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La Concertación: política económica y desigualdad social

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Los gobiernos de la Concertación procuraron orientarse por la estrategia del “crecimiento con equidad” y de este modo diferenciarse del modelo económico del gobierno militar. Nadie podría negar que sus cuatro gobiernos tuvieron un manejo económico responsable y de mayor sensibilidad social. Sin embargo, dicha estrategia no logró transformar las estructuras básicas del modelo neoliberal.

La economía chilena, aún hoy, sigue sustentándose en los grandes conglomerados, nacionales y extranjeros: en su capacidad de inversión, en su incorporación de tecnología y en sus métodos de gestión, con un papel muy secundario de las medianas, pequeñas y microempresas. El estatus del Estado en la economía no ha experimentado cambio: su rol sigue siendo subsidiario. El desarrollo está basado en la explotación por parte de las grandes empresas de las riquezas naturales. Los servicios, el comercio y la banca tienden a la concentración en conglomerados, monopolios u oligopolios, que obtienen elevados márgenes de ganancia. Es así, por ejemplo, como el crecimiento del país durante los años 2006 y 2007 fue mediocre, pero las ganancias de las grandes empresas, de la banca y la bolsa fueron sobresalientes. La economía estatal fue y sigue siendo francamente minoritaria. El Estado concentró sus esfuerzos en la regulación con escaso éxito. Los nuevos temas (medio ambiente, competencia, nuevas tecnologías, desarrollo sustentable, estrategia de desarrollo industrial) no se instalaron claramente en la realidad nacional. Un hecho curioso confirma lo anterior: hubo habilidosos dirigentes concertacionistas que hicieron de su crítica al modelo y de la necesaria corrección su “caballito de batalla” personal, para afianzar su liderazgo tanto al interior de sus partidos como entre sus electores. En suma, a pesar de que la Concertación realizó notables esfuerzos para dar protección a los sectores de mayor pobreza en lo esencial el actual modelo económico es más parecido al del gobierno militar que a cualquier otro.

Las privatizaciones de las grandes empresas del Estado, realizadas por la dictadura, que enriquecieron a algunos de sus más connotados personeros, no se investigaron. ¿Bajo qué condiciones se realizaron y cuál es la evaluación de ellas? Han quedado bajo un manto denso de olvido y misterio. Muy pronto algunos de esos privilegiados vendieron empresas creadas y consolidadas por el Estado al capital extranjero.

Al paso del tiempo se establecieron sólidos vínculos entre algunos personeros de la elite política y el gran capital. Es natural y explicable que en una economía basada en la inversión de las grandes empresas, los gobernantes tiendan a mantener cordiales relaciones con el gran empresariado. Pero ello puede distorsionar la política del Estado en temas tales como impuestos, redistribución del ingreso, políticas de precios, de competencia y del trabajo. ¿Cuál es la fuerza del entramado social, económico y político que tiende a establecerse entre la elite política y el gran capital en períodos históricos de potente acumulación de capital y nula redistribución del ingreso? En los últimos años se ha asistido a una constante cooptación por parte del gran capital de importantes personalidades políticas de la Concertación. Grandes empresarios declaraban en la época que a ellos les estaba yendo bien con la Concertación lo que, de por sí, no estaría mal si los medianos y pequeños hubiesen dicho lo mismo. Nota curiosa: algunos connotados antiguos revolucionarios se han convertido en asesores de grandes empresas.

El sistema tributario recolecta impuestos principalmente a través de impuestos indirectos, como el IVA, que paga toda la población. Las empresas y las grandes fortunas familiares tienen variados mecanismos de evasión y de elusión de impuestos tanto de los directos como de los indirectos. Proporcionalmente, son las clases bajas y medias las que pagan más impuestos en Chile. La Concertación no tuvo la fuerza (¿tampoco la decisión?) para variar substancialmente esta situación.

La estrategia del “crecimiento con equidad” no logró disminuir las desigualdades entre pobres y ricos. Por el contrario, ellas aumentaron, a pesar de las políticas sociales. En este sentido el mercado le ha ganado al Estado. Se obtuvo éxito en batallas contra la pobreza, aunque no todos los prometidos. Por ejemplo, el Presidente Frei prometió al inicio de su mandato eliminar la extrema pobreza, o indigencia, y al término del mismo se contabilizaba un mayor número de extremadamente pobres que seis años atrás, cuando inició su gobierno. Doce años más tarde, el 21 de mayo de 2006, la Presidenta Bachelet prometió que para el 2010 habría “indigencia cero”. Es evidente que ello no aconteció. El gobierno de Sebastián Piñera ha prometido lo mismo.

También aumentaron las diferencias salariales que ocurren entre los distintos sectores económicos y al interior de ellos. Véanse las disparidades existentes entre y dentro de la minería, el comercio, la construcción, la agricultura, el servicio público. Y de modo transversal las diferencias entre el empleo formal y el precario; entre trabajadores directos y subcontratados. Al interior de las empresas la brecha entre los altos ejecutivos y el resto se ensanchó. Respecto de la situación de los trabajadores, de sus condiciones de trabajo y de vida, los gobiernos democráticos hicieron grandes esfuerzos, en especial respecto de la legislación correspondiente. Sin embargo, como saben los expertos, es difícil señalar cuánto impacto tiene la ley en el mundo real. En Chile se ha confiado demasiado en la legislación en perjuicio de la realidad. En el orden laboral el problema no es la falta de leyes; es el escaso cumplimiento de la ley existente.

