediatamente dejando de lado a grandes sectores de la población. El dinero sería sólo para aquellos que han tenido la “suerte” de poder encontrar un trabajo; para aquellos que han tenido la suerte de, por ejemplo, vivir en un país donde hay amplias oportunidades de empleo. Es para aquellos que han podido educarse y entrenarse para una profesión o actividad; para aquellos que tienen la capacidad física de trabajar (por lo que se excluye a ciertas personas con discapacidades físicas). Y por último, una remuneración es sólo para aquellos que se dedican a una actividad que el mercado ha “decidido” premiar. Es común que los que se dedican a las artes y las humanidades tienen que arreglárselas haciendo otras cosas para poder recibir una remuneración. Los que reciben ingresos sin trabajar (inversionistas, especuladores, etc) merecen una discusión detallada y aparte.
En la práctica, entonces, los que van a recibir una remuneración son algunos, no todos. Y si en la práctica el acceso a una buena educación y una buena salud dependen del dinero, entonces son sólo algunos y no todos los que van a tener acceso a una buena educación. Es por eso que los que reciben una remuneración tienen una clara ventaja (un privilegio) sobre los otros.
Dado todo esto, condicionar un “derecho” a la posesión de un privilegio es en efecto negar ese derecho. Por eso sostengo que si hay algunos que creen que la salud y la educación no son derechos humanos básicos, pues que lo digan. Sólo así podrán evitar la contradicción conceptual en la que han caído.
A propósito de este tema del dinero, hay un movimiento internacional muy interesante que busca asegurarles a los ciudadanos del mundo un ingreso ético mínimo, independiente de si trabajan o no y de cuanto ganan. Es un movimiento global que busca paliar algunos de los inconvenientes que he mencionado más arriba.

Saludos,

07 de noviembre

Hay varios conceptos que quizás deben ser bien definidos, de lo contrario, hay una ensalada, por ejemplo:

Primero: Tomando en cuenta los movimientos sociales a nivel global ¿Es el modelo económico en España igual al que hay en Estados Unidos, o en Chile, o en medio Oriente? ¿Podemos meterlos a todos en el saco de Capitalismo a secas, así sin más?

Sí no es posible ¿Son los movimientos sociales una contradicción del capitalismo? ¿Pero de cuál entonces?

O por otro lado ¿Qué se entiende por vida digna? ¿Tener más dinero? ¿Más títulos profesionales? ¿Poder satisfacer deseos de adquisición?

Segundo: Suponiendo que la idea de que es una crisis del capitalismo es cierta ¿Quién o qué cumple con las promesas de libertad, progreso y justicia?

Tercero: Es interesante lo de la contradicción, pero mi pregunta es cómo o de qué forma se resuelve, tomando en cuenta que en torno al poder político -sea liberal o socialista- también se generan privilegios. ¿Con más Estado y “menos mercado”?

Y ante esa última pregunta, no puedo no retomar el caso de España, porque hasta hace poco, España y su estado de bienestar, era vista como un ejemplo en cuanto a otorgar derechos sociales, pero es innegable que hoy paga el costo de eso en todo sentido.

Cuarto: en Chile los grupos de poder no son y nunca han sido liberales en sentido estricto, son mercantilistas. No son lo mismo los liberales que los mercantilistas. Tampoco lo son en Estados Unidos por ejemplo.

