Mientras la derecha apañó una nueva forma de presentarse, reinventarse, refundarse y refundirse con lo nuevo, los “desalojados” no dan pie con bola o, mejor expresado, no dan bola con el pie, ni las manos, ni mucho menos con las agotadas neuronas.
Lo más cacareado, que bien pudiera ser lo más cacagado de este último tiempo, ha sido escuchar las interminables letanías y monólogos sobre quién tiene el derecho y quien no de pertenecer a esta gloriosa alianza de partidos por la mitad, porque, de política, de ideología, de cambios profundos a la economía, la sociedad, la educación, NADA.
A duras penas y dando pena, tiran petardos de ruido dudosamente sonoro contra las iniciativas del gobierno, que, dicho sea de paso, se los está llevando por delante a todo mecate y eso sería todo. Tiene más color y apasionamiento la pelea entre Harold Mayne-Nichols y Segovia que los conatos de guerra entre la oposición y la Alianza regente.
Lo más simpático y mentirosillo que se les ha escuchado decir ha sido que todos sus líos de progresistas alelados se les pasarán apenas se reencuentren con la “épica” de la concertación original. LA EPICA, sí, en mayúscula, que supuestamente andaría perdida en los anales de la desaparecida historia.
Lo bizarro de todo esto es que según la RAE, la definición es la siguiente
Epica : Perteneciente o relativo a la epopeya o a la poesía heroica.
Epopeya : Poema narrativo extenso, de elevado estilo, acción grande y pública, personajes heroicos o de suma importancia, y en el cual interviene lo sobrenatural
En resumen: una épica, no es más que una manera poéticamente fastuosa y maravillosa de relatar un hecho que a lo mejor era de trascendencia limitada, hasta que lo escribieron y reinventaron como majestuoso y digno de ser imitado.
Y ahí es que comienzan a calzar los dramas de la concertación, ya que en vez de preocuparse de la política y del país real, se dedicaron a escribir épicas a la chilensis, que hoy se le transformaron en réplicas.
Obviamente que de una Concertacionada Mentiración no pueden salir más que cositas en “la medida de lo posible” y discursos de un progresismo negociado, cuyo gran y nunca declarado objetivo hasta el día de hoy, fue mantener los pilares básicos de nuestro país:
- Binominal, cueste lo que le cueste ( al bolsillo de los contribuyentes)
- Sistema de cada vez más libre y concentrado mercado ( un largo y angosto embudo económico)
- Educación, salud, previsión y similares bien segmentadas, haciéndonos parecer cada vez más a las castas de la India
- Destrucción de cualquier medio de información que no fuera afín al otro supuesto lado.
Si hoy por Chile ronda el fantasma de la Nueva Derecha, por el lado de la oposición rondan los fantasmas de la desesperación y la falta irremediable e inmedible de ideas, que, en ningún caso, son mejores que el otro fantasma, pero, como reza el viejo dicho: mal de muchos, consuelo de desconcertacionados
* Columna publicada también en www.elpilin.cl
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Foto: Arcoiris – Chertsey Endlos / Licencia CC
Comentarios
02 de diciembre
Buen artículo, bien escrito. No comparto la visión estraordinariamente negativa de lo obrado por la Concertación. Creo que fue un período de muchas luces (Chile es un país muy distinto al de hace 20 años, las Reformas realizadas principalmente bajo el Gobierno del Pdte Lagos serán claves para entender los próximos 20 años), y también hubo muchas sombras (horrorosa distribución del ingreso, concentración de los medios, desmovilización de los grupos sociales, acabronamiento de unos pocos y falta de renovación, falta de voluntad para cambiar el sistema bominal etc.).
Sin embargo, compro el tema de fondo, la dificultad de levantar cabeza (¿será la concertación la fuerza progresista del futuro?), de reinventarse a la luz de una sociedad que ha cambiado, producto evidentemente de los cambios globales, pero también de los propios éxitos y fracasos de la gestión de la Concertación.
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03 de diciembre
Hola Mascarón de Proa.
Agradezco tu comentario y creo que es positivo que no compartas esta opinión, porque si todos estuvieramos de acuerdo no tendría sentido el mundo, En cuanto a los cambios: obviamente que Chile es otro en estos 20 años, pero el resto del mundo también lo es y , compartiendo contigo, parte de esos cambios, efectivamente se deben a la Concertación. Pero el tema de fondo de mi escrito no es ese, no es lo que hicieron, es la tremenda cantidad de sueños que alimentaron y no cumplieron , algunos de ellos porque no pudieron, otros porque no se pusieron pantalones largos y otros ,porque simplemente no quisieron y lo impresionante que resulta verlos hoy en discusiones banales sin rumbo claro.
Honestamente me gustaría ver una oposición sólida, fuerte y clara, pero clara en posturas ideológicas, políticas y valóricas y no clara para volver al poder por el poder.
Mi sensación es que tanto compromiso, tanta «transición», tanta componenda interna para no dividirse, los llevó a ser lo que son hoy en día, una oposición perdida y sin ofrecimientos de cambios reales a las tremendas desigualdades socio-económicas y las horrorosas transacciones valóricas de grupúsculos fácticos que impiden la libertad individual (no individualismo) de las personas de nuestro país
Un saludo desde el Mástil a Proa ( Que ojalá algún día se presente con su apodo real)