Al evaluar las políticas sociales es necesario averiguar por qué, a pesar de ellas, la distribución del ingreso es tan regresiva ahora como en 1990. La Concertación gobernó en un periodo en que el capitalismo chileno experimentó una importante acumulación de capital. El PIB total en 1990 fue de US$ 32.982 millones y en 2010 de US$ 203.049 millones, según el FMI. Ello fue facilitado por la estabilidad política general y la económica en particular. Esa acumulación le ha permitido realizar fuertes inversiones en el país y en el exterior. Entre 1990 y diciembre de 2010, la inversión directa en el exterior alcanzó a los US$ 56.789 millones. Acumulación e inversiones han tenido un gran usufructo de un fuerza de trabajo disciplinada, endeudada (en tanto consumidores) y, frecuentemente, angustiada.

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Foto: HikingArtist Licencia CC

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abechtold

abechtold

Hay temas que no se interpretan bien, por lo que obviamente se pueden ver mal.
Si en una sociedad el motor económico es la empresa privada, ¿Qué debe hacer el Estado? ¿apalearlas, destruirlas, castigarlas? No entienden que estas son las vacas lecheras de un Estado asistencialista.
Luego, un detalle mas importante: los impuestos, TAN necesarios para que el Estado funcione…¿de donde se obtienen? De dos lados:
1) De la cantidad de transacciones y sus montos: a través del IVA
2) De las utilidades de las empresas, con impuestos.
Por lo tanto, si el Estado necesita mas plata….¿que le conviene que suceda?:
1) Que hayan muchas transacciones…es decir que haya mucho consumo…es decir, el fundamento del “Neoliberalismo”
2) Que las empresas tengan muchas utilidades, para pegarles la mascada

Entonces, es OBVIO que a la Concertación y a cualquier otro gobernante LE CONVIENE que las empresas ganen plata y que la gente gaste.
Pareciera que a muchos próceres del izquierdismo acérrimo les cuesta entender esta ecuación……Contra mas plata necesite el Estado, MAS REQUIERE AUMENTAR EL CONSUMO Y LAS UTILIDADES.

La única forma que existe para que se genere la tan deseada igualdad, es nivelar a través de que el Estado sea dueño de todo; pero, en ese caso, el Estado es INCAPAZ de generar tantos puestos de trabajo útiles, pues al fundir las actuales empresas bajo una estatal, inevitablemente hay MILES de empleos repetidos. Entonces la opción es que el estado sea dueño de empresas que compitan entre ellas…y ¿Cuál es el interés de un dueño por que sus empresas compitan entre ellas? Por lo tanto, queda claro que, bajo el modelo MUNDIAL imperante, es IMPOSIBLE hacer algo mas eficiente. Lo único que se puede hacer es aumentar impuestos, pero las empresas tienen un límite aceptable de impuestos…luego de eso ya no conviene funcionar (obviamente, si inviertes 100, ganas 10, y el Estado se llevara 8, no es muy estimulante para el que hace el esfuerzo); entonces solo queda llegar al equilibrio de impuestos en que estos sean lo mas grandes que puedan SIN afectar la actividad.

Por lo tanto, si se quiere algo distinto, por favor genere todo un sistema económico MUNDIAL que entre a reemplazar al actual; que sea mas justo, viable y manejable. El resto, son puras quejas sin fondo.

    manuel-barrera

    manuel-barrera

    Agradezco su comentario Sr.Bechtold.

    Me interesó señalar lo que fue, no lo que me agradaría que hubiese sido.Lo más relevante es que en el periodo se produjo una gran acumulación de capital, con aciertos y desaciertos del empresariado; y los sacrificios de la fuerza de trabajo y de la población consumidora. Eso ya es historia.
    Me interesa señalar que al parecer llegó la hora de una mejor distribución del ingreso y, en general, la hora de disminuir las desigualdades extremas que nos hacen famosos en el mundo. Es el momento de ello si queremos tener un desarrollo ulterior en paz y democracia. Sobre el pie forzado de la globalización hay que decir que muchos países se beneficiaron, y lo siguen haciendo, de mayores grados de libertad respecto de él.
    La alternativa empresa privada o Estado es demasiado extrema. No es ni teórica ni empíricamente aceptable en el mundo de hoy.
    Más explicaciones en el texto no es posible por los límites de extensión.

    abechtold

    abechtold

    Estimado Manuel

    El punto detrás de esto es que existen dos mundos: el real y otro que es imaginario. El real es el que expliqué, con mas o menos varianzas. El imaginario es el que prometen los políticos y el que compran los electores cuando votan por ellos.
    El slogan de «Crecer con igualdad» de Lagos era la venta, el mundo imaginario, en el que, de un modo mágico, las cosas se iban a enrielar por un carril en el que la gente iba a llenarse sus bolsillos casi sin trabajar; que es, por lo demás, un o de los pilares de las filosofías de izquierda: que, por existir, tienes derecho a comer, casa, educación, salud, y algunos bienes materiales. O sea, no necesitas mover un dedo para eso. Bueno, ese es el slogan. Y VENDE una barbaridad, porque es un sueño dormido de caso todo el mundo.