Saludos

07 de noviembre

Estimado Jorge,

Como bien dices, existen modelos económicos con muchas variantes pero dichas variantes reposan sobre una base común. Esta base común está dada por el modo de producción, el que en todos los casos que mencionas (Chile, EE.UU., España y Asia) es Capitalista. Algunas de las características necesarias (pero no suficientes) que definen el Capitalismo son: los medios de producción pertenecen a los privados y el trabajador vende su mano de obra a cambio de una remuneración.
En cuanto a qué es lo que se entiende por “vida digna”, pues eso no está de ninguna manera dado a priori. El concepto de “vida digna” cambia y evoluciona a medida que nuestros horizontes éticos van ampliándose. Es decir, lo que constituye una “vida digna” es algo que se puede (y debe) debatir. Habiendo dicho esto, en el año 2011 hay ciertas condiciones mínimas que como ciudadanos hemos llegado a esperar de una vida digna. Por ejemplo, para la gran mayoría de la gente el acceso a una educación es, hoy en día, constitutivo de una vida digna.
Efectivamente, privilegios han y siguen existiendo. Pero esto significa que siempre vayan a existir. Pero lo importante aquí es que cada vez que el ejercicio de un derecho se haga dependiente de la posesión de un privilegio, estaremos ante una contradicción que tarde o temprano deberá resolverse.
Si de crisis queremos hablar, la mayor crisis económica y social del mundo es la que se ha venido incubando desde hace mas de cien años y es la que dice relación con la incapacidad del sistema capitalista para resolver la contradicción entre derechos y privilegios. Lo que está en crisis no es el Estado de Bienestar en sí, sino el capitalismo. Esto se debe a que el Estado de bienestar no es un model separado o distinto al capitalismo. El Estado de bienestar es un intento por manejar el capitalismo para terminar con la contradicción entre deberes y privilegios. Y ahora que amenazan con desmantelar el Estado de bienestar, la gente se opone con fuerza porque saben que los derechos que hasta hoy han gozado dejarán de ser tal y se convertirán en privilegios para aquellos que puedan pagar por ellos. Vale la pena reiterar que la crisis actual no es del Estado de bienestar en sí, sino del capitalismo.
El liberalismo, como pensamiento filosófico, es la fuente de todo pensamiento de derecha y de izquierda. Neoliberales, conservadores, socialistas e incluso Marxistas le deben su existencia al pensamiento liberal clásico. Es gracias al liberalismo que las ideas de progreso, dignidad, libertad y justicia hoy forman parte de nuestro imaginario social. Que las corrientes políticas contemporáneas se hayan apropiado de las ideas de “libertad” y “justicia” para avanzar sus intereses particulares es indicativo de la importancia del liberalismo en nuestra historia.

Saludos,

07 de noviembre

Un detalle, por ejemplo, la crisis financiera por el desmoronamiento del mercado estadounidense de hipotecas subprime, tenía a dos actores esenciales, Fannie Mae o Freddie Mac.

Muchos dijeron que la crisis era por el libre mercado y la falta de regulación…

Pero olvidaron que esas empresas eran empresas patrocinadas por el gobierno federal, que les garantizaba la mitad de las hipotecas residenciales en Estados Unidos. Eso no es libre mercado, es mercantilismo.

08 de noviembre

Estimado Ignacio. A simple vista parece irrefutable la idea claramente marxista, de que la crisis actual es una crisis del capitalismo, es decir del modo de producción capitalista, que con sus contradicciones siembra su propia destrucción.

No obstante, hay dos cosas que derriban ese argumento: 1) no hay que confundir el modo de producción que llaman capitalista, con el modo de producción mediante intercambios, donde los que intercambian son dueños de sus modos de producción, es muy antigua. No es una invención del Capitalismo.

Pueden caer los estados, los bancos, las corporaciones, pero tarde o temprano, la gente comenzará a generar intercambios mediante los productos de su trabajo. Es decir, al ser dueños de sus modos de producción.

2) En base a lo anterior, pues visualizas que los modos de producción en manos privadas son parte del problema, mi duda refiere a qué modo de producción se propone ante esa crisis ¿Uno centralmente planificado donde el Estado a manos de una nueva casta de planificadores asigna y distribuye recursos? En otras palabras ¿La opción es crear un gran monopolio productivo a manos del Estado? ¿La opción es el comunismo? Pero cuál comunismo ¿Un modelo como el chino, el cubano, como el de Korea del Norte?

Donde en todos los casos, por lo demás, siguen existiendo privilegiados que gozan del poder y sus prebendas.

Por otro lado, por un lado dices que el Estado de Bienestar es parte del Capitalismo, y por otro, que la gente no quiere que lo desmantelen. Es decir, según tu argumento, la gente quiere salvar el capitalismo. ¿Cómo explicas eso?

Creo que hay un detalle importante, en muchos países, dicho estado de bienestar se sustenta en el modo de producción capitalista, no en un modo de producción centralmente planificado y menos de monopolio estatal.

Y por último, concuerdo en que el liberalismo clásico como contrapuesto al absolutismo monárquico es la base del pensamiento político moderno. Pero como decía Rudolf Rocker, el error de muchos socialistas y conservadores, fue tomar las armas del absolutismo para seguir defendiendo la libertad.

