Somos muchos los que no entendemos esa decisión de mantener a toda costa «El año nuevo en el mar».
El alcalde de Valparaíso argumenta que reactivará el comercio y el turismo, muchos creemos que es otro error garrafal. Para los que no tienen memoria, les recordamos que históricamente Carabineros está ausente de los festejos. Queremos recordar que históricamente las madrugadas terminan con la intervención de las FFEE, por el desbande generalizado, el consumo desatado de alcohol y ese libertinaje que caracteriza hace décadas al puerto.
No queremos otro desastre para Valparaíso. ¿Incentivar el comercio local si está en el suelo?, ¿Servirá para reparar los locales quemados? ¿Se recuperarán los puestos de trabajo perdidos tras los saqueos e incendios que siguen hasta la fecha?
Entendemos que Sharp y su equipo de comunicaciones requieren de estas noticias para mantener vigente su presencia nacional, pero que no lo haga a costa de quienes hoy, esta mañana, esta semana, simplemente no le creen.¿Qué tal si hacemos un año nuevo en familia? ¿Qué tal si nos juntamos con los vecinos, conversamos, bailamos y nos comprometemos para trabajar en conjunto?
El año nuevo no se puede transformar en una nueva batalla en el plan del puerto. No queremos más incendios, robos , vandalismo, saqueos organizados. Y el subterfugio de que » ya está todo pagado de antes» es una excusa burda.
¿Qué tal si hacemos un año nuevo en familia? ¿Qué tal si nos juntamos con los vecinos, conversamos, bailamos y nos comprometemos para trabajar en conjunto?
El año nuevo en el mar es colocar a la ciudad de nuevo bajo el control de los delincuentes, esos que hoy tienen la ciudad arrasada. ¿Es necesario tanto riesgo? creemos, estamos convencidos, que no es necesario.
Somos muchos los que estamos en contra del «año nuevo en el mar», pero la decisión la tiene el alcalde de Valparaíso, quien seguramente va a privilegiar su propia idea, va a aguardar el desastre, va a exigir responsabilidades a otros, y tendrá, cómo no, un nuevo flanco para los micrófonos y las cámaras.
Entonces, lo dejamos claro: No queremos año nuevo en el mar, queremos una ciudad de vuelta de sus heridas y tragedias, y si se pagó algo anticipadamente, bueno, se ocupa en otra oportunidad.
Es hora de que los comerciantes, las comunidades, los concejales (ausentes hasta ahora) conversen en una mesa abierta, evalúen los riesgos que implica esta decisión, y se tomen las decisiones que signifiquen beneficios para la ciudada
No al año nuevo en el mar. Si a la reconstrucción del alma del puerto.
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