Desafortunadamente, en la izquierda existe una minoría delirante que aún sigue creyendo en las bondades del régimen imperante en Corea del Norte o en Cuba misma. En el caso de este último país, amparado en el boicot del imperialismo norteamericano, en las virtudes de su sistema de salud y educacional. Se resisten a reconocer que quienes allí viven, la están pasando muy mal y que los regímenes de partidos únicos, de concentración del poder político, tienen sus días contados, aún cuando esos días se transformen en años y décadas.
Así como existe una derecha atrasada, que siempre anda desfasada, a la vuelta de la rueda, en la izquierda también existe aquella que continúa defendiendo lo indefendible. En ambos casos, cuesta que les caiga la teja, y cuando les cae, suele ser a destiempo, por oportunismo antes que por convicciones.
Por suerte, en el caso de la izquierda, la mayoría ha asumido la caída de los socialismos reales en un proceso de autocrítica tardío y por ello más doloroso. Pero existe una minoría, que sigue pensando que parece seguir creyendo en dictaduras del proletariado, luchas de clases, que concibe a las religiones como el opio del pueblo, y que santifica la propiedad estatal de los medios de producción, de comunicación y de cuantos medios se les pongan por delante.
Esa minoría delirante aún sigue creyendo en las bondades del régimen imperante en Corea del Norte o en Cuba misma. En el caso de este último país, amparado en el boicot del imperialismo norteamericano, en las virtudes de su sistema de salud y educacional. Se resisten a reconocer que quienes allí viven, la están pasando muy mal y que los regímenes de partidos únicos, de concentración del poder político, tienen sus días contados, aún cuando esos días se transformen en años y décadas.
Resulta penoso constatar que a más de 50 años de la revolución cubana, no hayan podido resolver el tema de la sucesión, y que Fidel haya tenido que ser reemplazado por su hermano. Más penoso aún es constatar que después de haber sido el patio trasero de Estados Unidos hasta la llegada de Fidel, lo más probable, que el sacrificio de generaciones de cubanos haya sido en vano.
Una izquierda delirante que está dispuesta a sacrificar generaciones por un futuro, una quimera, en la que ya nadie cree. Resulta espeluznante ver cómo la caída del muro de Berlín y de la Unión Soviética mostró la podredumbre de un sistema regentado por un partido, el comunista, cuyos militantes terminaron haciendo lo mismo que hicieron los prohombres de Pinochet: comprar a precio de huevo empresas estatales quebradas por ellos mismos. Estos insignes prohombres, forman parte de ese 0,1% de la población que se escandaliza por una tibia reforma tributaria, así como en las repúblicas que conformaron la Unión Soviética reinan nuevos multimillonarios excomunistas. La corrupción en todo su esplendor.
Esta izquierda atrasada es la que en Venezuela sigue respaldando a un proceso bolivariano que está condenado por corrupción de sus propias FF.AA. Un destino predecible cuando tienen chipe libre, cuando concentran el grueso del poder, sea éste de carácter político o económico.
A esos sectores, harta falta les hace tener “open mind”, mente abierta, ser capaz de reconocer y asumir las debilidades propias, para actuar en consecuencia.
Por suerte esta izquierda atrasada es minoría dentro de la izquierda, a diferencia de la derecha atrasada, donde ella domina el escenario entre sus huestes.
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Foto: Wikimedia Commons
Comentarios
30 de abril
Difiero de tu columna, porque referirse de esa manera a los países es simplista y peligroso, te creo con corea del norte, que nadie realmente sabe mucho, pero con cuba, que es un país complejo, quizás es tu atraso, o el atraso de algunos, el referirse de esa manera a un país, a un pueblo, de manera tan sencilla, Quizás también los temas expresados por ti en esta columna, son solo una mera frase y no los argumentos en si que sustentan esas posturas, que sin duda, en algunos casos no son lo mismo que en los 60, o en la rusia sovietica de los años 30 40 y 50. La historia no es una maquinita calculable, es mucho mas que eso.