Saludos

08 de noviembre

Estimado Jorge,

El modo de producción es, efectivamente, distinto a los modos de intercambio comercial. Puede haber, perfectamente, un modo de producción socializado junto a un mercado abierto a la competencia. La razón por la cual no me he atrevido a definir el Capitalismo del s.21 (y me limité a enumerar un par de características necesarias) es que el sistema económico global es hoy tan complejo que hacerle justicia en un par de párrafos es imposible. Pero que personas deben “vender” su mano de obra a privados para subsistir y así ganar un sueldo es una característica del capitalismo global sea en su variante neoliberal (Chile, EE.UU.) o en su variante del Estado de bienestar.

En cuanto a posibles soluciones a la actual crisis global, humildemente reconozco que esa tarea se me escapa de las manos. Esa tarea les corresponde a los economistas, cientistas sociales y técnicos del mundo. Como filósofos, nuestra tarea es “diagnosticar”, analizar conceptos, ampliar horizontes y ojala lograr que la gente vea los problemas desde ángulo nuevos, desde perspectiva distintas. Una vez logrado eso (si es que se logra), sólo en ese momento podemos debatir el “cómo” se corrigen los problemas. Entonces, aunque no propongo que adoptemos un sistema económico estatista al estilo Norcoreano, tampoco propongo que le demos rienda suelta a los impulsos neoliberales. Digo esto no sólo porque encuentro que el neoliberalismo tiene graves problemas éticos, sino porque el sistema tal como está estructurado es insostenible a largo plazo. Una de las razones de esta insostenibilidad se encuentra en la contradicción no-resulta entre “derechos” y “privilegios” de la cual hablo en esta columna.

En cuanto al Estado de bienestar, este modelo es, en su esencia, un intento por resolver la contradicción derechos/privilegios. Es un intento por hacer efectivos los “derechos” de las personas dentro de un marco capitalista. Si la educación y la salud son “derechos” entonces el Estado de bienestar busca asegurar que dichos derechos sean efectivamente derechos y que todos puedan acceder a ellos.

Entonces cuando afirmo que la gente quiere salvar el Estado de bienestar, no estoy diciendo que la gente quiere salvar el capitalismo per se, sino que quieren asegurar un acceso continuado a lo que ellos perciben son sus derechos. Entienden que si el Estado de bienestar se desmantela y se entregan los servicios sociales al mercado entonces dichos derechos dejarán de ser tal y se convertirán en privilegios (como ocurre hoy en Chile).

Saludos,

08 de noviembre

Muy interesante el artículo, concuerdo en el tema del privilegio y del derecho.
El gran problema, detrás de todo, es cual es el fundamento de la acción de las personas. El sistema económico se debe sostener sobre elementos tan fuertes como son la naturaleza humana para poder existir, y para que no se deba instruir a cada persona para seguir reglas sociales sin atadura a la esencia. Adam Smith dió en el clavo: el sistema económico se basa en un antivalor, la codicia; lo que lo hace despreciable, sobre todo por aquellos que no logran interpretarlo y manejarlo para su provecho.
El punto es: ¿existe otro elemento, tan humano, que pueda remplazarlo como eje? Al parecer, en forma natural y sin condiciones, NO hay otro. Por lo tanto, visto desde ese lado, NO existe una fórmula alternativa al capitalismo, en esencia. Pero SI existen variantes sobre este mismo. Dentro de esas variantes hay sistemas que buscan asegurar como «derechos» algunos elementos como son la salud, educación o alimentación, financiados a través de impuestos, o de industrias de propiedad del estado; pero no son sistemas paralelos.

El gran problema es el que resulta de NEGAR la esencia humana. Porque, obviamente basados en virtudes (y no el defecto que es la codicia), podemos inventar muchos sistemas nuevos. Pero ¿cuales de esas virtudes tienen la fuerza y prevalencia sobre el individuo, que las pudieran convertir en el centro de un nuevo orden económico y social?
Saludos

08 de noviembre

Estimado Ignacio ¿Por qué separas el modo de producción de los modos de intercambio? ¿Qué entiendes por modo de producción socializado con un mercado abierto a la competencia?

Sí lo anterior lo entiendes como estatización de los modos de producción, creo que discrepo, porque una empresa estatal no es sinónimo de modo de producción socializado, menos de mercado abierto a la competencia. Hay una extensa literatura que demuestra como la empresa estatal finalmente termina por convertirse en un nicho de intereses privados que va en claro desmedro de la libre competencia.

Por otro lado, efectivamente, todos vendemos nuestro trabajo, nuestras capacidades y conocimientos para subsistir, salvo excepciones. Claro, todos quisiéramos que todos fueran propietarios y no dependieran de los intercambios con otros, pero eso no se logra creando un monopolio en cuanto a los modos de producción.

