La «Ley de Resguardo del Orden Público», o la llamada «Ley Hinzpeter», que pretende imponer el Gobierno, es un “bozal” que intenta callar a una ciudadanía, amedrentar a los descontentos de Chile, a quienes no les parece que la “buena” educación sea sólo para la minoría de este país.
Reprimir el derecho a las manifestaciones es una medida bastante inequívoca respecto a la condición “edmocrática” de un país. Aprobar una ley de esas características solo demuestra el pésimo manejo político de un Gobierno (o una clase política) en crisis y con muy poca credibilidad en la ciudadanía. Es contradictorio pensar que, en un país donde existe, en teoría, la libre expresión, te detengan por manifestar tu postura frente a temas de relevancia nacional. Extraño y contradictorio. O sea, te dejan gritar, pero te detienen por ello.
Para el Ministro Hinzpeter y compañía, una toma express es un delito. Los paros o tomas de colegios y universidades también son delito. Las marchas no autorizadas y cortes de calles, son delitos. Los convocantes y organizadores de estos “actos vandálicos” son delincuentes. O sea, ya nada se puede hacer sin el miedo a ser detenido como un delincuente. Pero si luchar por nuestros derechos, por nuestra calidad de vida, por un cambio social y por una patria más justa es delito, entonces, todos o una “inmensa mayoría” del país, somos delincuentes.
La «Ley de Resguardo del Orden Público», o la llamada «Ley Hinzpeter», que pretende imponer el Gobierno, es un “bozal” que intenta callar a una ciudadanía, amedrentar a los descontentos de Chile, a quienes no les parece que la “buena” educación sea sólo para la minoría de este país. La ley busca tapar la boca a esos indignados que ven día a día en la TV como el país crece en un equis por ciento desde hace años, pero ellos siguen ganando un sueldo mínimo que está muy lejos de la ética. Eso mientras los dueños de sus empresas continúan engrosando sus cuentas corrientes.
Criminalizar nuestro derecho a manifestarnos está muy lejos de lo que uno espera de un Gobierno. Coartar un derecho que la gente se ganó el 88, con un lápiz y una raya, no hace más que agrandar el problema. Y si sumamos a esto el actuar de las Fuerzas Especiales de Carabineros de Chile, es inconcebible. ¿Y por qué digo esto? Porque ya son varias las denuncias por maltrato a los detenidos (incluyendo casos de abusos sexuales), apremios físicos, detenciones totalmente injustificadas a periodistas, fotógrafos o transeúntes… un abuso de poder, más allá de lo admisible un país con una “supuesta” democracia.
Está pasando en la Araucanía hace muchos años. Pasó en Aysén y también en Freirina. No dejemos que sigan intentando reprimir nuestras voces que claman igualdad de oportunidades. Sabemos que la violencia trae más violencia y por eso, la ley Hinzpeter no es la solución. El pueblo despertó, y será difícil acallarlo. Y esta ley no cambiará eso: por el contrario apagará el fuego con bencina.
Esperamos que esta ley, criticada por muchas organizaciones sociales y de derechos humanos, tanto de Chile como el mundo, no sea aprobada por nuestros honorables del Parlamento y así predomine la cordura social, en un país donde la clase política está bastante alejada de los “problemas reales de la gente”.
Y como leí en algún muro, de alguna ciudad de Chile, hoy se hace más patente que nunca la frase: «Podrán reprimirnos, pero jamás dejaremos la lucha»
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Foto: J.P. Catepillan
Comentarios
29 de agosto
¿Democracia Reprimida?…
¿A qué «democracia» te refieres?…
¿A la de la dictadura de los partidos de la mafia política y económica?…
Yo aprendí así:
Si los zorros se ponen más listos, entonces, las liebres deben correr más rápido y/o gambetear mejor…
Pur lu tunto … «Tal vez» y sólo tal vez el método de lucha es inadecuado, porque, dime, ¿a quién encerrarían en la cárcel si el país se detuviera por un minuto un día, a determinada hora, luego por dos a la misma, luego 5, 10, 30, 1 hora, una mañana, un día entero, indefinidamente, si acaso una demanda específica de la ciudadanía no fuera cumplida?…
El método que se emplea, fija cuántas veces te mojará el guanaco, cuánto gastarás en pancartas, cuánto tiempo perderás en una lucha infructuosa, cuánto demorarás en salir de la cárcel y cosas similares como .. el tiempo del trabajo, el costo, la materia prima empleada, el número y calificación del personal, las instalaciones y el lugar de ellas, los retrasos, la eficiencia, etcétera, etcétera, etcétera…
El método es el que define los resultados… Pero, no creo que sirva de algo que lo sepas, porque sólo eres una persona insignificante en política, tal como la mayoría de la población y se entiende que la mafia política y económica de la dictadura de los partidos no tiene intenciones de dialogar o tranzar con sus esclavos… Para ellos, para éstos últimos, le dejan la opción de rayar un voto, porque se creen el cuento de que rayando un voto cambiarán algo, pero, no saben que sólo validan la dictadura que se hace pasar por democracia…
Repite conmigo:
«El método es el que define los resultados»…
«El método es el que define los resultados»…
«El método es el que define los resultados»…
«El método es el que define los resultados»…
«El método es el que define los resultados»…
«El método es el que define los resultados»…
«El método es el que define los resultados»…
http://www.camaraciudadana.cl
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