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30 de abril
Yo la izquierda que detesto es la que siempre te está llamando «de derecha», que invita (o mas bien obliga, porque no toleran el «apoliticismo») a participar, a opinar y tener «una posicion», y cuando la tienes te llama «de derecha», igual que esa izquierda comunista que vive en el barrio alto y usa jockey, o la izquierda que está por la no discriminación y es clasista, o la que defiende las minorías pero en privado se ríe de los maricones, en suma, izquierda de recién conversos que se dieron cuenta ayer que las injusticias existían, como si uno no lo supiera o no las hubiera visto, es una izquierda de slogan que no sabe hablar de nada, que asume que si no dices «no al lucro», «educacion gratuita», «nueva constitucion», en tus primeras dos frases, es que eres un facho de m…, te excluye y te tacha de neoliberal cuando ella mismo vive en un mundo de plata, de clasismo y de elite.
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30 de abril
¡Pero claro! ¿cómo no he sido lo suficientemente open mind? Esta columna a cambiado mi visión del mundo. Creo que lo único faltó que agregar es que Allende únicamente cayó por su incompetencia y no porque hubo mano imperalista gringa detrás…
Ahora hablando en serio, la corrupción no es una característica de los sistemas, así como tampoco la humanidad o la justicia. Todo eso son características humanas que son «llevadas a la práctica» mediante un sistema político/económico/social.
Pero no puedes obligar a tu vecino a bajar el volumen de su radio. Solamente lo puedes persuadir o sino ampararte en lo que pueda hacer la fuerza pública para ayudarte. Es eso lo que está en juego cuando se habla de política, leyes y sistemas sociales.
Me explico: la pura buena voluntad no basta para mantener cohesionada una sociedad, sino que se requiere la coersión de un colectivo mayor al que llamamos «Estado». Lo que buscan finalmente regímenes «de izquierda anticuada» es generar mayor cantidad de instancias de coersión para cuando tu vecino «no quiera bajar la radio»…
Ahora bien la cuestión no es tan teórica, sino que es práctica. Por ello la pregunta es ¿acaso cree que el socialismo a la chilena genera sufcientes instancias de protección del que es más debil económicamente del más fuerte? Permítame tener mis dudas.
Concluyo…
Revisando su actividad me doy cuenta que ud. no responde comentarios, así que usted de algún modo representa esa izquierda renovada que tanto defiende aquí; cerrada al diálogo abierto y solo dando espacio para hablar cuando se siente cómoda. Probablemente un bacheletista más de los habituales del Quinto Poder.
Y sí. Esto último es una provocación gratuita para ver si es que tiene algún argumento de peso y no mera opinología para ofrecer en la posteridad.
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02 de mayo
mientras sigan viviendo familias en pobreza, la lucha de clases seguirá, y no es quimera como dice este pasquin..
+3
03 de mayo
«Las fuerzas izquierdistas han minimizado ampliamente los daños al convencer al mundo de que la caída de Allende fue debida exclusivamente a fuerzas fascistas y externas, en vez de a los fallos de su propia gestión política». Así decía una declaración del Vaticano en octubre de 1973, con la expresa intención de negar que en Chile hubo un golpe de Estado dirigido por intereses económicos poderosos y por la intervención yanqui-chileno fascista.
La columna, que pretende un sentiudo crítico, es menos franca, porque no señala su propósito (situándose en un cómodo lugar «medio»), pero su intención (consciente o no) apunta en la misma dirección.
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03 de mayo
Después de veintitantos años de izquierdistas de la talla de Schilling, Lagos, Bachelet, y toda la manga de renovados, da nauseas leer una columna que reivindica la traición a procesos como el cubano. Con qué cara se presentan como modelo de izquierda los que han bailado al ritmo que les dejó Pinochet y han entregado el país a las grandes corporaciones y hasta han asesinado y torturado defendiendo el modelo. Caradura es poco, corruptos y traidores, nauseabundos ganapuestos, eso es lo que son.
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