Concuerdo en no caer en la fatal arrogancia de dar fórmulas o soluciones como si estas fueran la panacea, y que se debe diagnosticar. Pero también se deben aclarar aguas, porque existe mucho slogan y poco análisis de los conceptos de ideas. Muchas se dan por sentadas, en base a juicios de valor que podemos, claramente, poner en duda.

Por ejemplo, deberías aclarar y te pregunto ¿Qué es dar o no rienda suelta a los impulsos neoliberales? ¿Qué ideología no tiene problemas éticos?

O más importante aún ¿Qué sistema político-económico está libre de la contradicción entre derechos y privilegios?

En lo personal creo que ninguno. Ni siquiera un socialismo perfecto lo estaría. Quizás una acracia sin Estado.

Por otro lado, lo que menos ha existido en estos últimos siglos es libre mercado. Ha existido Mercantilismo, entendido como una batería de privilegios otorgada por los gobiernos a sus amigos corporativos, eso ha existido. Libre mercado no.

Concuerdo con que el problema es cual es el fundamento de la acción humana, y sobre todo entenderlo para no forzar algo inexistente.

Efectivamente Adam Smith decía que el egoísmo llevaría a la economía al equilibrio y al progreso, pero añadía una condición esencial: un Mercado libre. Es decir, evitar el mercantilismo o capitalismo crony, como el actual.

Saludos

08 de noviembre

Estimado Jorge,

Aclarar conceptos es sin duda una de las tareas más urgentes de nuestros tiempos.

Entonces cuando hablo de modo de producción socializado no lo estoy equiparando necesariamente a modos de producción estatizadas. Social no equivale a estatal. Una comunidad pequeña, un barrio o una familia pueden formar una sociedad productiva donde ellos producen algún bien y luego lo venden en un mercado abierto. Las ganancias de dichas ventas vuelven a la comunidad. Es decir, las ganancias les pertenecen a todo los miembros de ese grupo. Este es un modo de producción socializado. Aquí no hay monopolios. Y el Estado tampoco aparece en este escenario (al menos de manera directa o intervencionista).

Que todas las ideologías tengan problemas éticos no exculpa el capitalismo. Una de nuestras tareas como filósofos es examinar la relación que existe entre individuo y sociedad. Esta examinación debe ser constante y permanente. Y los resultados que arrojen dichas examinaciones tienen que ser compartidas. Es lo que intento hacer. Por eso cuando se hace una crítica ética al capitalismo no se está ipso facto endosando el socialismo o una economía estatizada. Lo único que se está haciendo es hacer evidente aquello que puede estar oculto para así ampliar los horizontes éticos e intelectuales de la gente.

En este caso, la contradicción entre derechos y privilegios está hoy día alcanzando niveles casi insostenibles. Puede que otros sistemas también presenten esta disyuntiva, pero lo que hoy nos ocupa es este sistema capitalista global, del S. 21 ya que este es el sistema (y no otro) el que hoy tiene a la gente en la calle protestando. Entonces este es el sistema que hoy tenemos que criticar para saber porqué la gente está protestando. La tesis que yo he presentado es que cuando un sistema proclama la existencia de derechos humanos inalienables e universales y acto seguido condiciona el acceso a dichos derechos a la posesión de un privilegio (el dinero), entonces en la práctica está negando dichos derechos.

Saludos,

09 de noviembre

Estimado Ignacio

Según lo que dices en cuanto al modo de producción socializado, no deberías asimilar Capitalismo con mercado, como creo lo has hecho.

Por otro lado, me gustaría definieras bien tu posición con respecto a la propiedad, puesto que en tu ejemplo de la comunidad no está explícito. Porque tal como dices social no equivale a estatal y tampoco a comunitario.

Veo atisbos de un planteamiento mutualista, casi “proudhoniano” con el que podría estar de acuerdo. Pero es ambiguo.

Por otra parte, nadie busca exculpar al Capitalismo, lo que pido es claridad en los conceptos, como para establecer juicios de valor.

Porque al hablar de Capitalismo, inmediatamente debes hablar de Estado, y abordar también ese análisis.

Por ejemplo, creo que al hablar de la ética del Capitalismo, deberíamos partir por establecer cuáles son las premisas principales que se le atribuyen, cuáles son las correctas y cuáles no. Porque lo cierto es que hay mucha falta de análisis y confusión.