    Pero la realidad es otra, por ello es que, en artículos como este que escribes, se muestra la decepción por el accionar de la Concertación. En mi perspectiva, SI , evidentemente hay una traición gruesa a las promesas, recordando que las promesas son FICCION, como dije antes. Pero fue muy exitosa en el mundo real, en donde se necesitaba llenar las arcas fiscales para entregar subsidios, crear la famosa red asistencialista, los AUGE, etc,etc. O sea, operando sobre un sistema REAL, actuaron relativamente bien.

    El problema finalmente es el slogan v/s realidad. En eso está atrapada, pues NUNCA tuvo un modelo de sociedad, funcional, alternativo al profundizado por Pinochet&Cia. Y la gente que votó por Aylwin, Frei, Lagos y Bachelet, SI pensaban que existía, que solo se estaba demorando un poco porque las perversas fuerzas de la derecha se oponían al soñado cambio de igualdad. No, la verdad es que lo único que tenían eran maquillajes, OJO, maquillajes buenos y reales, al sistema económico imperante.

    Por todo esto es que creo que son injustas las críticas a la Concertación, desde la perspectiva de sus logros. Pero son MUY justas desde la perspectiva de sus promesas.
    Saludos

    abechtold

    abechtold

    Estimado, y como comentario a como se puede acortar las brechas de ingreso. Los impuestos, muy populares, NO son la solución en si, pero ayudan a financiar programas sociales, y evidentemente recortan dinero de las utilidades, evitando que vayan directamente al bolsillo de los dueños; pero, como argumenté antes, la empresa buscará una rentabilidad sobre el capital, de otra forma no seguirá. Entonces aumentar el impuesto hará que se suban los precios para obtener la misma rentabilidad.
    La solución va, en mi perspectiva, por dos lados:
    1) Evitar que las empresas capitalicen. Eliminar el FUT; hacer que se financien con un GRAN porcentaje de deuda. De esa forma, las utilidades sobre patrimonio serán grandes, no necesitando ganar tanta plata para satisfacer la rentabilidad sobre el capital.Y estarían obligadas a repartir las utilidades, con lo que los dueños tendrían que tributar de inmediato.
    2) Por lo anterior, intervenir seriamente a la banca, para que financie en forma barata, general, y a todos. Y las utilidades de ella, que tengan un impuesto progresivo super fuerte. El Estado se llenaría de plata con eso.
    3) Educar fuertemente la cultura de la responsabilidad y del trabajo bien hecho. Algo que queda afuera de todos los slogans de educación gratuita y demases; las empresas tienden a pagar lo menos posible porque enfrentan la realidad de que también reciben el menor esfuerzo posible; en los aplaudidos países escandinavos donde los impuestos son altos y la educación es gratis y buena, la gente tiene una cultura de trabajo y responsabilidad brutal. Como ejemplo, aunque el postnatal es super largo, las mujeres no se embarazan 5 veces seguidas. En Chile, por lo general, cuando aparece alguna ley de este tipo, buscamos aprovecharla y sacarle el jugo. Eso es algo que se tiene que aprender como sociedad, sino TODOS los programas sociales fracasan.
    4) Constatando que se produce una acumulación de capital, con impuestos pagados y todo lo demás, por parte de los estratos superiores, generar iniciativas y programas que los invite a canalizar esos recursos hacia otros fines que no sea guardar o tener propiedades. Esto puede ser crear fundaciones, Colegios que tengan su nombre, etc,etc. Es decir, apelando a Maslow, que el Estado les venda trascendencia.

    Saludos

manuel-barrera

manuel-barrera

Estimado Arturo:
Insisto la tesis que me interesa asentar es que en los últimos 25 años se ha producido en Chile un notable aumento de la riqueza. Y que es hora de consolidar la estructura social del país para un futuro de desarrollo con cohesión, democracia y paz. Es decir, menos delincuencia, menos encapuchados, menos pobreza, menos endeudados permanentes.
Esta tesis la acaba de comprobar el estudio anual del Crédit Suisse que sostiene que desde el 2010 ha habido un aumento del 18,4% de la riqueza mundial y que Chile está entre los 4 países emergentes donde más ha aumentado la riqueza de los super ricos.
Cito: «Par rapport à l’année dernière, date de la publication du premier rapport annuel du Crédit Suisse sur ce sujet, la richesse mondiale a augmenté de 18,4 %, grâce à la fortune grandissante en Afrique du Sud, en Inde, en Australie, au Chili et à Singapour.» Le Monde; 21 de oct. 2011.