Pepe Mujica lo dijo con mucha fuerza: «La izquierda debe olvidarse del todo o nada, porque generalmente terminaba en nada». Tenía razón.
A la luz de los resultados en la segunda vuelta presidencial, los esfuerzos deben ser ahora en reorganizarse, hacer control de daños y levantar la mirada con unidad. Y lo que señalo, seguramente no es nada nuevo a los análisis que ya se han hecho. Sin embargo, el análisis debe ir más allá. La batalla que viene, a mi juicio, no es política; es más bien cultural. Un 45% de los chilenos quieren algo diametralmente distinto a la mayoría que hoy es de un 55%. El Presidente Piñera tendrá una tarea ardua y exigente, gobernar con un minoría en el parlamento y con una representación real de no más de un 25% de los electores.
El desafío de reconstruir una alternativa para gobernar debe partir por diseñar lo que ocurrirá en dos años más. Las Municipales deben ser el objetivo político y profundamente cultural, en su esencia, para remecer lo que será la primera evaluación de la administración de Sebastián Piñera; con más exigencias ciudadanas, y con el tiempo pertinente para medir lo que ha avanzado o lo que ha retrocedido desde la despedida de la Presidenta Bachelet.Pepe Mujica lo dijo con mucha fuerza: «La izquierda debe olvidarse del todo o nada, porque generalmente terminaba en nada». Tenía razón.
La ciudadanía será tajante, no dejarán pasar incumplimientos, velarán porque los compromisos se cumplan. Hay mucha expectativa de lo que se hará, miles de empleo, crecimiento económico en alza, bajar la delincuencia, mantener la gratuidad en la educación; por nombrar sólo algunas de los anhelos que la gente pretende, asumo, defender.
La ofensiva política no tiene que centrarse en personas, sino en la influencia de las ideas progresistas, en cómo se gobernará desde lo local hasta la concentración del poder en Santiago. Tampoco se trata de “odiar al mundo conservador” como lo señaló Mujica en Chile. Entonces, “Para combatir el odio, hay que multiplicar la pasión y compromiso, pero jamás multiplicar el odio que nos separa entre compatriotas”. Y de eso se trata, de dialogar, construir colectivamente con ética política y con una mirada integrada. Lo concreto es que al día siguiente de las elecciones, siempre nos encontraremos con el vecino, familiar y amigo que piensa distinto, seguramente triunfador, pero al cual tenemos como tarea primordial, convencer con ideas y acciones específicas que el progresismo es mejor para el mundo.
Larga vida a Pepe Mujica.
Comentarios
26 de diciembre
De acuerdo con lo que dice Mujica: es bien profundo! Una pregunta: en lo concreto ¿cuáles son exactamente las ideas progresistas?
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