Me parece que cuando dices: “lo que hoy nos ocupa es este sistema” evades el tema central de la ética en el fondo. Porque la ética es universal, no depende del contexto. De lo contrario, en algunos casos sería factible pasar a llevar derechos en base al contexto. Y esa, es la falla de prácticamente todas las ideologías y sistemas.

La tarea es ver qué instituciones son menos contradictorias en ese sentido.

Saludos

09 de noviembre

Estimado Jorge,

De hecho nunca asimilé Capitalismo con mercado. Cuando me pediste una definición de capitalismo, afirmé que no iba dar una definición completa pero que ofrecía dos condiciones necesarias pero no suficientes (ojo cuando afirmo que no son suficientes). Estas son: los modos de producción están en manos privadas y el trabajador debe vender su mano de obra a ese privado a cambio de una remuneración. Dejar sentada y clarificada una definición satisfactoria del capitalismo en estas líneas es un acto de hibris.

Cuando digo que “este es el sistema que hoy nos ocupa”, no estoy para nada evadiendo el tema central. Lo que hago es constatar un hecho. El hecho que vivimos en un sistema. Y el hecho es que las protestas globales, las inquietudes, las aspiraciones y las demandas de la gente surgen todas a partir de las condiciones materiales específicas que posibilitan el surgimiento de dichas demandas. Es decir, hay un contexto, un trasfondo ineludible. Entonces aunque tú me pidas que sea explícito y certero en mi definición y uso del concepto “este sistema” (o del concepto “capitalista”), no hay necesidad de que lo sea. Para el argumento en cuestión, basta que diga lo siguiente: existe un sistema “A”. Nuestro sistema es ese “A”. La gente que vive en el sistema “A” está protestando en masa. Conclusión: hay algo en el sistema “A” que hace posible la posibilidad de la protesta. ¿Qué es ese algo?

Deben haber muchas respuestas posibles. La mìa es sòlo una de ellas.

Saludos,

09 de noviembre

Estimado Jorge,

Quiero agregar a lo que acabo de postear abajo:

Cuestiono tu aseveración de que la ética es universal. Eso no es para nada evidente. Tampoco los derechos son a priori universales. Pero ojo, al decir esto no estoy argumentando a favor del relativismo tampoco. Digo esto porque percibo una tendencia en tus argumentos a plantear los temas en términos disyuntivos. Si no es A, debe ser B. Pero no tiene porqué ser así. Entonces lo único que yo estoy diciendo es que los horizontes éticos dependen del contexto histórico y social (lo que se conoce como el imaginario social). Lo que hoy es claramente un derecho humano, sesenta años atrás no lo era. Y lo que hoy no aparece como un derecho es probable que sí lo sea en cincuenta años mas. Pienso en el movimiento a favor de los derechos de los animales. Hoy no es una idea muy aceptada. Pero puede que para nuestros nietos sea “evidente” que los animales poseen derechos intrínsicos que deben gobernar nuestras relaciones con ellos. Nada de lo que acabo de decir niega que pueda existir algún principio ético o moral de carácter metafísico o universal.

Por eso, y para terminar, me gustaría dar un ejemplo concreto del argumento central de mi columna ya que creo que en gran medida es posible debatir sus méritos y defectos sin haber tenido que recurrir al debate en que estamos sumergido: Digamos que yo tengo un vaso de agua. Y tú tienes sed. Luego yo, iluminado por ideas liberales y de justicia, afirmo que tú tienes un derecho a tomar agua de ese vaso. Declaro a los cuatro vientos que ese es tu derecho humano. Luego, cuando tú vas a tomar ese vaso, te pido que me pagues mil pesos. Pero tú no tienes mil pesos. Apenas ganas mil pesos al mes y tienes otras obligaciones que cumplir con esos mil pesos. Entonces yo te respondo, “bueno, lo siento entonces pero no puedes tomarte ese vaso de agua si no pagas”. Acto seguido llega otra persona que sí puede gastar mil pesos y se toma el agua. La pregunta es, ¿y dónde quedó mi derecho entonces? ¿Era o no era un derecho? ¿O era un privilegio sólo para aquellos que podían pagar por esa agua? Pues entonces para resolver esta contradicción, tengo que hacer una de dos cosas: ofrecerte el vaso a cero costo o reconocer que en realidad tomarse ese vaso de agua no es tu derecho y tienes que pagar por él si lo quieres.

Saludos,

10 de noviembre

Estimado Ignacio

1) dices: “De hecho nunca asimilé Capitalismo con mercado”. Pero en tu artículo sí lo haces al decir: “Esta es la tensión conceptual que el neo-liberalismo no puede resolver. Al entregarle la educación y la salud al mercado”.

