La política es dinámica, de eso qué duda cabe, y una prueba más de ello es la aventura en la que se encuentra hoy el partido Demócrata Cristiano tratando de instalar una candidatura presidencial que en la encuestas parece no contar con el respaldo necesario, para a lo menos pensar en una segunda vuelta.
«La patriada de la DC, en su génesis, tiene los argumentos propios de un partido que hoy parece buscar una identidad que la defina con un eje programático propio donde los guiños al conservadurismo se contraponen a la mirada reformista de una Nueva Mayoría»
La búsqueda del votante de centro tuvo su mayor intento en la Unión de Centro Centro (UCC) partido fundado el 19 de junio de 1990 y que recogió adherentes en la disidencia de los partidos de derecha, especialmente en Renovación Nacional, elementos nacionalistas y otros sectores. En 1993 apoyó la candidatura presidencial independiente de Arturo Alessandri Besa y en 1999 respaldó la candidatura independiente a la presidencia de Arturo Frei Bolívar.
La patriada de la DC, en su génesis, tiene los argumentos propios de un partido que hoy parece buscar una identidad que la defina con un eje programático propio donde los guiños al conservadurismo se contraponen a la mirada reformista de una Nueva Mayoría, esa ex concertación que hoy ve al otrora partido eje con desconfianza. Pero ¿Cuál es el votante de centro? ¿Cómo piensa el votante de centro? Ambas preguntas, no existen en las encuestas, y levantar un discurso en torno a ellos parece ser una quimera que no tiene un receptor definido.
Al parecer el centro político que nos dibujan quiere reformas que no reformen mucho, quiere libertades que en cierta medida estén delimitadas, quiere igualdad pero con condiciones, quiere un estado robusto y protector con menos estado, quiere instituciones que no sean coercitivas pero que puedan reprimir cuando es necesario. En fin, la patriada de la DC -al parecer- pudiese tener sustento si hubiera sido en otra época, pero hoy la mirada convergente más allá de los parámetros y discursos políticos pierde terreno ante aquellos que definen hacia un extremo con más fuerza. Visto de esta manera lo de la Democracia Cristiana es una apuesta que amenaza con hacerla salir cuarta en una carrera Presidencial donde la niña bonita para una segunda vuelta parece ser el Frente Amplio.
Quizás, solo quizás, el discurso y la patriada DC, son extemporáneas, transformándose en una apuesta que el tiempo juzgará en plenitud, pero hoy al parecer por lo menos en el papel y en las encuestas el elector se motiva más por quienes se definen hacia uno u otro lado de centro político chilensis.
Comentarios
14 de junio
Sabiamos que estamos en un ciclo polarizado y que la Goic no tenia posibilidad. La DC no tiene nada que hacer ahora, sólo seguir disminuyendose apegada a la izquierda porque el péndulo va para el otro lado.
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16 de junio
Que pobres el análisis y tan poco informado de la realidad del chileno medio.
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