Jaime Bellolio: ¿Un ingenuo o un gran estratega ?

Jaime Bellolio por estos días es el joven político favorito de la prensa, se pasea por todos los medios con un discurso repetitivo, lleno metáforas simples, en donde, por ejemplo, compara el rumbo de la UDI con un avión en caída libre que necesita levantar la nariz para evitar su destrucción. Niega ser un mesías, a pesar de que nadie lo acusa de ello, pero dice tener la fórmula para cambiar el rumbo del partido gremialista y posicionarlo como una alternativa viable para solucionar los problemas de los chilenos. Independientemente del hermoso discurso del mediático diputado, es legítimo preguntarse: ¿Cuáles son las verdaderas intenciones del político de derecha Jaime Bellolio?

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Las intenciones de Jaime Bellolio son genuinas, no obstante dejan al descubierto su ingenuidad dando paso a que los verdaderos poderosos lo eleven como el rostro del cambio, faciliten su ascenso, pero finalmente limiten sus movimientos.

Primero démonos el derecho a dudar. La UDI  frente a la ciudadanía ha quedado como el brazo político de una minoría conservadora, multimillonaria y muy poderosa, esa impresión se alimenta de casos como Corpesca o el “Artículo Contesse” en la Ley del Royalty Minero. Sí efectivamente el partido gremialista solo fuese una organización para proteger determinados intereses, la desaparición del partido disolvería la unión de este grupo de clientes acaudalados, obligándolos a redistribuirse en otros partidos políticos o levantar un nuevo referente.

El discurso de Bellolio promete dejar de defender intereses para pasar a defender ideales, sin embargo, ante la indefinición de propuestas concretas, es válido sospechar que solo busca maquillar la retórica para ampliar el apoyo ciudadano, conseguir más sillas en el Congreso y así mantener a sus clientes aglutinados con el objetivo de crear una base sólida de apoyo y financiamiento para aspiraciones  de poder más personales. Pero lo anterior, sería maquiavélico y ninguna persona que intenta hacer revolución en su medio, merece estar bajo sospecha, entonces nos queda creer firmemente en sus buenas intenciones, sin embargo es cuando, empiezan a aparecer las paradojas.

La primera paradoja tiene relación con el peso específico de cada militante. La idea de Jaime es lograr amplio apoyo mediante una elección de un militante un voto, al tener mayoría, sus ideas se imponen por defecto de la democracia. Sin embargo el mayor ejemplo de que un militante no vale lo mismo que un coronel, es que el partido es funcional a Novoa y no al revés, esto se demostró con el reglamento especial que diseño la UDI para evitar su expulsión.

Otra paradoja es el desligamiento de la dictadura militar. El principio es condenar todo tipo de totalitarismo independientemente de su origen ideológico. Esta es la mayor contradicción toda vez que muchos de sus militantes fueron altos funcionarios del Estado durante la dictadura. Pero lo que hace a la UDI y la dictadura militar indivisibles, es la imposición de sus principios bajo el amparo y la efectividad de las armas.

Por último Bellolio es una contradicción en sí mismo, al declararse “liberal clásico” y militar en un partido cuya base tiene un perfil de votante nacionalista, conservador, pinochetista y con poca tolerancia a la diversidad.

Las intenciones de Bellolio son genuinas, no obstante dejan al descubierto su ingenuidad dando paso a que los verdaderos poderosos lo eleven como el rostro del cambio, faciliten su ascenso, pero finalmente limiten sus movimientos. Espero estar profundamente equivocado, porque finalmente, es conveniente para todos, la evolución de la Derecha.