Pero la educación y la salud no están estructuradas como un libre mercado, sino como un mercantilismo. El Estado le asegura a ciertos prestadores una clientela cautiva. Obliga por ley a la escolarización y obliga por ley a cotizar en corporaciones prestadoras de salud. Eso no es libre mercado. Libre mercado es comprar cuando quieres, donde quieres, no que un poder coactivo te obligue a hacerlo.

Efectivamente, “El hecho que vivimos en un sistema. Y el hecho es que las protestas globales, las inquietudes, las aspiraciones y las demandas de la gente surgen todas a partir de las condiciones materiales específicas que posibilitan el surgimiento de dichas demandas”. Y entonces, no puedes obviar al Estado mismo, como forma de organización política, económica y social como parte del problema, y no como solución.

Para ser más preciso, el tema ya no es qué Estado, sino para qué el Estado. Y ahí es donde se hace necesario analizar el Capitalismo, no como lo que no es, es decir, como libre mercado, sino como lo que es realmente, un Estado interfiriendo el mercado a favor de algunos.

2) La ética es universal. Lo que varía lamentablemente es su aplicación. Sí la ética no es universal ¿Para qué calentarnos la cabeza con los derechos humanos o los derechos en general? Bastaría que quienes tienen poder digan, nuestra ética es tal y se joden.

Y esto no es una tendencia de mi parte a plantear términos disyuntivos, sino al contrario, a cuestionar que en el debate general todo se reduzca a términos disyuntivos.

De hecho, al decir que los horizontes éticos dependen del contexto histórico y social, uno podría preguntar ¿Por qué no pensar que este contexto histórico y social todavía no es tan avanzado para los horizontes éticos que presumes?

De hecho, si los horizontes éticos dependen del contexto histórico y social, no deberías juzgar mal a quienes ejercieron la esclavitud, o cristianizaron a punta de espada, pues su contexto no tenía como ética respetar la vida de todo individuo. Pero entonces, tampoco podríamos cuestionar a dictadores asesinos, etc. Es casi una cuestión utilitaria.

Sí consideramos la ética, como una cuestión universal, la cosa cambia.

3) En cuanto a tu ejemplo del agua –malo en cuanto a la educación- partes de supuestos a priori que no explicas:

Primero, y esto tiene relación con el origen de la propiedad en definitiva ¿De dónde sacaste el agua? ¿Cómo obtuviste el agua, por fuerza, fraude, libre intercambio? ¿No hay más agua que la del vaso? ¿Es el único vaso con agua? ¿Por qué tienes el monopolio del agua? ¿No hay otro con más agua y más vasos?

Sí no hay más agua que la de tu vaso ¿Fuiste el primero en sacarla de su lugar de origen? ¿Y por qué sacaste toda el agua? ¿La usaste para saciar tu sed solamente, o te apropiaste de más cantidad de la que necesitabas?

Segundo, y esto tiene relación con el poder coactivo otorgando privilegios ¿Quién te concedió la facultad de establecer derechos y cobros en cuanto a otros? ¿Quién te entregó la propiedad sobre el agua del río?

Clave, analizar cómo se produce la apropiación original. La cláusula lockeana. Si te apropiaste de más cantidad de agua de la que necesitas, eres un ladrón. Sí te adueñaste del agua por fuerza o fraude, eres un ladrón.

Sí al contrario, te esforzaste por obtener el agua, es tu propiedad y puedes regalarla, venderla o consumirla.

Tu propiedad sobre el agua hay que analizarla en cuanto a cómo se produjo. El error de muchos liberales utilitarios es dar por sentados los derechos de propiedad que el Estado concede.

Ahora, tomando en cuento todo lo anterior, tu ejemplo del agua no es asimilable con el de educación, si no respondes o estableces primero esos a priori. Una vez más vemos que quién otorga el privilegio no es el mercado.

Saludos

11 de noviembre

Estimado Jorge,

Cuando dije que no asimile el mercado al capitalismo, lo que decía es que mercado no es sinónimo de capitalismo. Por eso di el ejemplo de un modo de producción socializado (donde todos en la familia son dueños en partes iguales del capital) que luego vende sus bienes en el mercado.

