Génesis y Adán: las drogas y la (des)información

En el campo de las políticas de prevención y control del consumo y la provisión de drogas los problemas de desinformación han tenido un grave impacto en la población afectada, en infundir temor entre la población y en el mal uso de los recursos para luchar contra la delincuencia.

Morir  a  los 16

La muerte en días pasados de Adán y Génesis -dos nombres sugerente sobre los orígenes de la humanidad- de 15 y 16 años, a causa de una ingestión grupal de drogas con Sebastían  de 15 años y Nicole de 17 años, quienes sobrevivieron a esta, en la cual consumieron  morfina, clorfenamina, metrosol y pasta base de cocaína, en una plaza pública, estas muertes a no dudarlo son un gran llamado de atención a nuestras políticas de drogas. Estas son otras víctimas de la “guerra de las drogas”, de la actual política de prevención y control de drogas que nada previene ni nada controla, pero que esencialmente desinforma, no tan solo a la opinión pública y a los tomadores de decisiones sobre  salud, educación, justicia y servicios sociales, sobre todo, y esto es lo grave, a los usuarios de drogas, en particular a los jóvenes y menores de edad, como los casos que referimos.

---

Estos jóvenes, casi niños, murieron porque estaban desinformados de los riesgos y peligros de la ingestión de drogas, sobre todo los jóvenes están desinformados porque se les dice que el consumo de marihuana conduce al consumo de otras drogas, lo cual su vida cotidiana les muestra que no es cierto…

Estos jóvenes, casi niños, murieron porque estaban desinformados de los riesgos y peligros de la ingestión de drogas, sobre todo los jóvenes están desinformados porque se les dice que el consumo de marihuana conduce al consumo de otras drogas, lo cual su vida cotidiana les muestra que no es cierto, se les quiere  asustar afirmando que el uso de pasta base de cocaína termina en el consumo desenfrenado y cometiendo graves crímenes, lo cual sus entornos es un hecho puntual y poco frecuente, finalmente en cuanto a los psicofármacos, que fueron las cuatro quintas partes de la ingestión masiva que hicieron aquellas víctimas, son de consumo cotidiano entre los adultos de su entorno, que se supone son las personas sabidas en el tema.

Como bien lo dice Ana Luisa Joane, de la Fundación La Esperanza: “…nosotros no vamos a lograr aislar a los chiquillos de la cantidad de drogas a la que tienen acceso”, y bien agrega que no es la cantidad de consumo, que en escolares es muy similar, sino el tipo de consumo. En tal sentido, lo único que puede salvar a niños y jóvenes  de tipos y formas de ingestas de drogas de riesgo, peligrosas y mortales es informándolos verazmente de sus efectos y riesgos. A eso llamamos gestión de riesgos y reducción de daños  en la provisión y consumo de drogas.  Como lo plantea una campaña que se está universalizando por el mundo: ¡apoyar no castigar! ¡Apoye no castigue! ¡Support  don’t  punish!

Las drogas y la población

Se le ha dejado creer a  la población que cualquier consumo de drogas generará una grave dependencia entre los usuarios, lo que es falso, la máxima autoridad técnica de las Naciones Unidas – ONUDC- reconoce, así como la gran mayoría de los expertos internacionales – la doctora Nora Volkow del NIDA – que solamente algo así como el 10% de la población que ha hecho uso de drogas tienen consumos conflictivos.  Que el consumo de drogas devendrá necesariamente en un consumo conflictivo tanto para la salud del usuario como por las conductas inaceptables para sus entornos familiares, comunitarios y sociales, tampoco es generalizable y diferente del consumo de alcohol. Asimismo, que haya una alta correlación entre el consumo de drogas y las conductas delictivas, es una afirmación equívoca que se basa en una muestra no representativa  que encontró una correlación del 70% de uso de drogas entre los detenidos en flagrancia en la Región Metropolitana, pero esa muestra no es representativa ni del conjunto de quienes usan drogas ni del conjunto de quienes delinquen en el país. Esa información está gravemente distorsionada,  ya que en el país el 55% de todos los detenidos lo son por infracciones a la ley de drogas, los cuales han sido capturados por hacer uso público de ellas o estar bajo sus efectos.

Finalmente, para dimensionar el tamaño real de asunto del consumo de drogas aquí en Chile sabemos el 93% de la población no ha usado ninguna droga en el último año, mientras que a nivel planetario el 96% tampoco lo ha hecho, estamos algo por encima pero aquí no pasa nada grave.

Las Drogas y la Política

En estos días la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados ha aprobado un proyecto de ley que autoriza el consumo médico o terapéutico del cannabis, así como permite el porte y la tenencia de esa sustancia para el consumo personal.  Esto causó entre sorpresa  y molestia en los medios de comunicación y las opiniones bien pensantes. Pero, lo más destacable es  el desinterés del Gobierno en el trabajo de esa Comisión que se hizo manifiesto  con la ausencia de autoridades del Ministerio de Salud y sólo se contó con una visita del Instituto de Salud Pública y otra de SENDA.

Que el Ministro de Justicia, a manera de vocero del Gobierno sobre el asunto, afirme que la cuestión de las drogas no es una prioridad política del actual Gobierno, desconoce o no está informado que el 55% de todos los detenidos por todos los delitos en el país lo son por infracciones a la ley de drogas, además que de todas las causas resueltas por los juzgados  de garantía el 10% lo son por drogas. Este alta capacidad de perseguir los delitos por drogas contrasta  con la ineficiencia que se muestra en la persecución de otros delitos que más impactan entre la población como es el robo con fuerza  que pese a tener la más alta participación en las denuncias –el 24,6% en contraste con el 1% por drogas-, sólo representa el  12,5% de los detenidos, esto es lo que produce la sensación de impunidad entre la población, lo cual tanto preocupa a todos los gobiernos. El Gobierno debe discernir si está dispuesto a seguir utilizando el 55% de la capacidad de intervención policial y el 10% de la capacidad de intervención penal, para perseguir a quienes hacen porte y consumo de drogas, que son el 73,4% de todos los detenidos por infracciones  a la ley de drogas, mientras, según la gente: «los delincuentes hacen de las suyas».