#Política

Fin de la Transición

Compartir

El recién pasado Domingo 21 de mayo, pasadas las 6 de la tarde, me senté frente a la estufa a presenciar el hito republicano del conteo de votos. Evidentemente sería una larga jornada para los miles de vocales de mesa, delegados, personal militar y funcionarios del SERVEL, debido a la gran cantidad de cargos a elegir. Mis agradecimientos a cada uno de ellos que permitieron que este proceso se llevara a cabo de la mejor manera posible bajo las circunstancias sanitarias actuales, y que cumplieron un rol como guardianes de la democracia chilena.

[texto_destacado]Desde temprano los canales de TV ofrecían resultados preliminares con un ínfimo porcentaje de mesas escrutadas. Aquí comienzan a avizorarse los resultados de una de las elecciones más significativas que hemos tenido como país. Con 0.8%, 1.2%, 3,8%, veíamos que estaban siendo electos preliminarmente gran cantidad de independientes en todos los distritos. Además observábamos la baja votación de la derecha, y una repartición bastante similar entre la Lista del Apruebo y la Apruebo Dignidad.  Lo que parecía ser una rareza estadística, una muestra poco representativa aún de la voluntad popular, se fue afianzando a medida que avanzaba la tarde y aumentaba la cantidad de votos contados.

“El sistema electoral favorece a las listas de partidos”, “votar por listas independientes son votos perdidos”, “como la derecha va unida, se asegura el tercio” y su contraparte, “la oposición va muy fragmentada, genera mucha dispersión de votos”; fueron algunas de las frases e ideas que rondaban la opinión publicada durante las semanas previas a los comicios del 15 y 16. La verdad es que poco o nada tenían de real, y su repetición en los medios de comunicación tradicionales no fue suficiente para influir finalmente (apelando al miedo o la resignación) en la opinión pública.

No me imagino cómo debe haber sido formar parte de los equipos de politólogos y estadísticos que trabajaron tras bambalinas en los canales de tv, ofreciendo el minuto a minuto de los resultados electorales, entregándole al país, frame a frame, la imagen de la debacle de los partidos políticos tradicionales. Como espectador fue sorprendente observar que esos rostros desconocidos que aparecían liderando las votaciones con aún pocos votos contados, se mantenían apareciendo en pantalla a medida que el % escrutado avanzaba.

Lo cierto es que a las 22:00 hrs, en una gran labor por parte del SERVEL y todos sus colaboradores, ya teníamos la imagen de un nuevo panorama político. La derecha no alcanzaba el tercio, tan necesario como acostumbrado, para vetar iniciativas contrarias a sus ideales. La ex concertación presenciaba su ocaso, y el pacto FA-PC se alzaba mas triunfante que nunca. Sin embargo cualquiera de estos resultados y sus posibles conclusiones palidecen ante la constatación del hito mayor de este fin de semana:  la apabullante votación obtenida por listas y candidatos independientes.

Con más de un tercio, los independientes electos son el grupo mayoritario dentro de la convención. Evidentemente no se les puede considerar un grupo homogéneo, ni mucho menos me parece que vayan a formar “la bancada independiente”, muchos de ellos abogan por causas específicas y no conocemos con certeza y plenitud sus coordenadas ideológicas, tarea que hace más difícil pronosticar el funcionamiento de la CC y sus posibles resultados (aun sabiendo que la derecha no podrá imponerse en ninguna materia), pero esta tarea quedará para otros, o quizás la retome en otro momento. Lo que me importa constatar y resaltar es la entrada de la ciudadanía, del pueblo llano, en la política institucional.

Me parece que este hito ha de quedar en los textos de historia, como el día en que, luego de 31 años, se pone fin al proceso denominado “Transición a la democracia”, y podemos hablar ya de una democracia plena. Lamento que tal hito haya tenido que darse en momentos de tanta crispación y a expensas de los partidos políticos, pero celebro gratamente que la ciudadanía se haya expresado en las urnas, y que haya hecho carne el ideal de que cualquier ciudadano, respaldado por su comunidad, en representación de esta y de sus causas, pueda acceder al poder político, entendiendo este según la conceptualización de Weber, como un medio para la realización de ciertos fines. Esto es importante y emblemático debido a que por décadas este ideal se ha visto tan lejano, como una mera idea en la que se basa la teoría democrática, pero jamás como una realidad, y es que si bien los partidos políticos pueden ser necesarios y útiles como mecanismo de mediación entre las aspiraciones de la ciudadanía y el poder del Estado, la sensación que recorre Chile es que las maquinarias partidarias 1) funcionan como verdaderas mafias, en las que el poder es cooptado y repartido por ciertos capos de familia; 2) reproducen cultural e ideológicamente a las élites económicas y partidarias, 3) no parecen tener un genuino interés por conectar con las experiencias de la gente, más allá de los periodos de elecciones; como resultado de lo anterior, la sensación final es que el poder político solo sirve a los intereses de un acotado grupo de chilenos

Por todo lo anterior celebro esta irrupción plebeya en la CC, comprendiendo que ante tal desasosiego, el desafecto con la política podría haber alejado para siempre a la gente de esta actividad. Pero no, aunque el porcentaje de votación no fue para nada alto, la elección de independientes refleja y alimenta un creciente interés de las personas por la política, reivindicando el valor de interesarse por la cosa pública y de participar en las decisiones de la comunidad política.

El proceso eleccionario nos llenó de sorpresas, incertidumbres e interrogantes. Queda aún mucho que analizar tanto de las elecciones en sí, como de las consecuencias que trajo para los partidos y el sistema político en su totalidad. Queda evaluar los resultados de las elecciones de carácter más territorial como lo fueron las de alcalde, concejal y gobernadores, en las que el factor “independientes” fue también incidente, así como el futuro del panorama presidencial. Por ahora cabe alegrarse ante el fin de la transición.

0
1
Contenido enviado por

Los contenidos publicados en elquintopoder.cl son de exclusiva responsabilidad de sus respectivos autores.
Te invitamos a conocer nuestras Reglas de Comunidad

Comenta este artículo

Datos obligatorios*

Contenido enviado por