Jorge, me queda claro que buscas elaborar una defensa del libre mercado. Esa preocupación, esa motivacion y esa inquietud condiciona como haz percibido mis argumentos. Por eso tiendes a ver toda esta discusión en términos de libre mercado o mercantilismo o estatismo. Ante eso, dos cosas. Uno, mi columna se refiere al mercado no para analizarlo ni debatir su verdadera naturaleza. Y, mas importante aun, no es necesario hacerlo para avanzar mi argumento (espero que esto quede claro un poco mas adelante). Dos, sé muy bien que no crees que el capitalismo moderno se basa sobre un autentico mercado libre. Lo que existe, tu nos dices, es mercantilismo, no mercado libre. Y ante esto lo único que tengo que decirte es que «puede ser que tengas razón». Yo eso no lo sé. Pero aunque fuera verdad lo que dices, eso no invalida mi tesis central (como espero que quede claro mas abajo). Lo ultimo que quiero aportar a este tema del «libre mercado» es que las quejas de los libertarios se asemejan mucho a las quejas de los socialistas. Esto es que los socialistas afirman que que nunca hemos visto un autentico socialismo en acción. Lo que hemos visto es una perversion de las ideas socialistas, Hemos visto estatismo y Estalinismo, pero eso, nos dicen, no es socialismo. Se me ocuure que los libertarios tienen un argumento muy parecido. Es decir lo que hemos visto es mercantilismo, pero no libre mercado. A socialistas y libertarios por igual solo puedo decir que es probable que ustedes tengan razón. Y sus inquietudes sin dudas merecen una detallada y justa examinacion. Pero esa discusión merece un debate aparte.

Me temo que tus preguntas acerca de mi ejemplo del agua no vienen al caso. Pero vamos paso a paso. Primero, sigue sin estar claro que la ética sea universal. Ojo que tampoco estoy afirmando que la ética sea relativa y que bastaría que el poder diga «A» para que «A» sea lo «correcto» (aquí se manifiesta la tendencia que veo en tus argumentos a reducir los probelmas a falsos dilemas). Para entender lo que quiero decir hay que apreciar bien el concepto del «imaginario social». Este imaginario (que surge a partir de nuestros horizontes) va evidentemente cambiando con el tiempo. Como los ejemplos que ya di, hay «derechos» que hoy damos por sentado que hace cien años a nadie se le hubieran ocurrido. Y hoy día hay algunos (como yo) que creemos que los animales debieran gozar de ciertos derechos básicos. Aunque esto es lo que yo creo, tengo claro que esta creencia no es para nada evidente ni universal. Hay que argumentar a favor de esta postura y aun así yo entiendo que los argumentos no van a bastar. Algo tiene que cambiar en el imaginario social para que la sola idea de «derechos para animales» surge como una posibilidad seria. Esto va mas allá de argumentos mas o argumentos menos. Esto se debe a que para muchos la posibilidad de otorgarles «derechos a los animales» ni siquiera es una posiblidad. Para muchos puede ser incluso un sin-sentido. Pero debido a que los horizontes cambian, las posiblidades de lo que es posible también cambia. Este es el punto clave y lo que hay que apreciar aquí: que las posibilidades de lo que es posible cambia.

El imaginario social del año 2011 nos permite juzgar, como dices tu, dictadores asesinos. Y nos permite prohibir la esclavitud. Es mas, no solo nos permite juzgar sino que nos obliga hacerlo. Ahora veamos el ejemplo del agua y la educacion. Tus preguntas acerca de la propiedad del agua, aunque son legitimas, no son pertinentes a este caso. Ya que los «derechos» y los principios éticos surgen a partir de un cierto imaginario social, esto significa que no depende de ti, de mi o de algún poder especifico el decidir que es o no es un derecho (el «poder», igual que tu y yo, necesita un contexto para hacer sus declaraciones y proclamar sus principios).

Entonces, para volver a mi argumento original, el imaginario social del año 2011 hace posible que la educacion, la salud y las pensiones sean vistas por la mayoría de la gente como derechos. Nosotros (ya que me incluyo) vemos que estos «bienes» se han convertido en derechos humanos básicos sin los cuales el acceso a una vida digna se hace imposible. Y como ya dije anteriormente la idea de vida «digna» también surge a partir de nuestros horizontes éticos por lo que la idea de vida «digna» tampoco esta dada a priori (como si fuera alguna Idea Platonica). Lo relevante ahora es que existen ciertos horizontes éticos (A) y existe un imaginario social (B) que hacen posible que la gente visualice ciertos derechos como derechos inalienables (C). Y el problema surge cuando existe un sistema económico (D) que no es capaz de validar dichos derechos.

