Boric ganó con amplia mayoría y se convirtió en el Presidente electo con el mayor número de votos en la historia de Chile. A pesar de su contundente victoria, ahora deberá hablarle al 44% de chilenos que no votó y a quienes votaron por Kast.
El escenario para el Presidente Boric está complicado. No tiene mayoría en ninguna de las dos cámaras, arribaron al Congreso representantes de la ultraderecha y está surgiendo en el país un sentimiento anti inmigración y de inseguridad, variables muy favorables para la derecha.
La campaña de Boric generó altas expectativas y esperanza sobre todo en la clase media baja urbana, que es quizás es el sector más castigado por el sistema. Viven en condiciones de carencia e inseguridad como cualquier pobre sudamericano. A este segmento que comúnmente le llaman “el otro Chile”, no hay posibilidad de volver a postergarlo.El gobierno de Boric solo logrará amplio apoyo en la ciudadanía, si logra anular la campaña de terror de la derecha. Es por eso que en el mensaje deben ir implícitamente las respuestas a las objeciones y a los temores de la gente desde el inicio, antes que la derecha llegue a las personas con su tradicional campaña del terror.
El gobierno de Boric no tiene otro camino que dar curso a las reformas que prometió. Y ya conocemos la estrategia comunicacional de la derecha. No van a cambiar, la derecha levantará una campaña del terror mucho más agresiva, mucho más organizada y con apoyo ciudadano, aprovechando toda la base organizada que aportó la campaña de Kast a las causas de la derecha.
Cometer errores de comunicación al momento de anunciar y explicar las reformas solo hará que la derecha gane espacio y apoyo. Solo recordemos la desafortunada frase de Nicolás Eyzaguirre, que prometió “bajar de los patines” a los alumnos para generar condiciones de igualdad. Hasta el día de hoy la derecha reflota esa frase para afirmar una supuesta intención de la izquierda de nivelar hacia abajo.
La derecha que sufre de angustia por el futuro y nostalgia por la dictadura, no puede inmovilizar al país nuevamente, es necesario comunicar de manera adecuada para aumentar el apoyo ciudadano y lograr cambios reales que mejoren la vida de los chilenos.
El discurso de la campaña de Boric convenció a buena parte de Chile, pero también genero una oposición y un miedo en las personas que decidieron votar por Kast. La forma de comunicar entonces debe contener implícitamente las respuestas a los miedos y objeciones que siembra la derecha.
Por ejemplo, al proponer implementar un sistema solidario en Salud, ya sabemos lo que dirá la derecha; “la izquierda es solidaria con plata ajena”, “se terminarán las clínicas privadas”, etc. Entonces decir que “los que tienen más aportarán a los que tienen menos”, es alimentar el miedo y la oposición a la reforma. Sería mejor decir que “los sanos aportarán a los enfermos”, o que “en los periodos de mejor salud de las personas aportarán a las que estén pasando periodos enfermedad”, suena mejor, porque al comunicarlo de esta forma se genera la conciencia de que esto no se trata de clase social y cualquier chileno podría necesitar en algún periodo de su vida de la solidaridad.
Las vocerías de La Moneda marcan el ambiente previo, guían el debate y generan reacciones no solo en los políticos, sino también en la ciudadanía. Sería conveniente suavizar ciertos términos como “cambiar el modelo neoliberal” a “mejorar el sistema” o “capitalismo mejorado”, así se anula esa sensación de incertidumbre y el miedo.
Otra de las máximas del discurso de la derecha es asociar la protección social a beneficiarios perezosos y la riqueza al emprendimiento y el trabajo duro, por tanto, no sería justo redistribuir la riqueza. Esto está muy internalizado en la población porque la aspiración es seguir el camino de las excepciones que en este sistema logran riqueza en base a trabajo y esfuerzo. Entonces se hace necesario invertir ese discurso. Hablar de protección social para los trabajadores y sus familias que se esfuerzan, pero tienen sueldos por debajo del costo de la vida, debe ser el padre nuestro de La Moneda. Todo trabajador pobre inicia con un bajo sueldo, pero a medida que adquiere experiencia y expertiz accede a mejores contratos, eso puede tomar años, por tanto, en las etapas iniciales de su vida laboral, lo más probable es que no tenga acceso a la vivienda, a una buena educación para sus hijos, etc. Entonces decir que el Estado garantizará bienestar a los trabajadores y sus familias, hasta que se consoliden, no solo genera más empatía, sino que le recuerda a la clase media el camino que tomaron para llegar donde están.
Este nuevo gobierno no debe esperar ayuda de la derecha, debe buscar apoyo en la ciudadanía, porque es la única forma en que la oposición quiera participar de las reformas. El gobierno de Boric solo logrará amplio apoyo en la ciudadanía, si logra anular la campaña de terror de la derecha. Es por eso que en el mensaje deben ir implícitamente las respuestas a las objeciones y a los temores de la gente desde el inicio, antes que la derecha llegue a las personas con su tradicional campaña del terror. Eso dará los insumos necesarios para que la propia ciudadanía defienda los cambios en sus círculos.
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