A+B=C pero D (que gobierna nuestras relaciones económicas) niega C. Entonces tenemos un contradiccion. D y C no pueden ir juntos! Por eso tenemos estos movimientos sociales que se están dando en el mundo. Lo que queda como solución, entonces, es asegurar que sean efectivamente derechos (lo que hace el Estado de bienestar) o negar que estos bienes sean un derecho. Las dos posibilidades son posibles.

Si crees que la educacion no es derecho (y la salud tampoco) entonces hay que decirle abiertamente y se debatirán las ideas. Es lo que espero que hagan los neoliberales que están en el poder en Chile. Que digan si la educacion es o no es un derecho. La gran mayoría de la gente ya decidio que si es un derecho. Y argumentar contra los imagnarios sociales, aunque muchas veces deseable, es siempre una tarea a largo plazo y por tanto nunca hay que dar por «evidente» algun derecho y tampoco dar por «evidente» que algo no es un derecho.

Saludos,

11 de noviembre

Estimado Ignacio

1) el mercado en sentido estricto, es decir libre, implica propiedad privada, ser dueño de un modo de producción, de lo contrario no es libre y alguien te dice que hacer con tus bienes. La familia de tu ejemplo, es dueña de su modo de producción, por tanto, ejerce la propiedad privada.

Como podrás ver, mi defensa es del libre mercado basada en el principio de propiedad. Por eso cuestione la ambigüedad de tu idea de producción socializada sin referirte al carácter de la propiedad, que es esencial.

2) Efectivamente, las quejas de los libertarios se asemejan a la de los socialistas, la diferencia es que los primeros rechazan el monopolio de una agencia en cuanto a la producción, es decir, defienden la propiedad privada en cuanto derecho individual obtenido por el trabajo, mientras los segundos, sobre todo marxistas, plantea un nuevo monopolio estatal para derribar otro, donde la producción es centralizada y la distribución de bienes está a cargo de una agencia.

3) Comprendo tu idea del imaginario social, y concuerdo en que los valores, la moral y las convenciones en todo sentido cambian, y no son estáticas. Pero creo, la ética es otra cosa (podemos conversar de ello en otro momento).

Lo que no me queda claro es de qué depende que el imaginario social cambie. Es decir, de qué depende que los horizontes éticos cambien.

Y también ¿De qué depende que los derechos y los principios éticos surjan?

Y hay un punto donde dices “no depende de ti, de mi o de algún poder especifico el decidir que es o no es un derecho”…¿Y entonces, de qué depende?

Y si es así, porque se exige a un poder determinar o inventar derechos. Me parece que ahí hay una contradicción.

4) Por otro lado ¿Por qué planteas el imaginario social como una especie de totalidad, tomando en cuenta que hay personas que consideran que la educación no es un derecho, o no están de acuerdo del todo con todo lo propuesto? Y entonces ¿Por qué un imaginario social sería más legítimo que otro? ¿En base a qué se determina eso?

De hecho, perfectamente podría decirte que una vida digna –aún no definimos qué es- no depende de la educación (eso sin mencionar que aún no definimos qué entendemos por educación ¿Tener un título? ¿Saber pensar de manera independiente, disciplinada?)

Y entramos en otro problema, que existen, en cuanto a esos conceptos, al parecer, diversos imaginarios sociales. ¿Cuál es más válido?

5) Creo que reduces el asunto cuando dices: “existen ciertos horizontes éticos (A) y existe un imaginario social, que hacen posible que la gente visualice ciertos derechos como derechos inalienables (C). Y el problema surge cuando existe un sistema económico (D) que no es capaz de validar dichos derechos”.

Pero entonces, y aquí debes ser claro, y es lo que planteo como duda central ¿Qué sistema económico valida dichos derechos?

Porque no hay que olvidar que el que valida derechos es el Estado, no el sistema económico. El sistema económico se estructura en base a lo que establece el poder coactivo, la ley.

Y el problema es que D tampoco es una cuestión sencilla. Ya lo vemos al tratar de definir capitalismo o modos de producción de propiedad privada.
Y volvemos al principio de la discusión en cuanto al modo de producción socializado.

Pero ahora incluyes al Estado de Bienestar, que no obstante, también está en crisis, incluso a nivel educativo, es decir, supuestamente eliminando la contradicción. Entonces ¿En qué quedamos finalmente?

Reitero, según tú ¿Qué sistema económico valida dichos derechos?

Saludos

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